El único aspecto negativo de la cómoda victoria inglesa en Sofía fueron los cánticos racistas que los aficionados locales dedicaron a Ashley Young. En cuanto al partido, Inglaterra se presentó en Bulgaria consciente de que era superior y así lo demostró. Los ingleses todavía no están clasificados pero los problemas de Montenegro en Gales fueron la segunda buena noticia para Fabio Capello.
Inglaterra mostró su faceta más eficiente y práctica. Los visitantes no permitieron a los búlgaros desvelar sus debilidades. A mediados de la primera parte, los ingleses ya ganaban 0-2. El partido fue redondo para Wayne Rooney, que marcó tras un córner de Stewart Downing en el minuto 24 para poner el segundo tras el tanto inicial de Gary Cahill. El delantero del Manchester United marcó solo su segundo gol en los últimos 16 partidos con Inglaterra, aunque Rooney no se detuvo ahí.
Capello estuvo acertado con la alineación, colocando a Theo Walcott, Young y Downing por detrás de Rooney, intercambiando su posición constantemente.
El técnico inglés formó con un 4-2-3-1. Con Darren Bent lesionado, Rooney ocupó el puesto de delantero centro y su compañero Ashley Young detrás de él. En el centro del campo, Gareth Barry y Scott Parker formaron pareja en detrimento de Frank Lampard.
El técnico búlgaro, Lothar Matthäus, tiene argumentos suficientes para consolarse. En nueve partidos contra Inglaterra, sus predecesores no habían logrado una sola victoria. Dicho esto, sus hombres pecaron de ingenuidad. El primer gol fue producto de una indecisión dentro del área tras un córner a los 14 minutos. Barry encontró a Cahill, que controló con el pecho y superó a Nikolay Mihaylov.
Inglaterra estuvo a años luz de Bulgaria. Más rápidos, más competitivos, más inteligentes. El segundo gol fue la mejor muestra, cuando Theo Walcott pasó a Young, que no dudó en habilitar a Rooney para marcar el 0-3 en el tiempo añadido de la primera parte.
Bulgaria sacó su orgullo al inicio de la segunda parte, al menos brevemente. Pero los ingleses recuperaron el control rápidamente cuando quisieron. Joe Hart, espectador de lujo casi todo el partido, tuvo que intervenir en un par de momentos de peligro.
Desde el punto de vista inglés, la cuestión es saber si Capello mantendrá esta alineación o si necesitará más consistencia cuando se enfrente a equipos más sólidos. Es demasiado pronto como para asumir que el italiano ha dado con la fórmula, especialmente ante un rival tan débil.
En todo caso, esta victoria aumentará la moral de Inglaterra ante la visita de Gales a Wembley el martes y el decisivo viaje a Montenegro del 7 de octubre.
Bulgaria: Nikolay Mihaylov, Ivan Ivanov, Zhivko Milanov, Ivan Bandalovski (Georgi Sarmov, 45), Nikolay Bodurov, Petar Zanev, Blagoy Georgiev, Stilian Petrov, Ivelin Popov (Marquinhos, 81), Tsvetan Genkov (Georgi Bozhilov, 61), Martin Petrov
Inglaterra: Joe Hart, John Terry, Gary Cahill, Ashley Cole, Chris Smalling, Stewart Downing, Theo Walcott (Adam Johnson, 83), Gareth Barry (Frank Lampard, 80), Scott Parker, Ashley Young (James Milner, 62), Wayne Rooney
Goles: 0-1: Cahill (13), 0-2: Rooney (21), 0-3: Rooney (46)