No ha sido una semana fácil para Nigel Adkins. Tras un pésimo arranque de campeonato (14 goles encajados tras cuatro jornadas, récord en la historia de la Premier League, compartido con el Swindon en 1993), el técnico que ha guiado a los Saints desde League One hasta la Premier League, recibió muchas críticas. Y cuando, a falta de 35 minutos, su equipo perdía en casa por 0-1 ante el Aston Villa, el futuro se antojaba más que negro.

 

Nueve minutos antes del descanso, Darren Bent dejó en evidencia la defensa de los Saints, a claras luces su talón de Aquiles en este principio de temporada. Bent no logró rematar un centro desde la derecha, pero el despeje de José Fonte le cayó a Stephen Ireland, cuyo disparo acabó de nuevo a pies de Bent, que marcó el 0-1 de cerca.

 

La principal novedad de Adkins de cara al encuentro fue la sustitución del guardameta Kelvin Davis por el joven argentino Paulo Gazzaniga, de solo 20 años. Davis fue el principal damnificado por el 6-1 recibido ante el Arsenal la semana pasada. También el central japonés Maya Yoshida y el fichaje estrella del verano, Gastón Ramírez, fueron titulares por primera vez.

 

A pesar de todos esos cambios, fue una figura familiar, el fantástico Rickie Lambert, quién fue el artífice de la remontada. Él fue quien puso el empate a los 58 minutos, lo que supuso un punto de inflexión en el encuentro.

 

Poco después, llegaría el 2-1, obra del lateral derecho Nathaniel Clyne tras una delicada asistencia de Ramírez. Ya en dos ocasiones esta temporada los Saints gozaron en la segunda parte de una ventaja de 2-1 y en ambas la desaprovecharon (ante Manchester City y Manchester United). La sensación era que, de no marcar el tercero, los Saints acabarían pagándolo.

 

Y el gol llegó en el 72. Un disparo de Jason Puncheon fue desviado por Ciaran Clark al fondo de la portería de Brad Guzan. Ya en el tiempo de descuento, Rickie Lambert marcaría el cuarto de penalti, después de que Guzan derribara a Emmanuel Mayuka, que salió en la segunda parte.

 

La sustitución de Stephen Ireland al descanso con el brazo en cabestrillo resultó crucial para la remontada de los Saints y el hundimiento del Villa, aunque el técnico “villano” Paul Lambert no quiso personalizar: “Ganamos juntos y perdemos juntos”. Ese es el espíritu que demostraron los Saints esta tarde, cuando el público rindió a su técnico Nigel Adkins una ovación de gala en tiempo añadido. Y lo que, en última instancia, podría evitar el descenso de los sureños.