Arsène Wenger volvió a enfrentarse a la UEFA ayer por la noche a causa de sus intentos por enviar mensajes desde su asiento en el palco hasta el banquillo durante la victoria del Arsenal por 1-0 ante el Udinese, que le permite encarar la vuelta de la eliminatoria previa de la Champions League con ventaja.
El técnico estaba sancionado por un partido por sus críticas tras ser eliminado por el Barcelona en la pasada edición de la Champions League, contra la UEFA y contra el colegiado de aquel partido, Massimo Busacca.
Wenger creía, tras un diálogo entre el club y la UEFA, que podía enviar instrucciones a través de un tercero desde el palco al banquillo, donde se encontraba su segundo, Pat Rice. Wenger estaba acompañado por Boro Primorac y, durante la primera parte, el preparador del primer equipo telefoneó a Rice para darle instrucciones.
Pero en el descanso, la UEFA avisó a Wenger de que no podía comunicarse de ninguna forma con el banquillo. En la segunda parte, Primorac continuó haciendo llamadas, lo que podría llevar a la UEFA a investigar si Wenger intentó vulnerar las normas.
Wenger no hizo declaraciones tras el partido, argumentando que su suspensión también se aplicaba a sus compromisos con los medios. Si la UEFA le sanciona por eso, será interesante conocer la reacción de Wenger.
Los problemas se le amontonan a Wenger, que no podrá contar con Jack Wilshere para la visita del Liverpool el sábado. Tampoco podrá contar con Alex Song y Gervinho, que está suspendido tres partidos por su expulsión ante el Newcastle. Song fue sancionado posteriormente por su pisotón a Joey Barton. Gervinho ha perdido su recurso para reducir la sanción por abofetear al centrocampista del Newcastle.
Samir Nasri, mientras, ha echado más leña al fuego publicando mensajes en Facebook criticando a los aficionados del Arsenal por darle la espalda por su traspaso al Manchester City. Una parte de los aficionados que viajaron a Newcastle cantaron canciones contra él. Nasri dijo que su traspaso «está casi cerrado pero me marcharé con rabia y dolor en mi corazón. Me siento muy decepcionado por los aficionados del fin de semana pasado. Todavía soy jugador del Arsenal pero me iré muy pronto».