Premier League
Swansea | 1 |
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Manchester City | 0 |
Ficha técnica |
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1 – Swansea: Vorm; Rangel, Caulker, Williams, Taylor; Britton, Allen, Sigurdsson; Routledge (Monk, 88), Sinclair, Graham (Moore, 79). |
0 – Manchester City: Hart; Richards, Savic, K. Touré, Clichy; De Jong (A. Johnson, 84), Barry (Agüero, 38), Silva (Dzeko, 87), Y. Touré, Nasri; Balotelli. |
Goles: 1-0, m.83: Moore. |
A pesar de haber sido líderes de la Premier League durante la mayor parte de la presente temporada, el Manchester City está comenzando a dar muestras inequívocas de cansancio y de que la presión finalmente parece estar surtiendo su efecto sobre los «citizens». Tras la derrota en Swansea, el Manchester United, el odiado rival ciudadano, recupera el liderato del campeonato mientras comienza a perfilarse en el horizonte el Manchester City-Manchester United del 30 de abril.
Todas las miradas están puestas sobre Roberto Mancini. El técnico italiano ha pecado de cobardía en varias ocasiones a la largo de esta temporada. Por fortuna para él, la innegable calidad de sus jugadores le ha solventado la papeleta hasta ahora.
Esta temporada, a Mancini le ha salvado su magnífica pareja de centrales titular, formada por Lescott y Kompany, la fuerza de Yaya Touré, la imaginación de Silva y la efectividad de Balotelli, Agüero y Dzeko. Pero nunca ha logrado conformar un equipo. No existe una ideología común. Nigel De Jong y Silva juegan a deportes diferentes. Y Mancini prefiere el deporte de De Jong.
Para desgracia de Mancini, el Swansea sí es un equipo. Desde el entrenador, Brendan Rodgers, hasta el delantero centro, Danny Graham, todos juegan al mismo deporte y confían en una misma forma de practicarlo.
Esta ideología común era la mayor esperanza de los galeses para cosechar algún punto frente al líder de la liga. Y no defraudaron, aunque no lograron la victoria sin sufrir. Scott Sinclair falló un penalti nada más comenzar el encuentro, y aún siendo superior en la primera media hora, el Swansea fue incapaz de adelantarse en el marcador. La falta de gol es quizás la única carencia de este magnífico equipo.
Los «citizens» aprovecharon la falta de atino por parte de los Swans y tomaron las riendas del encuentro en los últimos minutos de la primera parte. Sin embargo, Mancini pecó una vez más de cobardía. Si bien es cierto que dio entrada a Sergio Agüero antes del descanso, lo hizo por Gareth Barry en vez de sustituir a De Jong, que además tenía ya una tarjeta amarilla. El cambio ayudó, pero el City se atascó en el centro del campo. Todas las jugadas nacían y se perdían en la zona media. Incapaz de abrir a las bandas, Mancini no dio entrada a Adam Johnson hasta el minuto 84, cuando los suyos ya habían recibido el único gol del partido. El técnico italiano tampoco estuvo atinado en el último cambio, cuando dio entrada a Edin Dzeko en detrimento de David Silva, el único jugador puramente creativo de los «citizens» (Nasri, o el chico que llevaba la camiseta con su nombre a la espalda esta tarde, no cuenta).
Así, el City de Mancini confió en la fuerza y la suerte. A base de pelotazos buscaron el gol del empate. El ansiado tanto llegó tras un cabezazo de ese camión cisterna que tiene por nombre Micah Richards, pero fue anulado correctamente por fuera de juego.
Y si Mancini cometió sus errores habituales, Brendan Rodgers cometió sus aciertos habituales. Sancionado Dyer por su tarjeta roja del pasado domingo, Rodgers introdujo a Routledge, en lugar de optar por reforzar el centro del campo con Josh McEachran. Acertó. El extremo inglés fue el mejor del partido, provocando un penalti y dando la asistencia del gol de la victoria. El técnico del Swansea también atinó con los cambios. La entrada a falta de diez minutos de Luke Moore por un combativo pero desaparecido Danny Graham fue clave. A los cuatro minutos de entrar al terreno de juego, un cabezazo del delantero inglés significó la victoria para el Swansea.