El aumento en los sueldos de los jugadores ha alcanzado niveles de récord en la Premier League, una tendencia preocupante considerando que a partir de esta temporada los clubes deberán cumplir las normas sobre juego limpio financiero de la UEFA.
El último informe anual sobre las finanzas del fútbol de Deloitte muestra que el aumento de los sueldos contrarrestó el incremento de los ingresos.

Los sueldos ascendieron en 201 millones de libras en 2010-11 hasta casi 1.600 millones, un aumento del 14%. Los ingresos totales ascendieron un 12% hasta situarse en 2.270 millones. Este aumento se debe al incremento de los contratos de televisión, en especial en el extranjero.
Alan Switzer, director del área de negocio de deportes de Deloitte, afirmó que el control de los sueldos era clave para la salud de los clubes. «Si el ratio es del 70% o superior, es muy difícil obtener beneficios operativos. Desde nuestro punto de vista, es demasiado alto, y los clubes deben recortar para volver al 60%. Cada 1% de reducción aumenta los ingresos operativos entre 20 y 25 millones de libras».
El aumento de los sueldos en algunos clubes grandes se han compensado con el incremento de los ingresos comerciales, como sucede en el Manchester United, Liverpool o Manchester City.
Las cifras son de la temporada 2010-11, las últimas antes de que la UEFA arranque sus cálculos para cumplir las normas de juego limpio financiero.
Según Switzer, Manchester City y Chelsea son los clubes que sufrirán más para cumplir las normas. «Chelsea y Manchester City son los clubes con mayores pérdidas, así que son los clubes con más por hacer. Varios clubes europeos tienen mucho camino por recorrer para cumplir con las normas».
El informe de Deloitte no cubre la última temporada, pero sí refleja el efecto de los últimos cambios fiscales: los 92 clubes de la liga pagaron casi 1.200 millones de libras en impuestos, un 20% más.
El informe también muestra que casi la mitad de los clubes de la Premier League redujeron sus ingresos el día de partido, a causa posiblemente de la difícil situación económica. Eso explicaría por qué muchos de ellos han decidido no aumentar el precio de los abonos y entradas para el próximo año.