Premier League
West Brom | 1 |
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Arsenal | 2 |
Ficha técnica |
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1 – West Bromwich: Ben Foster, Billy Jones, Gareth McAuley, Liam Ridgewell, Jonas Olsson, Chris Brunt, James Morrison, Claudio Yacob, Jerome Thomas (Markus Rosenberg, 62), Graham Dorrans (Romelu Lukaku, 62), Shane Long. |
2 – Arsenal: Lukasz Fabianski, Per Mertesacker, Bacary Sagna, Nacho Monreal, Laurent Koscielny, Gervinho (Thomas Vermaelen, 73), Mikel Arteta, Tomas Rosicky (Kieran Gibbs, 82), Santiago Cazorla (Francis Coquelin, 89), Aaron Ramsey, Olivier Giroud. |
Goles: 0-1, m.20: Rosicky. 0-2, m.50: Rosicky. 1-2, m.71: Morrison (p.). |
Triunfo vital para el Arsenal en su búsqueda del billete europeo tras haber sufrido lo indecible en The Hawthorns, frente a un WBA superior y que extrañamente dejó a Lukaku en el banco. En el Arsenal, Wenger volvía a confiar en Gervinho y Ramsey como novedades más destacadas, así como confirmó la titularidad indiscutible de Koscielny en el eje central.
Muy incómodo jugó durante la primera parte el Arsenal. Long, Thomas y Morrison cegaban la salida de Koscielny y Mertesacker, aislando casi por completo a Arteta. Wenger acostó hacia el carril izquierdo a Cazorla, aunque el asturiano se venía continuamente al centro buscando a Rosicky y al vasco, incapaz de enhebrar la aguja. Imposibilitada la transición ofensiva desde los centrales y Arteta, a los gunners solo les quedaban los centímetros de Giroud. O la velocidad de Gervinho, quien últimamente viene mejorando sus actuaciones.
Apretaban y apretaban los baggies, buscando ataques rápidos y directos, con un Shane Long muy móvil, que constantemente se dejaba caer por el perfil del extremo derecho, arrastrando a Koscielny, muy serio ayer, y fabricándose sus propias ocasiones. Cerca anduvieron los locales de abrir el marcador, en un cabezazo de Yacob que Rosicky sacó bajo palos. Tras el rechace del córner y una mala salida de Fabianski, de nuevo Yacob pudo anotar, pero su poco ortodoxo remate se marchó cerca del palo.
El Arsenal estaba contra las cuerdas, incapaz de desarrollar su juego, por lo que hubo de recurrir a axiomas secundarios de su ideario. Incapaz de salir desde atrás, el equipo recurrió a Arteta, que envió un certero balón largo a la otra esquina del rectángulo, donde esperaba Gervinho. El marfileño gambeteó, ganó espacio y su centro a media altura lo embocó de cabeza quien poco antes había salvado a su equipo: Thomas Rosicky. El gol salvaba al Arsenal pero no lo acomodaba en el campo, con Giroud aislado y un Cazorla más intermitente que de costumbre. Precisamente una buena combinación entre ambos y saldada con un fino taco del francés propició una situación inmejorable para Ramsey, quien se encargó de lo más difícil: echarla fuera. Poco antes, los locales pidieron penalti a Webb tras una acción involuntaria pero a destiempo de Koscielny.
Luego del descanso, el Arsenal pareció asentarse y dominar el duelo. Dispuso de más metros y oxígeno para desplegarse, contando algunas ocasiones claras. Una contra conducida por Gervinho y finalizada por Sagna hubo ser repelida por Foster. Apenas dos minutos después, otro contragolpe tras pérdida de Yacob y conducida por Ramsey fue de nuevo atajada por Foster a Rosicky. El rechazo, sin embargo, cayó de nuevo en las botas del checo, que ya no perdonó. Como hiciera la temporada pasada, parece Rosicky se entona justo cuando más lo necesita su equipo.
El segundo gol secuestró el ritmo del partido aún más y al West Bromwich los metros se le hacían millas. Incapaz de generar juego, introdujo Clark de un golpe a Lukaku y a Rosenberg, intentando llegar al arco de Fabianski a las bravas. No fue mala idea, como tampoco hubiera sido sacar al belga de inicio. Cosas de entrenadores. A base de balón largo y estiramiento de líneas, la marea local volvió a subir y engulló a Mertesacker, que derribó a Long cuando se disponía a ajusticiar al Arsenal. Expulsión y penalti que transformó Morrison al estilo Neeskens.
El encuentro se le puso en chino al Arsenal, obligado a retirar a Gervinho por Vermaelen y a guarecerse atrás. Los locales en estático avanzaban como tractores, pero encontraron una vía en su costado izquierdo, donde Ridgwell y Lukaku percutían constantemente. Con todo a favor para el empate, Morrison la estrelló en Rosenberg y el sucesivo córner fue rematado fuera por poco por McAuley. El asedio no cesaba y no mucho más tarde, un centro de Jones desde la derecha Lukaku la envió fuera cuando The Hawthorns ya gritaba gol. Lo volverían a gritar, pero en vano a dos minutos del final, cuando Long se quedó solo frente a Fabianski. Sin embargo, su disparo salió alto.
Poco a poco los de Steve Clark se deshicieron y pese al añadido de cinco minutos, ya no volvieron a dar más sustos a los londinenses, quienes incluso pudieron ampliar distancias en las botas de Giroud cuando el partido expiraba. Con mucho sufrimiento y no menos suerte, el Arsenal resiste y vuelve a ganar en la maratoniana carrera por la Champions, demostrando ayer una versión más férrea y un estómago endurecido, que falta le hará en los partidos venideros. Los baggies sin duda merecieron mucho más, aunque la derrota tampoco dejará demasiado contrariada a una grada que sabe que los deberes ya están hechos hace tiempo. Una grada que eso sí, aún desconoce por qué Lukaku hubo de esperar hasta la media hora final para jugar.