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La sinergia del fútbol inglés

Sin el atavismo italiano ni el ventajismo español. Con el agradecimiento alemán y con sentido crítico contra la antideportividad y las tretas. Estadios de mediana capacidad con afluencia media completa. Eso es el fútbol inglés.

 
Decía Jorge Valdano que el fútbol son estados de ánimo. La prosa del retirado ariete argentino siempre ha tenido cierta reverberación en el fútbol español. Sin duda, su verbo fue siempre mejor que su calidad como jugador. De cualquier modo, con esta máxima sacó a la palestra una gran verdad.
 
Aprovechando esas palabras, se podría expresar que el fútbol inglés es pasional pero moderado. Respetuoso. Con el deporte, con el aficionado y con el concepto de espectáculo. Y sobre todo un modelo sin excesos. Siempre moderado, racional, organizado.
 
En la comparativa se le podía situar como el modelo más cercano el alemán. La Bundesliga, con su carácter festivo en los partidos. Sus horarios apacibles. Y su aceptación en cuanto a la actuación de los equipos. No existen las pitadas, los reproches individuales o colectivos. Únicamente agradecimiento por los protagonistas que ofrecen las funciones en los partidos y compensando su esfuerzo a través del aplauso o la aclamación. Los desplazamientos como visitantes, otro rasgo común.
 

Bundesliga y Premier se distinguen por la presencia de fans visitantes

En Premier, el 5% del aforo de los estadios debe estar reservado para ellos

La norma estipula que todos los clubes deben reservar un 5% de su aforo a la afición visitante con un límite máximo de 3.000 localidades. Es decir, el 5% de Old Trafford serían unas 3.800 localidades, así que el Manchester United solo está obligado a reservar 3.000. Y lo cierto es que estas localidades se suelen agotar. Para facilitar los desplazamientos todavía más, la Premier League lanzó una aplicación para móvil destinada a los aficionados visitantes donde les informa de la ubicación del estadio, incluye ofertas para hoteles, restaurantes y pubs, así como información de última hora. En Inglaterra, hasta los partidos de los lunes reciben siempre más de un millar de aficionados del equipo visitante. Incluso los partidos de divisiones inferiores.
 
La antítesis son la Serie A y la liga española. El atavismo italiano con su continua indignación y sus arranques de pasión exacerbada. En las remontadas y los contragolpes. En la épica de sus clubes. Y en las protestas exacerbadas al jugar al límite del reglamento o cuando sus equipos no cosechan los resultados esperados.
 
En España, el clima de negatividad y ventajismo es similar. La baja afluencia a los campos por los inaceptables horarios y las inasumibles entradas. O abonos de temporada. Tomando como baremo el estudio Eurostat 2011 y el “Estudio Deportes TV & Internet”, se puede demostrar de forma argumentada, que España es el país con peor salario medio de los cuatro con los cuales se establece la comparación (los aquí citados), es donde más porcentaje del sueldo se paga por una entrada de fútbol en los estadios y por ver los partidos de pago por visión, y los abonos medios son más caros. Esclarecedor.
 
Los aficionados ingleses también están en pie de guerra ante los precios de las entradas. Para suavizarlos, algunos clubes, como el Stoke City, ofrecen transporte gratis a sus aficionados cuando juegan lejos del Britannia. Otros han optado por llegar a acuerdos bilaterales para ofrecer a sus aficionados cuando viajan un precio asequible. Esta temporada, la propuesta de la Premier League es fijar un precio máximo para las entradas para visitantes de 20 libras.
 
Pero, por encima de todo, cabe destacar el triunfo del modelo inglés, más allá del carácter de los aficionados dentro de los campos. No son estadios de una capacidad mayúscula en comparación con otros de los países aquí citados (Santiago Bernabéu, Camp Nou, Giuseppe Meazza o Allianz Arena) pero su afluencia es absolutamente descomunal. En porcentaje. Campos de mediana dimensión pero con una fidelidad sólo equiparable a la de los estadios alemanes. Los motivos son los citados infinidad de veces. Entradas y horarios asequibles, ausencia de violencia en los estadios…
 
Esta temporada, en la Premier League solo tres equipos tienen una media de asistencia a sus estadios inferior al 91% (Sunderland, Aston Villa y Burnley). Mientras, once equipos de segunda división superan una media de asistencia de 18.000 espectadores. Cuatro equipos de League One superan los 10.000 espectadores de media (el Sheffield United casi alcanza los 20.000). Y así.
 

Las protestas se centran en los precios. Premier fijará un límite este año

Los cánticos (y su humor) son otro rasgo distintivo del fútbol inglés

En la Premier no existe la continuidad infinita de cánticos como en territorio germano. No hay el escepticismo infinito de los estadios italianos y sus enérgicas reacciones a las situaciones adversas. Ni la expectación insatisfecha y nostálgica de los campos en España. Su sentido crítico contra los tramposos y la antideportividad colocan el ambiente inglés como admirable. No por su altanería y ruidosa lealtad a su equipo, sino por su respeto al balompié como un deporte de caballeros. Donde debe imperar la honestidad y la lucha limpia. Donde lo que sucede en los estadios se convierte en un modelo social.
 
La Premier es la mejor liga del mundo más allá de que no existan los mejores egos en los vestuarios. A pesar de que no allá ningún Balón de Oro de las últimas temporadas en sus filas. Aunque no se vendan las camisetas del mismo futbolista a espuertas. El fútbol inglés no necesita esas armas. No son sus armas. Su modelo se basa en la competitividad de sus equipos. En el conjunto de la competición. No de los mejores.
 
Lo mismo pasa en las gradas. No necesitan ser las aficiones que más animan. Ni las que más pancartas lucen. Su modelo no es ese. No son los rasgos por los cuales son admirados. La Premier es admirada por ser lo que es actualmente. La esencia del fútbol inglés. Su deportividad, su respeto al espectáculo por los aficionados. Su respeto a los aficionados por los jugadores. Y, por supuesto, su toque de humor (y la temporada anterior).
 
En Inglaterra no hace falta gritar. Ni indignarse. Su carácter y paradigma es otro. Su clima de festividad, su modelo social en los estadios vuelven a convertir en ejemplar la competición desde otra perspectiva. Dentro de la Premier League existe una sinergia especial.
 

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