El fútbol se vive y se juega de manera distinta según la cultura futbolística. Clara muestra de ello es el primer partido que han disputado las selecciones de España e Inglaterra, las dos grandes favoritas de este Campeonato de Europa sub-21. La selección española absoluta, vigente campeona de Europa y del mundo, ha transmitido su estilo de juego combinativo a las categorías inferiores, tal y como lo ha demostrado el partido de hoy . Por su parte, la selección inglesa también tiene un estilo parecido al de la absoluta y al de la Premier en general: presión constante al rival y verticalidad a la hora de atacar.
Tal y como ocurrió en la final de la Champions entre Barcelona y Manchester United, la presión de los ingleses hizo que los españoles cometieran errores. Ya en el segundo minuto, un error en la zaga española a punto estuvo de costarles el primer gol, pero la rapidez de De Gea evitó la ocasión de gol del jugador del Chelsea Daniel Sturridge. Pasados los primeros diez minutos, España comenzó a hacer su ya famoso juego combinativo tomando la iniciativa del juego, hasta que en el minuto catorce un saque de esquina lanzado por Thiago fue cabeceado por Javi Martínez, que se encontraba solo en medio del área, y Ander Herrera remató en boca de gol con la mano. Primer gol para España y partido muy cuesta arriba para los ingleses, conscientes de que el primer gol es clave ante adversarios que basan su juego en la posesión. Pese a la superioridad española, no hubo más ocasiones claras hasta el descuento, cuando Sturridge obligó a De Gea a lucirse con una gran parada.
La segunda parte siguió el mismo guión que la primera: largas posesiones para los españoles e Inglaterra corriendo detrás del balón esperando un robo y el contraataque. Pero, afortunadamente para Inglaterra, España no materializó su dominio en goles. Y ya se sabe que quién perdona paga. Y así fue. A falta de dos minutos, una internada del lateral derecho Walker encontró en el centro del área a Welbeck, en claro fuera de juego. El jugador del Manchester United definió con calma ante De Gea para poner el definitivo empate a uno.
El partido, más allá del punto para cada selección, dejó en evidencia las virtudes y los defectos de cada selección. La selección española sub-21, al igual que la absoluta, es un equipo bien engrasado en el que todos parecen entenderse de maravilla, pero no son capaces de cerrar los partidos cuando se les presenta la ocasión. Este partido merecieron y pudieron ganarlo, pero no fueron lo suficientemente profundos y resolutivos para hacerlo, se contentaron con el 1-0 y acabaron regalando el 1-1. Necesitan ser mucho mejores que el rival para ganar los partidos.
Por su parte, la selección inglesa peca, al igual que la española, de los mismos males que la absoluta. Pese a que sí tienen ese espíritu guerrero del que carece la selección española, no son un equipo. No se entienden en el campo y eso se nota, pues pese a contar con muy buenos jugadores, no son capaces de encadenar cinco pases consecutivos con sentido. El mejor de Inglaterra fue sin duda el lateral derecho del Tottenham que ha jugado cedido en el Aston Villa esta temporada, Kyle Walker.
Mención especial merece el árbitro sueco Strombergsson, que concedió dos goles ilegales, el de Ander Herrera por mano y el de Welbeck por fuera de juego. Un desastre.
El empate entre las favoritas deja como líder del grupo B a la República Checa, que se impuso por 2-1 a Ucrania. El próximo partido de Inglaterra será el miércoles ante los ucranianos, partido clave para seguir compitiendo en este Europeo.
Inglaterra: Fielding; Walker, Jones, Smalling, Bertrand; Henderson, Mancienne (Rodwell, 67), Cleverley (Sinclair, 81), Rose (Lansbury, 67), Welbeck; Sturridge
España: De Gea; Montoya, Botía, Domínguez, Dídac; Javi Martínez, Ander Herrera (Capel, 86), Thiago; Jeffren (Bojan, 80), Mata, Adrián (Parejo, 72)
Goles: 1-0: Ander Herrera, 1-1: Welbeck (88)