Premier League
Chelsea | 3 |
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Everton | 3 |
Ficha técnica |
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3 – Chelsea: Courtois, Ivanovic, Zouma, Terry, Azpilicueta, Matic (Oscar, 55), Mikel, Willian, Fàbregas, Pedro (Kenedy, 66), Diego Costa (Remy, 80). |
3 – Everton: Howard, Oviedo (Funes Mori, 71), Stones, Jagielka, Baines, Barry, Besic, Lennon (Deulofeu, 80), Barkley (Pienaar, 81), Mirallas, Lukaku. |
Goles: 0-1, m.50: Terrry (p.p.). 0-2, m.56: Mirallas. 1-2, m.64: Diego Costa. 2-2, m.66: Fàbregas. 2-3, m.91: Funes Mori. 3-3, m.98: Terry. |
Se reunían en Stamford Bridge dos de los equipos cuyo rendimiento esta temporada ha resultado más decepcionante en relación con sus expectativas, sus jugadores y su presupuesto. El Chelsea, vigente campeón, está más cerca del descenso que de Europa. El despido de José Mourinho no ha provocado una mejoría del equipo, que sigue pecando de indolencia y una preocupante falta de solidez. El Everton, un equipo diseñado para competir por los puestos europeos, navega por la mitad de la tabla a pesar de reunir a algunos de los jugadores ofensivos más en forma del país. Y en los 98 minutos que duró el partido, ambos nos recordaron por qué están en esa situación.
Tras una primera parte anodina en que poco o nada sucedió, la segunda se convirtió en una sucesión de acontecimientos que dejaron sin aliento a los espectadores. Una excelente jugada colectiva del Everton permitió a los Toffees adelantarse en el marcador después de que John Terry introdujera el balón en su propia portería en un cómico intento de despeje. Seis minutos después, Kevin Mirallas, recuperado del ostracismo del banquilo por Roberto Martínez para el partido de esta tarde en detrimento de Gerard Deulofeu, puso el 0-2 con un excelente remate desde dentro del área. Los aficionados del Everton, que habían comenzado la tarde cantando la popular «Can’t buy me Stones», predijeron el descenso de su rival con un «Going down, going down, going down».
El Everton había mostrado sus mejores cualidades, las que exhibe cada vez que da un paso adelante. En los siguientes diez minutos mostraría las peores, las que muestra cuando tiene que capitular. El Chelsea, con más alma que cerebro, apretó y Diego Costa redujo distancias tras una falta de entendimiento entre Phil Jagielka y Tim Howard. Apenas un par de minutos después, Cesc Fàbregas marcó con la colaboración de Jagielka, que desvió su disparo lo justo para superar a Howard.
Por primera vez en la temporada, Stamford Bridge vibraba con su equipo y el Everton acusó el golpe. Durante varios minutos y por primera vez en el partido, el Chelsea pareció estar más cerca de la victoria. Pero la lesión de Bryan Oviedo cortó de raíz la furia del Chelsea y el partido volvió a equilibrarse. Tras un saque de esquina desde la derecha, el balón fue repelido por la defensa del Chelsea y le volvió a caer a Gerard Deulofeu, entrado en la recta final. El catalán volvió a centrar el balón, que cayó desde el cielo al segundo palo, donde Ramiro Funes Mori, recién entrado por el mencionado Oviedo, rememoró el legendario gol de Johan Cruyff ante el Atlético de Madrid cuando vestía la camiseta del Barcelona y puso el 2-3 que se antojaba definitivo.
Funes Mori se lanzó sobre los aficionados Toffees y la celebración demoró el juego durante más de un minuto. Una acción similar ya le costó al Everton la victoria en Bournemouth, cuando sus aficionados saltaron al césped a celebrar el 2-3 y los Cherries acabaron logrando el empate gracias al tiempo que el árbitro añadió para compensar la pérdida de tiempo. Lo mismo sucedería aquí. Mike Jones añadió siete minutos inicialmente pero lo amplió por la celebración del Everton. Y fue precisamente en ese minuto 98 cuando John Terry puso el definitivo 3-3 en fuera de juego.
Roberto Martínez se quejó amargamente tras el encuentro de ese gol ilegal pero lo cierto es que su equipo fue el que desperdició un 0-2 y el que sigue mostrándose extremadamente frágil cuando se halla bajo presión. Respecto al Chelsea, está sumido en un impasse que durará hasta verano cuando llegue el futuro entrenador. Un periodo que se puede hacer eterno, igual que para su rival de turno, demasiado lejos ambos de los puestos de Champions League.