En tres semanas, el Chelsea tiene la oportunidad de salvar una temporada caótica que de momento está siendo un fracaso. Si los Blues logran asegurar la clasificación para la Champions League del próximo año y logran triunfar en la FA Cup o la Europa League, Rafa Benítez podrá abandonar Stamford Bridge con la satisfacción del deber cumplido. De momento, el primer objetivo, la clasificación para Champions, sufrió un duro revés en Southampton.

 

Los Blues cayeron con justicia ante los Saints, que escalan hacia la zona media aunque todavía a cuatro puntos del descenso. Los aficionados visitantes mostraron su disgusto con los habituales cánticos dedicados a José Mourinho y las peticiones para que Benítez se marche más pronto que tarde. Tras una breve tregua, los errores de Benítez le costaron una dura reprimenda.

 

El Chelsea podría llegar al próximo domingo fuera de los puestos de Champions League (el Arsenal juega el sábado). Para entonces, ya habrá jugado contra Manchester United y Rubin Kazan. En previsión, Benítez realizó siete cambios en el once. Y el equipo lo notó.

 

La entrada de Ramires y Eden Hazard en la recta final inyectó energía e inspiración al equipo, pero para entonces ya era tarde. Kelvin Davis, que sustituyó a Artur Boruc en el descanso, desvió un disparo de Victor Moses por encima del larguero y una falta de Frank Lampard se marchó fuera por poco. Incluso en esa recta final, los locales gozaron de las mejores oportunidades.

 

Mauricio Pochettino, técnico del Southampton, elogió el trabajo de Benítez, pero lo cierto es que el Chelsea ha logrado un solo punto en cuatro salidas desde mediados de enero. La baja de Juan Mata, con fiebre, fue determinante, aunque posiblemente esté contra el Manchester United. Gary Cahill, en cambio, difícilmente llegará a tiempo por un problema de rodilla. Y John Terry, que volvió a la alineación y lo celebró con el tanto del empate parcial, volverá al banquillo.

 

Poco importa todo esto al Southampton, impulsado por los fantásticos Nathaniel Clyne y Jack Cork (que jugó 155 partidos de liga en seis equipos diferentes cedido por el Chelsea pero ninguno con los Blues). Su dominio quedó reflejado a los veinte minutos, cuando Lambert cedió en la izquierda a Rodríguez, que intercambió pases con Steven Davis y acabó superando por bajo a Petr Cech.

 

El Chelsea se recuperó al instante con el gol de cabeza de Terry, pero los Saints respondieron en cuestión de dos minutos. Branislav Ivanovic cometió falta sobre Lambert y el inglés marcó su 14º gol de la temporada con un gran gol de falta. Una excelente forma de celebrar su renovación por dos años.

 

Desde la llegada de Pochettino, los Saints han derrotado a Manchester City, Liverpool y ahora Chelsea, y la salvación está a un paso. Ahora tiene una semana para preparar su choque contra su predecesor, Nigel Adkins. Para entonces, Benítez ya habrá dirigido dos partidos en dos competiciones diferentes.