Sin duda, los argumentos del equipo de Arsene Wenger  para creer firmemente en la conquista de la Premier League son numerosos y diversos. Mesut Ozil se ha convertido, por fin, en uno de los jugadores referencia de la competición. Entra en juego con asiduidad, asiste, marca, participa regularmente en el juego del equipo. Está con confianza y se le nota. Mejora al equipo. Además, Petr Cech es un portero de primer nivel para pertenecer a la élite del fútbol inglés. El marco está a salvo. Con estos dos aspectos, hay que sumar la frescura del equipo. Está bien, se compenetra a pesar de las lesiones y el juego luce. No con la continuidad deseada del combinado pero con un juego más que correcto.

 

Por otro lado, Olivier Giroud está haciendo goles también con asiduidad, respondiendo al parámetro goleador que necesita el equipo del Emirates para competir de verdad por ser campeón de liga. Sin embargo, sus goles tienen una productividad algo estéril. El duelo frente al Newcastle necesitaba la aparición del ariete francés y esta no se dio. En partidos de varios goles de diferencia, la aportación del ariete galo, es menos significativa.

 

El equipo de Steve McClaren por su parte sigue jugando a ese ritmo lento y tedioso con olor a incienso y parsimonia. Con dos jugadores en las bandas habilidosos y dos delanteros de gran talento. Pero con una defensa demasiado atrasada y unos pivotes poco proclives a la creatividad con el balón. Hombre a hombre, las Urracas tienen potencial para estar entre los ocho primeros de la competición pero su competitividad como bloque deja bastante que desear. Mala defensa entre líneas, poca intensidad y poca agresividad con y sin balón.

 

Entre todos estos aspectos tácticos, el partido fue entretenido. Con un Arsenal competente con la pelota y el Newcastle saliendo cuando podía. Sin grandes ocasiones y con el tiempo en contra de los Gunners. Finalmente, ante la falta de fútbol, un córner rematado en dos ocasiones por Giroud era remachado por Laurent Koscielny al fondo de la red.

 

Este hecho, supone que también la suerte ha variado para el equipo de Highbury&Islington. Se han visto cuantiosas veces, tropiezos ante rivales menores cuando la ocasión era propicia para dar un paso adelante. Hoy, el Arsenal duerme en solitario gracias a un gol a la salida de un córner. Sin duda, las cosas han cambiado.