Para optar a permanecer en el banquillo del Chelsea, Roberto Di Matteo tiene dos opciones: ganar la Champions League o lograr la cuarta plaza en la Premier. Bueno, en el primer caso, no solo seguirá como técnico. Posiblemente, también le erigirán una estatua chapada en oro frente a Stamford Bridge. Di Matteo pretende mantener ambas metas intactas el mayor tiempo posible. Quizá ése fuera el motivo por el cual decidió dar descanso a Torres, Sturridge, Essien, David Luiz y Mata ante el Stoke. Presumiblemente, todos serán titulares ante el Nápoles en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones.

 

Con la mitad de los supuestos titulares en el banquillo, Di Matteo apostó por la vieja guardia en un partido donde el resultado era harto más importante que el juego del equipo. Cech, Terry, Cole, Mikel, Lampard, Kalou y Drogba fueron titulares. Lo único era importante eran los puntos. La forma de hacerlo quedó relegada a un mero aspecto secundario.

 

Y las cosas no pudieron comenzar mejor. A los 25 minutos, una absurda e innecesaria acción de Fuller sobre Ivanovic provocó que el árbitro, Andre Marriner, expulsara al delantero jamaicano del Stoke de forma totalmente justificada.

 

A pesar de jugar contra diez, el Chelsea no carburaba. Monopolizaba la posesión del balón, algo que no tiene mucho mérito ante los Potters, un equipo que se da por satisfecho con su cuota habitual de saques de banda y balonazos. Los «blues» no creaban ocasiones de gol, en parte por la falta de creatividad en la medular, agravada por la ausencia de Mata y Sturridge.

 

Así las cosas, Di Matteo tomó una decisión drástica. Siete minutos antes del descanso, Juan Mata entró al terreno de juego en detrimento de Meireles, tan previsible como toda la temporada. La decisión del portugués de no celebrar su gol en FA Cup entre semana y de marcharse del terreno de juego sin celebrar la victoria han levantado ampollas en Stamford Bridge. Su continuidad está más que en entredicho.

 

La presencia de Mata acabó por sentirse en el segundo tiempo. En el minuto 68, un delicioso pase del español permitió a Drogba marcar tras regatear a Begovic. El marfileño se convirtió en el primer africano en alcanzar los 100 goles en la Premier League.

 

Tras el gol de Drogba, solo Walters se acercó a la portería defendida por Petr Cech, pero sin suerte. Con diez y el marcador en contra, el Stoke pareció ser consciente de que su destino inevitable era la derrota. Como en sus últimas visitas a este estadio.

 

Con esta victoria, el Chelsea de Roberto Di Matteo empata a puntos en la cuarta plaza con sus vecinos del Arsenal, aunque los «gunners» tienen un partido menos, el que jugarán el lunes ante el Newcastle. Ahora deberán centrarse en la Champions League, donde tendrán que jugar mejor de lo que lo han hecho esta tarde si quieren tener la más mínima posibilidad de remontar la eliminatoria ante el Nápoles.

 

El Stoke se mantiene en una más que cómoda décima plaza, 14 puntos por encima del descenso. Pulis incluso se permitió el lujo de reservar a jugadores como Delap, Pennant, Upson, Crouch o Palacios para el próximo domingo, cuando se enfrentarán al Liverpool en la FA Cup. Los Potters cayeron el año pasado en la final y desean repetir experiencia a cualquier coste.