26 de febrero de 2012. Los Spurs, elogiados por el propio Sir Alex Ferguson como el equipo que practica el mejor fútbol de la Premier League, visitan el Emirates. Tras golear al Newcastle por 5-0, el Tottenham suma 51 puntos y se encuentra sólidamente situado en tercera posición. Tras un inicio de temporada titubeante, por ser generosos, el Arsenal ha logrado escalar posiciones y ya se encuentra cerca de los puestos de Champions League con 43 puntos, a 8 de su acérrimo rival.
A los 4 minutos, Louis Saha, recién llegado del Everton para sustituir a Roman Pavlyuchenko, adelanta a los Spurs. Treinta minutos después, Emmanuel Adebayor pone el 0-2 desde el punto de penalti. Los Spurs parecen destinados a llevarse el derbi del norte de Londres, asestar un golpe mortal a su rival y ampliar la distancia entre ambos clubes a 11 puntos.
La temporada de los Spurs basculó en 28 minutos en el Emirates
Todo comenzó semanas antes con la derrota ante el Manchester City
Y entonces se produce lo inexplicable. Sagna reduce distancias en el minuto 40 y solo tres minutos más tarde, Robin van Persie empata el partido. En un intento desesperado por frenar la sangría, Redknapp introduce a Van der Vaart y Sandro en el descanso en sustitución de Kranjcar y Saha. Pero ya no hay nada que hacer. En el 51, el resucitado Rosicky pone el 3-2 y Walcott añade dos más en el 65 y el 68. Un 5-2 que supone un torpedo en la zona de flotación del hasta entonces inexpugnable buque capitaneado por Redknapp, que se dirigía a ritmo de crucero hacia el ansiado puerto de la Champions League.
28 minutos transcurrieron entre el gol de Sagna y el segundo gol de Walcott. En ese lapso de tiempo, toda la temporada de los Spurs basculó. Hacia la nada. Hacia el vacío. Pero, ¿qué sucedió?
No resulta sencillo responder a esa pregunta. ¿Por qué un equipo que durante meses había impresionado a toda Europa se convierte de repente en un equipo ramplón, inconsistente y falto de pegada? Al fin y al cabo, estamos hablando de los mismos jugadores y del mismo técnico. Aparentemente, nada sucedió como para justificar la transformación del equipo. Aunque tal vez, examinando en detalle, podamos encontrar algunas explicaciones.
En realidad, todo se comenzó a torcer unas semanas antes del partido del Emirates. El 22 de enero, los Spurs perdieron todas sus esperanzas de luchar por el título tras caer por 3-2 ante el Manchester City. Los de Redknapp cayeron en el minuto 90 por culpa de un penalti transformado por Balotelli, que debería haber sido expulsado mucho antes tras una brutal agresión a Parker. Aquella derrota supuso el fin del sueño de la liga y un primer golpe a la confianza del equipo.
Desde luego, también existen factores deportivos que explican el declive de los Spurs. Ante el Newcastle, el 11 de febrero, el Tottenham disputó tal vez su mejor partido del año. Los de Redknapp completaron 600 pases de 676 intentados (un 89% de precisión) con Modric marcando el tempo del partido (85/99 en pases).
El declive de Modric discurre paralelo al de su equipo
Redknapp no halló soluciones a la ausencia de Lennon
El croata es el metrónomo del equipo. Bale y Lennon en las bandas dependen de él para iniciar sus internadas, Van der Vaart se nutre de los balones que le regala y Parker le busca siempre para iniciar el juego. El declive de Modric discurre paralelo al de todo el equipo. Ante el Norwich, el 9 de abril, Modric completó 56 de 66 pases. ¿La consecuencia? Su equipo completó 343 de 439, un mero 80%.
El Tottenham también ha pagado su falta de banquillo. La ausencia de Lennon en la banda derecha ha desequilibrado todo el equipo,
como ya comentamos en otra ocasión. La baja del extremo inglés ha provocado que Redknapp probara múltiples fórmulas: con Modric en banda, con Bale a la derecha, con Van der Vaart en banda…ninguna funcionó.
El 1-5 ante el Chelsea en la semifinal de la FA Cup ha significado el punto más bajo de este rápido hundimiento. Redknapp y los suyos tienen motivos para quejarse del arbitraje, pero eso no debe ocultar una realidad latente. Los Spurs estuvieron muy lejos de su mejor versión y el Chelsea les arrolló en la segunda parte.
¿Y ahora qué? El Tottenham conserva la cuarta plaza gracias a su mejor diferencia de goles respecto al Newcastle. El Chelsea se encuentra dos puntos detrás. Los Spurs tienen cinco finales por delante. Deben visitar a QPR, Bolton y Aston Villa (tres de los equipos involucrados en el descenso) y recibir a Blackburn (otro equipo en zona de descenso) y Fulham. En las últimas cinco temporadas, solo una vez hicieron falta más de 72 puntos para clasificar para la Champions, así que ganando cuatro de esos cinco últimos partidos, los Spurs estarán en la máxima competición europea el año que viene. Examinando su situación actual, se antoja como un reto más que difícil.