Resulta difícil imaginar que la temporada del Aston Villa pueda empeorar todavía más. En una semana, han quedado eliminados de la Copa de la Liga por un equipo de 4ª división y de la FA Cup por uno de 2ª. Y sin embargo, las cosas pueden ir todavía a mucho peor. La derrota en casa ante el Newcastle, la cuarta consecutiva en Villa Park, hunde a los Villanos en puestos de descenso.

 

El único consuelo para Paul Lambert es sin duda la mejoría que experimentó el equipo tras el descanso. Christian Benteke marcó tras un dudoso penalti nada más salir del vestuario y a partir de entonces el partido se convirtió en un ataque constante contra la portería del Newcastle. El público así lo supo reconocer. «Es la primera vez que veo una ovación tras perder», afirmó Lambert. «Fue algo increíble».

 

Lambert pasó por alto algunos abucheos tras una actuación que volvió a mostrar la fragilidad de su equipo. Poco incisivo en ataque a pesar de la presencia de jugadores como Gabby Agbonlahor, Darren Bent, Charles N’Zogbia o Christian Benteke e inocente en defensa.

 

El Newcastle llegó tras 17 partidos lejos de St James’ Park sin ganar. Los goles de Papiss Cissé y Yohan Cabaye le permiten escalar hasta la 15ª posición y superar al Southampton. El Villa puede quedar penúltimo si el Reading logra un punto en casa ante el Chelsea. Y sus cuatro próximos partidos incluyen rivales como Everton, Arsenal y Manchester City.

 

El Villa llegó al partido sabiendo que desde 1955-56 no sumaban tan pocos puntos a estas alturas de la temporada. En la primera parte, la tribuna Holt End celebró que la peor defensa de la liga hubiera sido capaz de despejar un saque de esquina. El humor negro es lo último que le queda al aficionado del fútbol desilusionado con su equipo.

 

El Newcastle que apareció en Villa Park tampoco se encuentra en el mejor momento de su historia reciente. La diferencia con su rival es que las «urracas», ante la amenaza del descenso, sí han recurrido al mercado de invierno y su inversión rindió sus frutos de inmediato. Pardew alineó a dos de sus fichajes de inicio, Moussa Sissoko y Yoan Gouffran. «No creo que hubiéramos ganado sin Sissoko», afirmó Pardew. «Tal es la importancia que tuvo». Los aficionados del Newcastle no parecieron muy molestos por la invasión francesa de su equipo. Varias banderas francesas aparecieron entre los aficionados visitantes, incluida una con las palabras «Le Toon».

 

Sissoko tardó 19 minutos en mostrar su tarjeta de presentación. Un pase medido entre la defensa del Villa permitió a Cissé plantarse ante Brad Guzan y batirle por bajo. Demasiadas facilidades dio el Villa para estar jugando con defensa de cinco.

 

Tres minutos después, Charles N’Zogbia envió un potente disparo al poste. Desde una posición similar, Yohan Cabaye no perdonó. A los 31 minutos, Jonás Gutiérrez centro desde la derecha, Ron Vlaar despejó con la cabeza al borde del área y Cabaye amortiguó el balón. Su volea cruzada desde 25 metros se coló por la escuadra rival. Una auténtica joya para poner el 0-2.

 

Lambert tomó medidas al descanso. Darren Bent y Joe Bennett abandonaron el césped para dar entrada a Gabriel Agbonlahor y Andreas Weimann. El Villa pasó del extraño 5‑2‑1-2 al 4-2-3-1 que le dio buenos resultados en una fase de la temporada. Antes de dos minutos, Tim Krul ya había tenido que intervenir para evitar los disparos de Weimann y Benteke. Entonces, Mathieu Debuchy cometió un inocente penalti sobre Agbonlahor en una esquina del área que transformó Benteke. El partido cambió y se transformó en un ataque constante sobre la portería de las «urracas».

 

Pardew ordenó a su equipo dar un paso atrás y las ocasiones para el Villa se sucedieron. Sin embargo, Krul recordó al de la temporada pasada y abortó todas las ocasiones. Cualquier otro equipo habría acabado empatando, pero no el Villa. Un equipo que solo había logrado un gol en sus anteriores seis partidos de liga en casa.