Ilie Oleart

La larga espera del partido de vuelta

En 1987, una serie de circunstancias condujeron a recuperar un trofeo extinto. El fracaso fue tal que, 28 años después, la espera por el partido de vuelta entre Coventry y Saint Mirren sigue prolongándose.

 
Esta quizás no sea una historia que merezca ser contada. En lugar de hablar de finales agónicas, estadios repletos, pasiones desatadas y grandes torneos internacionales con fabulosos contendientes, esta historia trata sobre copas ignotas, que ni siquiera debieron existir en primer lugar, de equipos de medio pelo y de partidos que, por desidia, jamás llegaron a disputarse. Hecha esta advertencia preliminar, que posiblemente haya tenido el efecto colateral de reducir el número de lectores a la mitad antes de llegar al segundo párrafo, adentrémonos en la historia.
 
Estamos en 1970. El gigante estadounidense del petróleo Texaco decide financiar la creación de una copa para publicitar su reciente compra de la cadena de gasolineras Regent. A tal fin, invierte 100.000 libras en la organización de un torneo que debía integrar inicialmente a dieciséis equipos británicos (seis ingleses, seis escoceses, dos irlandeses y dos norirlandeses) que no hubieran logrado clasificarse para las competiciones europeas. Pero el formato cambiaría rápidamente después de la retirada de los clubes irlandeses tras solo dos temporadas a causa de presiones políticas. A partir de ahí, la competición estuvo formada por nueve equipos ingleses y siete escoceses. En la quinta y última edición, participaron dieciséis equipos ingleses (incluyendo algunos de segunda, tercera e incluso cuarta división) a los que se sumaron cuatro escoceses en la fase eliminatoria.
 
Ante el desinterés creciente por la copa, Texaco decidió retirar su patrocinio y la copa se transformó en la Anglo-Scottish Cup a partir de la temporada 1975–76 en un vano intento por mantener viva la competencia. El Newcastle llegó incluso a ser expulsado en 1976-77 por alinear un equipo suplente en la ida de cuartos de final ante el Ayr United. Pero aquella drástica decisión sirvió de poco y la copa acabó muriendo en 1981 tras solo seis ediciones ante el desinterés del público.
 
Nuestra historia comienza algunos años después, en 1987. La tragedia de Heysel de 1985, en que fallecieron 39 personas antes de la disputa de la final de la Copa de Europa entre Liverpool y Juventus de Turín, desembocó en la inhabilitación de los clubes ingleses para participar en las competiciones continentales. Aquella prohibición allanó el terreno para el regreso de la copa, rebautizada en esta ocasión como Anglo-Scottish Cup, con el objetivo de llenar los estadios y las maltrechas cuentas bancarias de los participantes. La idea era que el campeón de la copa inglesa y el de la copa escocesa se enfrentaran a doble partido por el honor de ser el campeón de esta insustancial Batalla de Gran Bretaña.
 
Como campeones respectivos, Coventry City y St Mirren se enfrentaron en Highfield Road el 22 de diciembre de 1987 en la ida de la copa. La fecha, un martes por la noche apenas tres días antes de la Navidad, y las bajas temperaturas no contribuyeron a fomentar la asistencia al estadio y la credibilidad de la competición, que apenas congregó a 5.331 almas (incluyendo, eso sí, a figuras como Brian Clough o Kenny Dalglish). Para dotar de más pompa al asunto, los capitanes (Trevor Peake por los ingleses, Campbell Money por los escoceses), guiaron a sus equipos desde el túnel cargando sus respectivos trofeos, al modo de los boxeadores que ponen en juego sus cinturones de campeón. Pero ni así.
 
A pesar de que los entrenadores, John Sillet por parte del Coventry y Alex Smith por la del St. Mirren, habían prometido en la víspera un encuentro competitivo, la sensación generalizada es que no se trataba más que de un amistoso.
 
Los ingleses se adelantaron a los 28 minutos por mediación de David Phillips después de que Money rechazara un disparo de Dave Bennett. Al cabo de una hora, los Saints anotaron cuando Billy Davies (que posteriormente sería entrenador de Derby County y Nottingham Forest) asistió a Kenny McDowell para que pusiera el definitivo 1-1.
 
El partido de vuelta debía celebrarse en Escocia tres meses después, el 22 de marzo del año siguiente. Pero el partido de ida fue tan soporífero y la asistencia prevista al estadio tan reducida que ese encuentro no llegó jamás a celebrarse. Aunque según el exsecretario del Coventry en la época, Graham Hover, el problema radicó más bien en el dinero. Los clubes no lograron hallar un patrocinador y sin él la celebración del encuentro habría resultado deficitaria.
 
El caso es que, sea por un motivo u otro, el partido sigue sin celebrarse a día de hoy, 28 años después. Algunos aficionados del St. Mirren reclaman para su club la victoria en virtud del valor doble de los goles en campo contrario. Pero lo cierto es que, mientras ambos clubes se pongan de acuerdo, el torneo permanecerá en el limbo. Pero si Indiana Jones regresó tras casi dos décadas y Rocky lo hizo treinta años después de su primera aparición en pantalla, ¿por qué no podemos soñar con esta secuela balompédica?
 

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Ilie Oleart