A priori, un equipo de la League One tiene poco o nada que hacer contra todo un clásico del fútbol inglés como el Liverpool. Sin embargo, en la FA Cup cualquier cosa puede ocurrir, en parte porque las eliminatorias se juegan a partido único y en parte por la sorprendente magia que encierra la competición más antigua del mundo. Algo que quedó patente esta noche, en que los «reds» sufrieron más de lo que sugiere el resultado.

 

Y es que el Liverpool, a pesar de ganar por 5-1, mostraron carencias preocupantes. Su primera media hora de encuentro fue un desastre. El dominio del Oldham Athletic fue total, culminado con un inapelable disparo de Simpson a los 28 minutos que puso por delante a los visitantes. Sin embargo, el Liverpool tuvo la fortuna de cara puesto que logró el empate acto seguido en un rebote. El disparo desde fuera del área de Jonjo Shelvey fue desviado por Bellamy y se coló en la portería de Cisak. Cuando ya se llegaba al descanso, Gerrard puso el 2-1 tras un dudoso penalti, lo cual facilitó las cosas para la segunda parte.

 

La resistencia del Oldham duró hasta el ecuador de la segunda mitad, en que el gol de Shelvey puso el 3-1 que dejaba el partido sentenciado. Los visitantes bajaron los brazos y llegaron los goles de Carroll y Downing, ambos suplentes el día de hoy, ya en las postrimerías del encuentro.

 

Más allá de la pésima primera media hora, el partido demostró la carencia de un líder en el Liverpool. Gerrard jugó los 90 minutos y marcó un gol, pero es una sombra del jugador que levantó la Champions League hace ya siete temporadas. Luis Suárez había sido hasta ahora el alma del equipo, pero al uruguayo todavía le faltan seis partidos de sanción por cumplir. Craig Bellamy cumplió esa función esta noche. El galés, que jugó el año pasado en el Championship, logró el primer gol y dio la asistencia del tercero. Desde luego, carácter le sobra para cumplir esa función, pero para eso debería convertirse en titular en el equipo, algo difícil hoy por hoy.