En la noche en que Ashley Cole se convirtió en el séptimo jugador en alcanzar los 100 partidos con la selección inglesa, todo el protagonismo recayó sobre Jack Wilshere, que demostró, si es que era necesario, que debe ser uno de los pilares del equipo en la Copa del Mundo del próximo año.

 

Todo fueron buenas noticias para Inglaterra. Aunque el Brasil que se presentó en Wembley dista todavía del equipo que aspira a proclamarse campeón del mundo en su país en 2014, una victoria ante la canarinha sigue siendo una victoria de prestigio. Y más considerando que es solo la cuarta victoria inglesa en 24 partidos contra Brasil. Por otro lado, algunos de los titulares, como Wilshere, Hart, Rooney y Walcott, demostraron que están entre los mejores jugadores del mundo. Tan solo la defensa inglesa dejó que desear. Tal vez Hodgson debería reconsiderar su postura respecto a Rio Ferdinand.

 

Hodgson, tildado en ocasiones de dinosaurio por su preferencia por un antediluviano 4-4-2, sorprendió a propios y extraños con un ofensivo 4-1-2-3, con Welbeck, Walcott y Rooney delante. Aunque el equipo siguió recurriendo a un repliegue intensivo ante los ataques rivales, el sistema confirió a Inglaterra un aire más ofensivo y más salidas con el balón.

 

El partido pudo haber seguido derroteros muy distintos, sin embargo, si Joe Hart no hubiera detenido el penalti de Ronaldinho con 0-0 tras unas manos de Wilshere. Hart realizó una doble intervención para evitar el gol del brasileño, que cumplía también sus 100 partidos de amarillo.

 

Rooney adelantó a los suyos con su 33er gol con los Three Lions. Un pase de Wilshere, clarividente en la medular, permitió a Walcott internarse por la banda (una acción que repetiría incontables veces para desesperación del lateral Adriano). El extremo del Arsenal no pudo superar a Júlio César pero Rooney sí aprovechó el rechazo del guardameta del QPR.

 

Brasil desnudó las carencias defensivas de Inglaterra en varias ocasiones. En el minuto 38, Neymar desperdició una ocasión clarísima tras un centro de Oscar. El propio Neymar ya había sido incapaz de aprovechar el rechazo de Hart tras el penalti, cuando Tom Cleverley se le adelantó para impedir su remate.

 

Hodgson sigue sin encontrar su pareja de centrales. Cahill y Smalling fue la quinta combinación que Hodgson prueba en seis partidos. Tres minutos tras la reanudación, Cahill abandonó la línea defensiva conduciendo el balón y lo perdió ante Arouca. El balón le cayó a Fred, que batió a Hart con su pierna izquierda.

 

A continuación llegó lo que Hodgson describió como una «fase loca» del juego, en que Cahill y Smalling compitieron por ver quién acumulaba más errores defensivos. Por fortuna para los locales, Fred fue incapaz de aprovechar ninguno de esos regalos.

 

Inglaterra recuperó la compostura gracias a Walcott, que ganó la línea de fondo una y otra vez gracias a sus vertiginosos cambios de ritmo. Tras una de esas internadas, Rooney robó el balón a Paulinho dentro del área y Lampard lo envió al fondo de las mallas al primer toque. El mismo Lampard que queda libre en verano y que sigue ganándose un puesto en la selección, aunque sea como recambio de Wilshere.