Este era un partido con poca trascendencia para el Arsenal, que ya tenía asegurado el primer puesto del grupo F. Consciente de ello, Arsène Wenger decidió dar entrada a los menos habituales y dar descanso a sus estrellas. En cambio, el Olympiacos, que dependía del resultado del otro partido del grupo entre el Borussia Dortmund y el Olympique de Marsella para clasificarse, vio cómo su victoria ante el Arsenal era estéril y quedó apeado de la fase final.

 

El Marsella remontó un partido que le había dado la espalda en tierras alemanas e hizo pasar a los griegos de la euforia a la tristeza en solo unos minutos. En medio del jolgorio, cuando todo el estadio Karaiskaki festejaba la clasificación con el tercer gol de François Modesto (m.89), la noticia de que Mathieu Valbuena había marcado y el Marsella había remontado dos goles ante el Dortmund cayó como un jarro de agua fría.

 

El Olympiacos hizo todo lo que estuvo en su mano para clasificarse y, con dos tantos en el primer tiempo y otro en los minutos finales, infligió la primera derrota al Arsenal en esta Champions League. El técnico español Ernesto Valverde aprovechó a la perfección la poca intensidad que mostró el Arsenal. Los reservas no tuvieron la consideración de regalar a su técnico una victoria en su partido 200 en competición europea y exhibieron una actitud que difícilmente les permitirá gozar de más minutos en la escuadra habitual de Wenger.

 

El conjunto griego dejó el partido casi sentenciado antes del descanso. Abrió el marcador, en el minuto 17, el argelino Rafik Djebbour, tras regatear al meta Lukas Fabianski. En el 36, el español David Fuster aprovechó un penoso despeje de cabeza de Vito Mannone, que había entrado en el minuto 25 por la lesión de Fabianski, para ampliar distancias.

 

El Arsenal Mejoró tras el descanso, quizás fruto de la reprimenda de Wenger a sus hombres en los vestuarios, y recortó distancias gracias a un tanto del israelí Yossi Benayoun. Aún así, la victoria en ningún momento peligró para el conjunto griego, que siempre trató de mantener el balón en el campo rival.

 

No solo lo consiguió, sino que selló la victoria en el minuto 89, con un gol de François Modesto. Minutos antes, Vito Mannone había recibido un golpe en el hombro, pero el Arsenal ya había agotado los cambios y no disponía de más porteros en el banquillo, por lo que el italiano tuvo que jugar lesionado los últimos minutos.

 

El triunfo de los griegos resultó finalmente insuficiente porque, en el último instante, la reacción del Marsella en Alemania envió al Olympiacos al tercer puesto del grupo, que le condena a pelear por la Europa League.

 

El Arsenal, por su parte, ya espera rival para octavos. Hoy dejó una pobre imagen en Grecia pero Wenger ha conseguido guiar a los suyos hasta los octavos de final de la máxima competición europea una temporada más. Aunque ni con los titulares parece que estén capacitados para franquear puertos mucho más lejanos.