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La Premier de ayer y de hoy

El fútbol ha cambiado mucho en la última década. En la Premier, algunos equipos han cambiado de estadio y la mayoría de presidente. Pero en lo que sí han variado todos han sido sus plantillas. Analizamos el cambio generacional en los grandes durante los últimos diez años.

 
Bien es sabido que el fútbol es un deporte en constante evolución. Década tras década, el balompié sufre variaciones en todas sus vertientes. El fútbol a color, el paso de las aficiones de pie a sentadas, la serigrafías de las camisetas, la aparición de patrocinadores… Muchos son los cambios que acontecen al deporte rey. Últimamente han aparecido los campos con calefacción en el césped. O con el techo retráctil incluso.
 
Los jugadores tampoco se quedan atrás. Hoy en día se depilan, se peinan con mimo antes de saltar al césped y saludan a los rivales como si fueran amigos. Ah, y lo más importante para demostrar que eres el mejor jugador de tu plantilla es salir el último del vestuario. Se ha perdido cierto respeto al deporte, al espectáculo y al aficionado. Se ha perdido cierta esencia.
 
Además, pocos son los clubes que han mejorado sus prestaciones en la última década. A nivel continental se podrían destacar sólo cuatro con certeza absoluta. Bayern de Múnich, Barcelona, Real Madrid y Chelsea. Los Blues son la única escuadra británica que parece haber mejorado plantilla y resultados en los últimos 10 años.
 
En Stamford Bridge dirigía ya Jose Mourinho. En aquel entonces, el Chelsea tenía ya una nómina de jugadores prometedores y caros que rendían a buen nivel. Sin embargo, la actual plantilla del Chelsea parece mejor hombre a hombre. Analizando línea por línea, en la portería y la defensa el nivel es similar. La comparativa que se puede realizar entre el Petr Cech de hace diez años y el Thibaut Courtois actual como guardametas y las líneas defensivas formadas por Paulo Ferreira, John Terry, Ricardo Carvalho y Wayne Bridge respecto a la actual, formada por Bratislav Ivanovic, Gary Cahill, el incombustible Terry y Azpilicueta, parecen de nivel próximo.
 
Más dudas se presentan en el mediocampo y la delantera. En el centro del campo, la supuesta línea titular estaba compuesta por Frank Lampard, Claude Makelele, Damien Duff y Tiago. A día de hoy, esta línea parece superior. La conformada por el resucitado Cesc Fábregas, Nemanja Matic, Oscar, Willian y el talentoso Eden Hazard supera en calidad individual a la que tenían por entonces los Blues. La delantera estaba monopolizada entonces por Didier Drogba. Hoy, está comandada por Diego Costa y secundada por el veterano africano. Alternativa de garantía y mayor capacidad goleadora en la actualidad.
 
Bien distinto ha sido el curso de los equipos rivales del titán del oeste de Londres a lo largo de la década. Cierto es que el Manchester City ha sufrido un cambio sideral en estos diez años para mucho mejor, pero este análisis se centra en los equipos que tenían (entonces) y tienen (actualmente) relativa potencia en Inglaterra. No es el caso del City hace diez años (los Citizens fueron 16º en 2003-04 y 15º en 2005-06, por ejemplo).
 
El caso de mayor cambio (y a peor) es el de otro equipo londinense, el Arsenal. Los gunners practicaban hace diez años un fútbol vertiginoso y atractivo que se convirtió en una referencia en Europa. El equipo de Robert Pires, Freddie Ljunberg, Patrick Vieira, Ashley Cole, Dennis Bergkamp y encabezado por el determinante Thierry Henry dominó Inglaterra durante varios años. Aquellos gunners pasaron a la historia por su racha de imbatibilidad en la Premier pero también por su solidez, pragmatismo y estética de su juego. Un equipo de época.
 
