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En el lugar elíptico donde vivimos llamado planeta tierra, hay cuantiosas ciudades que se caracterizan por algo específico, sea en términos culturales, políticos o turísticos. Ituzaingó es un condado que se ubica en la capital argentina, Buenos Aires. “El jardín del oeste” se caracteriza por ramblas muy estrechas, con espacios verdes y con chalets al estilo francés.
Con no más de 200.000 habitantes y bautizada hace veinte años, la zona carece de algo que la caracterice. Sin embargo, es en esta demarcación donde dio sus primeros pasos un jugador con una historia curiosa. Esta es la historia de Manuel Lanzini.
Lanzini nació el 15 de Febrero de 1993. Empezó en las categorías inferiores de su pequeño pueblo. Su rapidez y buen manejo del balón le permitieron destacar desde sus inicios. El club Atlético River Plate le fichó con 10 años. Lanzini empezó a adueñarse de los ojos de cualquier dirigente de las categorías inferiores del equipo millonario. Sus padres querían que su hijo triunfara en Primera División y por ende apoyaron al jugador para que se desarrollara futbolísticamente con la Banda Roja.
Tras cinco años en el club de la Plata, el volante comenzó a desplegar un talento nato con la pelota. «Manuelito» fue reclutado por la octava de River a los quince años para que jugara su primer torneo nacional. La octava fue muy importante para Lanzini, puesto que los platenses llegaron a la final contra Boca Juniors y nuestro protagonista decidió el partido con dos asistencias, un gol y el título para su equipo. En 2009, disputó el Mundial sub-18 de la mano de Walter Perazzo.
Fernando Kuyumchoglu, técnico de Manuel en sexta división, le utilizó como primer recurso de los suplentes. Supuso que el chico sería un revulsivo para el equipo. Las circunstancias se dieron por sí solas y las actuaciones del volante hicieron que, en sólo tres meses, el argentino saltara de sexta a primera división.
En 2010, debutó con el primer equipo de River Plate en partido de pretemporada marcando su primer gol al entrar de suplente. El 8 de agosto debutó oficialmente ante Tigre en la primera fecha del Apertura 2010. Tenía 17 años, 5 meses y 24 días de edad.
Terminando dicho torneo y con River Plate descendido, el jugador se fue a Brasil donde jugó a préstamo un año con Fluminense. Lanzini fue titular en el equipo blanquiverde pero su alto coste para el traspaso lo mandó de vuelta a La Plata, donde la Banda Roja ya había ascendido a primera nuevamente.
En el 2012, Ramón Díaz, técnico de River, no contó regularmente con Lanzini y el jugador emigró a los Emiratos Árabes tras firmar un contrato a razón de 12 millones de dólares por temporada con el Al Jazira.
Tras su corta estancia en Abu Dabi, el de Buenos Aires regresa a la élite del fútbol mundial con el West Ham inicialmente a préstamo pero con opción de compra, esperando confirmar la etiqueta que le colgaron en sus inicios, cuando fue etiquetado como el nuevo Pablo Aimar.
