Dos zorros voraces acechan a su víctima semana tras semana. Su cacería siempre acaba siendo fructífera y su manada festeja el botín al final de cada jornada de trabajo. No, no estamos en un documental de National Geographic. Estamos en la Premier League y eso que retratamos es la rutina que, hasta ahora, jornada doce del calendario, siguen los dos jugadores más determinantes del Leicester, Jamie Vardy y Riyad Marhez, sobre quienes hemos hablado ya ampliamente en el pasado.
Desde Luis Suárez y Daniel Sturridge, la Premier League no vibraba con una dupla tan efectiva. Vardy y Mahrez suman 19 goles entre los dos. O lo que es lo mismo: más goles que trece equipos de la liga, entre los cuáles destacan Manchester United, Chelsea o Liverpool. Empatado con Mahrez (7 goles), está Odion Ighalo, delantero del Watford, de cuyo particular recorrido ya hemos hablado en alguna otra ocasión. También con siete goles se encuentra Romelu Lukaku tras el tanto logrado este pasado fin de semana en Upton Park. Esto significa que los cuatro máximos goleadores de la Premier League jugaban la temporada pasada en equipos que finalizaron 11º y 14º en Premier League, y 2º en segunda división.
Lo curioso no es tanto que hasta ahora sean los delanteros de un equipo humilde –el Leicester– o de un recién ascendido –el Watford– los que más goles lleven en su cuenta particular sino que, de la tabla de máximos goleadores de la Premier League, haya varios jugadores que estén allí por una buena actuación en un momento puntual. Así pues, nombres como Georginio Wijnaldum o Sergio Agüero, están la tabla por haber marcado un póquer de goles contra el Norwich y un repóquer de goles contra el Newcastle respectivamente. Otros como Alexis Sánchez, Harry Kane, Callum Wilson, Arouna Koné o Raheem Sterling figuran ahí por un hat-trick en un determinado partido.
¿Dónde están los grandes matadores?
Jamie Vardy y Riyad Mahrez conforman un doblete histórico del Leicester en la lista de máximos goleadores de la Premier. Pero esto no se debe solo a méritos propios, consecuencia de un excelente estado de forma, sino también al contexto en el que se encuentran otros equipos.
¿Qué sucede, pues, con los habituales grandes delanteros de la Premier League? ¿Por qué no aparecen en la tabla de máximos goleadores? El pasado curso junto al recién llegado Diego Costa y al consolidado Sergio Agüero, apareció Harry Kane como joven talento goleador inglés, acaparando los focos que habitualmente se centraban en Wayne Rooney y últimamente empezaban a desviarse para iluminar también los particulares bailes de Daniel Sturridge después de cada gol.

El exjugador del Atlético de Madrid llegó e hizo valer su talento goleador con once goles en la primera vuelta del curso pasado. En la presente temporada, de doce partidos, de los que solo ha jugado diez a causa de la sanción del partido contra el Arsenal, solo ha marcado dos goles. El fútbol es un deporte de equipo, como manda el tópico, y si los demás diez jugadores no destacan a nivel colectivo, difícilmente lo hará uno a nivel individual. Así se retroalimenta el mal rendimiento colectivo del Chelsea con el individual de Diego Costa.
Otra de las causas de estas ausencias notorias en la tabla de goleadores se debe a que, hasta el momento, estos goleadores habituales han ido a rachas, como ya hemos explicado. Eso si es que las han tenido. Porque tampoco podemos olvidar en este análisis lo propensos que son algunos de los jugadores mencionados a las lesiones, por pequeñas que sean. Ejemplos por excelencia son las continuas lesiones musculares del ‘Kun’ Agüero o de Daniel Sturridge, ausente a lo largo de casi toda la pasada temporada y en el inicio de la presente.
Es notorio que, gracias a la avalancha de millones propiciada por el presente contrato televisivo (que se acrecentará a partir de la próxima temporada cuando entre en vigor el siguiente), los pequeños equipos ya no están obligados a vender a sus mejores jugadores, lo cual aumenta la competitividad del campeonato liguero y su lucha por el cetro de máximo goleador.
Sir Alex Ferguson solía decir con razón que “un buen ataque gana partidos pero una buena defensa gana campeonatos”. Quizás el Leicester no gane la liga o el Watford acabe clasificándose para las competiciones europeas. Pero si usted, querido lector, es entrenador de un equipo de Premier, más le vale encontrar la fórmula que detenga a esas pequeñas bestias hambrientas de gol. O existirá una alta probabilidad de que le ganen el partido.