Hoy en día, Wenger ya no está en Highbury y sí en el Emirates. Campo más grande, de mayores dimensiones y mayor beneficio. En cuanto a la plantilla, no hay discusión. Entre Yaya Sanogo, Olivier Giroud y Danny Welbeck serían incapaces de replicar un mero cambio de orientación de Bergkamp. Mucho menos marcar dos hat-trick en una temporada. Jack Wilshere se ha quedado en el camino de ser el nuevo Cesc y Aaron Ramsey está lejos de tener la influencia en el juego de Vieira. No hay color.
 
Otro de los grandes de aquellos años (menos en la actualidad), era el Manchester United. La plantilla mancuniana parece venida a menos. Con jugadores de técnica y calidad individual destacada pero con serias carencias en lo colectivo. Al revés que antaño. Se podrían establecer ciertos paralelismos en la plantilla de la actualidad y la de hace una década por Old Trafford. Y el nivel en algunos puestos es semejante. Pero en su conjunto está muy por debajo.
 
Es cierto que se podría conmutar a jugadores como Tim Howard y David de Gea, a Ryan Giggs por Ángel Di María, a Robin van Persie por su paisano Ruud Van Nistelrooy o a Paul Scholes por Juan Mata (aunque sean de distinto perfil). Dicho lo cual, viendo las diferencias futbolísticas, además de su fiabilidad, podríamos demostrar el bajón de los Red Devils comparando el rendimiento entre el 2014 y el 2004.
 
Las prestaciones de otros equipos como Liverpool o Newcastle también parecen menores a nivel de club. Al menos su nivel de equipo. El Liverpool, ganador de la Liga de Campeones hace diez años, no tenía grandes individualidades. Pero sí un gran equipo. Steven Gerrard y Xabi Alonso se encontaban en plena ebullición. El prometedor John Arne Riise, Vladimir Smicer, Luis García, Sami Hyypia, Jamie Carragher, Jerzy Dudek y Milan Baros conformaron un equipo de garantías y competitivo (a pesar de su incierta posición en aquella Premier). Los Magpies, por su parte, constaban con una gran y joven plantilla capitaneada por el veterano Alan Shearer. Jermaine Jenas, Kieron Dyer, Craig Bellamy, James Milner o Shay Given formaban parte de aquel conjunto. Una pléyade de los mejores jugadores del Reino Unido en las filas de las urracas.
 
A día de hoy, ni los reds ni los magpies parecen tener unas plantillas de nivel tan competitivo. Con jugadores en la élite de la competición, quizá sí mejores a nivel técnico que los de una década atrás. Pero inferiores en inteligencia táctica y capacidad de trabajo. No han ido a mejor ninguno de ellos en la comparativa.
 
Existen más y mejores jugadores técnicamente en la actualidad. No únicamente en Inglaterra sino a nivel continental. En cambio, la sapiencia táctica y el físico siguen siendo factores trascendentales en el fútbol. Jugadores como Emre Can, Juan Mata o Mesut Özil son superiores a nivel técnico de lo que fueron Dietmar Hamann, Paul Scholes o Gilberto Silva. En cambio, en el cómputo global como jugador, salen perdiendo los tres primeros.
 
Cierto es que el fútbol evoluciona. Que cada vez prima más la estética y la técnica. Que vende mucho el jugar bien y poco el sacar los partidos adelante. Hasta Sam Allardyce lo ha aceptado en su nuevo y refinado West Ham. Pero no hay que llevarse a engaño. Siguen siendo necesarios los mediocentros defensivos, el fútbol equilibrado y las defensas de cinco. Sigue haciendo falta el fútbol pétreo y rudimentario. La variedad de estilos. Y de recursos.
 
Seguirán viéndose más los pases y virguerías de Mesut Özil que los robos de balón de Yaya Touré. Los regates de Di María que el equilibrio táctico de Nemanja Matic. Pero es innegable que es tan necesaria la creatividad como la sapiencia táctica. El fútbol hace diez años no había evolucionado tanto pero, en ciertos aspectos, tal vez fuera mucho mejor que el que tenemos hoy en día.
 

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