Ilie Oleart

Los auténticos vencedores no estuvieron en Stamford Bridge

El consenso general tras la victoria del Chelsea en Stamford Bridge por 2-1 ante el líder Manchester City es que los «blues» vuelven a estar de lleno en la carrera por el título. En realidad, los que vuelven a estar en situación de pelear por la liga son Manchester United, Tottenham e incluso Arsenal. 

 
Cuando Villas-Boas estaba más cerca de embarcar con destino a Siberia, el Chelsea ha renacido de sus cenizas. Tres victorias consecutivas contra rivales de prestigio (0-3 ante el Newcastle, 3-0 ante el Valencia en Champions League y 2-1 ante el líder City este lunes) han devuelto la confianza a Stamford Bridge, han reforzado la posición de Villas-Boas e incluso algunos han llegado a afirmar que los «blues» se han reenganchado a la lucha por el título.
 
Es cierto que el Chelsea ha mejorado en esos partidos. Villas-Boas ha retrasado la línea defensiva, ha juntado las líneas, ha colocado a un mediocentro clásico fijo delante de la defensa (Oriol Romeu) y ha optado por jugar al contragolpe. Además, ha tenido la fortuna de tener en su equipo a Didier Drogba, que despedazó al Valencia, y a Daniel Sturridge, que hizo lo propio ayer con Gaël Clichy (Wenger todavía debe estar sonriendo cuando piensa en los cinco millones de libras que cobró por él este verano).
 
Pero no es menos cierto que esas victorias tienen grandes peros. El Newcastle perdió durante el partido a Coloccini y Steven Taylor (y tampoco pudo contar con Cheick Tioté), y aún así mereció empatar. El Valencia necesitaba ganar en Stamford Bridge, un factor que jugó a favor del juego al contragolpe del Chelsea. Y este lunes, los «blues» fueron como ese boxeador campeón que se resiste a aceptar su declive, que huye del ocaso y una última vez logra levantarse de la lona para ganar un combate más. Sin la brillantez y la solvencia del pasado, pero una victoria al fin y al cabo.
 
El Chelsea tuvo fortuna de llegar al descanso con empate a uno. Clattenburg debió haber pitado penalti sobre Silva y el Chelsea debió haberse quedado con diez. En la segunda parte, la expulsión de Clichy resultó determinante, aunque el Chelsea solo pudo marcar de penalti. La actitud de los «blues» en los minutos finales muestra su dimensión actual. Sus jugadores se dedicaron a perder tiempo, a pesar de jugar con uno más en casa, recurrieron a la esquina como un equipo pequeño y celebraron la victoria como si sus vidas fueran en ello.
 
El Chelsea actual no está para competir con sus rivales de la zona noble. Las salidas de Anelka y posiblemente Alex permitirán al club incorporar a un defensa central y al deseado centrocampista organizador, lo cual permitirá a Villas-Boas regresar a su sistema de juego, el que ha tenido que abandonar para amoldarse a los jugadores que tiene. Pero la tarea que tiene por delante le llevará más de una temporada. Su objetivo este curso debe ser colarse entre los cuatro primeros, tarea nada sencilla.
 
Los auténticos ganadores de ayer son el Manchester United, Tottenham e incluso Arsenal. El United se sitúa a solo dos puntos de sus vecinos, a pesar del 1-6 recibido en Old Trafford y de su dubitativo arranque. El Tottenham cayó en el Britannia, si hubiera ganado estaría a 4 puntos con un partido menos. En cualquier caso, si gana al Everton en casa se pondrá a esa distancia. Y el Arsenal, que comenzó coqueteando con los puestos de descenso en el peor arranque que se recuerda en la era Wenger, ya está a nueve puntos del City. Además, los «gunners» recuperarán en el próximo mes a Sagna y Wilshere, dos titulares indiscutibles en los «gunners».
 
Pero el gran favorito sigue siendo el City. Los de Mancini han jugado en Old Trafford, White Hart Lane, Stamford Bridge y Anfield. El balance han sido dos victorias, un empate y una derrota. Unos números dignos de campeón.
 

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Ilie Oleart