Ilie Oleart

La vida sigue igual para el Wigan (1-1)

El Wigan sigue ciñéndose semana tras semana al mismo patrón: juega para ganar, hace méritos para hacerlo pero no lo consigue. El equipo de Roberto Martínez se mostró esta tarde superior al Norwich durante largas fases del encuentro pero sus carencias en las áreas le volvieron a pasar factura.

 

Premier League

Norwich 1
Wigan 1
Ficha técnica
1 – Norwich: John Ruddy, Elliott Ward, Zak Whitbread, Kyle Naughton, Adam Drury, Andrew Crofts (Elliott Bennett, 69), Wes Hoolahan, David Fox, Andrew Surman (Anthony Pilkington, 69), Grant Holt (Steve Morison, 59), Simeon Jackson.
1 – Wigan Athletic: Ali Al-Habsi, Gary Caldwell, Antolin Alcaraz, Emmerson Boyce, Maynor Figueroa, Jean Beausejour, Victor Moses, James McCarthy (Mohamed Diamé, 85), James McArthur, Jordi Gómez (Shaun Maloney, 56), Hugo Rodallega.
Goles: 1-0, m.10: Hoolahan. 1-1, m.68: Moses.
Este fue un encuentro que el Wigan jugó para ganar y debería haber ganado. Que no lo hayan logrado es el mejor resumen de su delicada situación en la Premier League. Y no es probable que esa situación mejore en las próximas semanas, considerando que entre sus próximos seis rivales se encuentran Liverpool, Manchester United, Arsenal y Chelsea.
 
Esta tarde, el Wigan solo aprovechó una de las seis claras ocasiones de las que dispuso, un mal endémico del equipo esta temporada. Los Latics, además, llegaban al partido tras una difícil semana tras las críticas públicas del dueño Dave Whelan por la alineación planteada por Martínez la semana pasada. La relación entre Whelan y Martínez, sin embargo, sigue siendo fuerte, y es más que probable que el técnico siga en su puesto aunque el club acabe en el Championship la próxima temporada, un destino que parece prácticamente inevitable.
 
La apuesta del Wigan es digna de elogio, aunque sea precisamente esa apuesta la que acabará por condenarlos. El 1-0 es un ejemplo perfecto de la filosofía de Martínez. En lugar de despejar con un pelotazo un pase atrás de la defensa, el portero del Wigan, Ali al-Habsi, intentó pasar en corto a uno de sus compañeros pero el balón acabó fuera de banda. La rapidez e inteligencia del Norwich hizo el resto. Adam Drury sacó rápidamente el saque de banda para Simeon Jackson, que centró para que Wes Hoolahan marcara el primer gol tras adelantarse a su marcador Gary Caldwell.
 
La reacción no se hizo esperar. El Wigan se adueñó del balón y obligó al Norwich a perseguir sombras durante buena parte del primer tiempo. Incluso creó ocasiones. Jean Beausejour disparó directamente a John Ruddy, como hizo luego Hugo Rodallega. El lateral Emmerson Boyce vio como su centro era desviado y chocó en el larguero del Norwich. El colofón llegó a dos minutos del descanso. Ruddy no pudo bloquear un disparo de Jordi Gómez y Rodallega llegó el primero al rechazo. Su disparo salió por encima del larguero.
 
Los visitantes aumentaron la presión en la segunda parte y surtió efectos a falta de 20 minutos. El sustituto Shaun Maloney envió un balón entre los centrales del Norwich y el rapidísimo Victor Moses dribló a Ruddy y marcó a puerta vacía.
 
Ambos equipos pudieron ganar el partido en la recta final. El Wigan a través de Mohamed Diamé por dos veces, el Norwich a través de Steve Morison, suplente esta tarde.
 
«Siempre he pensado que si no puedes ganar un partido, no lo pierdas», dijo Paul Lambert, que alineó en su once a nueve jugadores que el año pasado comenzaron ante el Portsmouth el partido en el que certificaron el ascenso a la Premier League. «Un punto más hacia la permanencia», dijo. Una permanencia que podría estar ya en el bolsillo. Muchos técnicos creen que esta temporada bastará con 36 puntos para salvarse. Y el Norwich, 12º, ya tiene esa cantidad.
 
El Wigan, en cambio, sigue anclado en la última posición con 21 puntos. «Seguimos confiando en que podemos salvarnos», dijo Martínez. «Todos creen que seremos el primer equipo en descender pero eso no nos afecta. Somos últimos pero no jugamos como si lo fuéramos. Eso me enorgullece y faltan 30 puntos por jugar. Estamos preparados para lo que queda».
 

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Ilie Oleart