Alvaro Oleart

La dictadura tikitakiana

«El Barça es el mejor equipo de la historia». «La selección española juega mejor que ninguna otra selección lo había hecho antes». «El tiki-taka es mejor que el catenaccio». ¿Cuántas veces hemos oído estas frases desde el verano? Difícil contarlas… Pero a ver, ¿porqué hay un consenso tan generalizado de que estas afirmaciones son verdades absolutas? ¿Es equivalente el nivel de veracidad al decir que «el tiki-taka es el mejor estilo posible», a que «2+2 son 4»? NO.

 
El Barça y la selección española son probablemente los mejores equipos que he visto, pero no por lo que vemos que hacen con el balón, sino por lo que hacen sin él. La defensa de estos dos equipos es el ataque: la presión. Basan su defensa en ahogar al rival cuando tiene el balón, para luego acomplejarlo moviendo el balón una vez tras otra sin que el rival pueda hacer nada para recuperarlo. De esta manera, cuando el rival consigue finalmente la posesión, el balón quema, pues tiene a los delanteros presionando desde arriba, manteniendo una defensa adelantada sin balón. Así, el rival solo puede pegar un balonazo y rezar. Pero en la defensa están Puyol y Piqué, quizá la mejor pareja de centrales junto con Ferdinand y Vidic.
 
Y una vez tiene España la posesión los movimientos sin balón siguen siendo brillantes. En el mundial vimos una táctica de Del Bosque brillante: retrasar a Busquets cuando España atacaba, de manera que los dos centrales se habrían a las bandas y los dos laterales podían sumarse al ataque gracias a la cobertura que hacían los centrales de su zona. Guardiola prefiere a Busquets en la creación, por lo que no ha utilizado demasiado esta táctica. La constante movilidad de Villa y de Pedro, de Iniesta, moviéndose por todo el frente de ataque, y de Messi en el Barça, bajando a recibir a veces en su propio terreno de juego, de manera que es imposible controlarlo. La importancia de los laterales, no por lo que tocan el balón en sí, sino porque el rival necesita de un defensor más, y, a falta de ese defensor, se crea una superioridad numérica que acabará con muchos goles. 
 
Y luego está lo que hacen con el balón, moviéndolo horizontalmente de un lado al otro sin ninguna prisa hasta encontrar el hueco. ¿Cuántos pases de gol hemos visto dar a Xavi? Ahora mismo me estoy acordando del típico pase en diagonal desde la izquierda hacia el desmarque de Alves por la derecha, y Alves ganándole la espalda al lateral rival, más pendiente del extremo(Messi, Villa o Pedro, que se mueven por todo el frente de ataque) que de Alves.
 

 
Es decir, España y el Barça actuales son probablemente los mejores equipos que existen y los que mejor juegan, pero no por tener un gran porcentaje de posesión, sino por cómo utilizan esa posesión. El triunfo de esta filosofía de juego, basada en la posesión y la movilidad, ha hecho infravalorar al típico equipo inglés, un juego vertical y que da gran importancia al juego aéreo. Tony Pulis, entrenador del Stoke City, se quejaba de lo infravalorado que estaba su equipo, ya que no practica ni intenta el juego de toque de Arsenal o Barcelona. Al principio los ingleses menospreciaban el juego de la selección española, tachándolo de «aburrido», pues no tiene la verticalidad ni la rapidez que caracteriza a los ingleses. Pero entonces llegaron las victorias en la Eurocopa y en el Mundial, y ahora Fabio «Catenaccio» Capello parece que ha tenido una revelación divina y quiere transformar el típico juego inglés de la selección en uno más parecido al español: poniendo en el centro del campo a Wilshere, Parker y Lampard juntos, y viendo partidos del Barça en sus concentraciones.
 
Uno de los mejores equipos que recuerdo es el Chelsea de Mourinho, un equipo con un centro del campo con Makelele, Essien y Lampard, y arriba con Robben, Drogba y Cole, un equipo que parecía invencible. Jugaban con una determinación que no he visto desde entonces en ningún equipo, todos sabían lo que tenían que hacer. También el Barça actual, aunque me parece menos determinante que el Chelsea de Mourinho, pues tiene muchas más ocasiones, y perdona más de lo que a Guardiola le gustaría. El Madrid se está acercando a ese mítico Chelsea que me quedará en la retina para siempre, aunque ni Lass ni Khedira están al nivel de Makelele y Essien, pero se compensa por la exquisitez de Xabi Alonso y Ozil, la determinación de Ronaldo, la velocidad de Di María y las subidas de Marcelo. 
 
Esto plantea varias dudas: ¿Será solo una moda el estilo de juego del Barça y la selección española?¿Hará que équipos típicamente ingleses como el Stoke se conviertan a la religión tikitakiana como a hecho el Bolton de Owen Coyle o el Borussia de Dortmund de Klopp?¿Pondrá Mourinho vídeos del Barça en los entrenamientos del Madrid para intentar copiar el juego barcelonista? 
 
Desde luego que las victorias internacionales tienen gran repercusión, pero creo que estamos ante un momento crucial en que se puede extinguir el estilo de algunos equipos con una tradición más de «pelotazo», o incluso los adeptos al «catenaccio». ¿Seguirá triunfando el Barça e impondrá una dictadura estilística en el juego del fútbol? Espero que no, pues la diversidad enriquece… además de que ningún equipo tikitakiano podrá superar al Barcelona actual, como ya ha demostrado ante equipos como Villarreal, Arsenal o Shaktar.  
 
Veremos cuál es el destino del fútbol, si sigue imponiéndose el fútbol tikitakiano con cada vez más adeptos, o si la efectividad y contundencia del Man United y Madrid acaban por disolver la idea de que el fútbol de toque es el mejor. Esta Champions puede determinar el destino del fútbol… 

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Alvaro Oleart