Jean Claudel

La única que celebra es la Reina (1-0)

Un solitario gol de Danny Welbeck en la primera parte fue suficiente para que Inglaterra venciera a Bélgica en el debut de Roy Hodgson en Wembley. Los Roy’s Boys se consolidan como un equipo sólido, difícil de batir, pero con poca creatividad e imaginación. Cahill y Terry acabaron lesionados.

 
En un fin de semana en que Isabel II, la Reina de Inglaterra, celebraba sus 60 años de reinado, Roy Hodgson hizo su presentación en sociedad como técnico inglés en Wembley. Sus números no pueden ser mejores: dos amistosos, dos victorias, dos goles a favor, ninguno en contra.
 
Los ingleses marcaron un buen gol y defendieron con rigor y constancia ante, posiblemente, el mejor equipo de Europa que no estará en la Euro de Polonia y Ucrania. El equipo de Hodgson fue mejor que el sábado pasado ante Noruega y viajará a Polonia con la moral intacta. «Todavía queda mucho trabajo por hacer respecto al uso del balón en situaciones ofensivas, pero estoy bastante contento con nuestras prestaciones defensivas», dijo Hodgson.
 
Bélgica perdió a Vincent Kompany en el calentamiento, pero con esa salvedad, se presentó con su mejor equipo, con Moussa Dembélé arropando a la defensa y Eden Hazard en ataque, circularon el balón con inteligencia y precisión. En la primera media hora, solo Alex Oxlade-Chamberlain dio señales de vida por el costado inglés. Primero, burlando a su defensa por su lado izquierdo y luego desaprovechando una clara ocasión para marcar cuando un balón quedó suelto en el área pero el jugador del Arsenal resbaló y disparó fuera. Más cerca iría su siguiente disparo, tras pase de Danny Welbeck.
 
La peor noticia para los ingleses llegó a mediados de la primera parte, cuando Dries Mertens empujó a Gary Cahill por la espalda, provocando que el central del Chelsea chocara con Joe Hart y tuviera que retirarse con una posible fractura de mandíbula. Las radiografías dirán si puede ir a la Euro o se convierte en la enésima baja inglesa.
 
Tras una fase de entradas y choques a destiempo, llegó el gol inglés, a diez minutos del descanso. Welbeck y Steven Gerrard presionaron a Dembélé, que perdió el balón en su zona de creación. Gerrard pasó a Ashley Young, que envió un pase medido al hueco para que Welbeck batiera a Simon Mignolet con una vaselina medida.
 
Ya en la segunda parte saltó al campo Wayne Rooney, que apenas apareció. Incluso antes de empezar el carrusel de cambios, Inglaterra levantó el pie del acelerador y se limitó a aguantar. La única ocasión clara de los belgas fue un disparo lejano de Gillet que pegó en el poste derecho de Hart.
 
Los ingleses respondieron con otro balón al palo. Theo Walcott cedió a Jermain Defoe, que disparó cruzado y batió a Mignolet pero el balón rebotó en el palo.
 
«You only sing when you’re winning» («Solo cantáis cuando estáis ganando») cantaron en inglés los numerosos aficionados belgas que acudieron a Wembley. Ganar es lo único que parece importar a este equipo de Ferguson, práctico, pragmático, carente de detalles, de ornamento. Veremos si es suficiente para volver de Polonia con la cabeza alta.
 

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