Jean Claudel

Inglaterra rememora malos recuerdos

1993. Las expectativas inglesas están por las nubes tras el éxito de la Copa del Mundo de 1990, donde la selección inglesa cayó en los penaltis ante Alemania, que acabaría ganando el trofeo. Pero la selección dirigida por Graham Taylor no logró siquiera clasificarse para la Copa del Mundo de 1994. Por culpa de una derrota en Noruega.

 
Toda Inglaterra estaba deseando que llegara la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994. El éxito de la selección inglesa en el anterior mundial, celebrado en 1990 en Italia, había disparado las expectativas. Los ingleses, liderados por un joven talentoso llamado Paul Gascoigne, habían alcanzado las semifinales, donde cayeron ante Alemania en los penaltis. Su mejor clasificación desde la victoria de 1966 en tierra propia.
 
Pero los ingleses no lograrían siquiera clasificarse para el Mundial del 94. En parte, por culpa de su mejor jugador. Paul Gascoigne, el corazón del equipo dentro del campo y un icono fuera de él, generó problemas irresolubles para el seleccionador Graham Taylor desde el primer partido de clasificación, precisamente ante Noruega en Wembley. Antes del partido, preguntado sobre el rival, a Gazza no se le ocurrió nada mejor que soltar un «Fuck Norway» que no sentó muy bien en la previa del encuentro. Para rematarlo, la noche antes del partido, él y Paul Merson estuvieron bebiendo alcohol en su habitación. ¿Cómo se enteró el seleccionador? Fácil, cargaron los gastos a la habitación del hotel. Cuatro Budweiser y una botella de brandy. El resultado fue que Inglaterra no pudo derrotar a Noruega en casa en la apertura de la clasificación (1-1).
 
Tampoco la suerte estuvo del lado inglés durante aquella clasificación. Tras el empate ante Noruega, los ingleses vencieron a Turquía (4-0) y San Marino en casa y a Turquía fuera (0-2). Pero la mala fortuna apareció en casa ante Holanda. Poco antes del descanso, Jan Wouters propinó un codazo a Gazza que le fracturó el pómulo y le obligó a abandonar el campo. Sin Gazza, Inglaterra ya no fue la misma. Aún así, ganaba por 2-1 a falta de escasos instantes para el final. Pero Des Walker, que una vez abandonó el Forest de Clough para fichar por la Sampdoria se convirtió en una sombra del que era, cometió penalti sobre Overmars. 2-2 al final de los 90 minutos.
 
Ese empate vino seguido de otro en Polonia (1-1), lo que obligaba a los ingleses a ganar en Noruega cuatro días después si no querían quedar virtualmente fuera de la Copa del Mundo.
 
La principal amenaza de Noruega era Jostein Flo, un delantero referencia que luego jugaría en el Sheffield United pero que entonces estaba en el Sogndal de segunda división. Pero Egil Olsen, el técnico noruego, colocó a Flo en la derecha para que pudiera recibir balones largos en diagonal. Para contrarrestar esa amenaza, Taylor colocó a Gary Pallister en la izquierda de una defensa de tres e introdujo a Lee Sharpe por John Barnes en la izquierda del centro del campo. Demasiados cambios en tan poco tiempo.
 
Inglaterra comenzó bien pero se fue apagando a medida que la gasolina se le fue acabando a Gascoigne, físicamente limitado. Tres minutos antes del descanso, Des Walker dejó patente una vez más que la ausencia de Brian Clough en su día a día había acabado con su carrera. Tras cometer falta en la derecha, se dedicó a protestar al árbitro en lugar de preocuparse de su marca. Los noruegos sacaron rápido, demasiado para la lentitud de Walker, que ya no pudo recuperar su posición. 1-0.
 
Tres minutos después de la reanudación, los noruegos sentenciaron el encuentro con el 2-0 de Bohinen. Ni siquiera la salida de Des Walker (sustituido precisamente por Nigel Clough, el hijo de Brian) ni la aparición de Ian Wright por Teddy Sheringham lograron dar la vuelta al marcador. Semanas más tarde, Inglaterra perdería con Holanda (2-0) y quedaría fuera de la Copa del Mundo de 1994.
 
Esta debacle no habría alcanzado tal repercusión si no hubiera sido por la pésima idea de la FA de dar permiso a un equipo de televisión para rodar las interioridades de la selección inglesa, que se convertiría en uno de los documentales más famosos de la historia del fútbol. ¿El título? An impossible job.
 

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Jean Claudel