Nunca es tarde para empezar de nuevo. Esta famosa cita podría haberse aplicado al delantero italiano Balotelli, que llevaba ya algunos meses sin protagonizar ningún escándalo. Sin embargo, el italiano no logra enderezar el rumbo: sigue siendo un jugador conflictivo y, lo que es peor, mediocre.
Con 0-1 en el marcador gracias a un penalti transformado por el propio Balotelli, el italiano recibió un pase milimétrico de David Silva que lo dejó solo delante del portero. Tenía todo a favor para anotar, pero ni si quiera llegó a disparar. No se le ocurrió otra cosa que rematar de ruleta y con el tacón. Resultado: el balón se perdió mansamente lejos de la portería.
El clamoroso e irrespetuoso error de Balotelli provocó las recriminaciones de su compañero Edin Dzeko, que estaba totalmente solo a su derecha, y generó una mezcla de incredulidad y enfado por parte de todos los allí presentes. Tan solo cuatro minutos más tarde, Roberto Mancini decidió sustituirle por James Milner, algo que molestó a Balotelli, que le recriminó airadamente el cambio a su entrenador. No contento con el ridículo que había hecho hasta entonces, culminó su pataleta lanzando una botella al terreno de juego.
Finalizado el partido, toda la atención se centró en Roberto Mancini, que fue preguntado por el suceso: «Espero que esto sea una lección para él. En fútbol uno siempre necesita ser profesional, siempre serio, y él no lo ha sido. Necesita entender que su comportamiento tiene que ser bueno en cada partido, no solo en una semifinal o una final».
«Sabe que ha cometido un error. El fútbol siempre debería ser serio, y si uno tiene la oportunidad de anotar, debe hacerlo. Si uno es serio, puede jugar 90 minutos. Si no es así, puede venir y sentarse conmigo en el banquillo».
«Mario es joven, quiero ayudarle y eso es todo. Sustituirle después de 30 minutos es suficiente castigo. No habrá sido fácil para él, pero tiene que ser una lección».
Preguntado por las palabras que le espetó Balotelli cuando fue sustituido, Mancini dijo: «Ha hablado en italiano. Me cuesta encontrar la traducción adecuada en inglés».
Para los que no conozcan el historial conflictivo de Balotelli, su tragicomedia comenzó en el Inter, donde se enfrentó a su entrenador, José Mourinho. En las semifinales de la Champions League contra el Barcelona incitó a sus propios seguidores, que le abuchearon por despreciar la camiseta interista posando en televisión con la camiseta de su máximo rival, el AC Milán.
Ya en el Manchester City, uno de los capítulos más famosos fue su «tiro al canterano». Se dedicó a lanzar dardos a jóvenes canteranos «citizens» desde un balcón que daba al campo de entrenamiento (sí, no es una broma). También es muy famoso su «Solo Messi es un poco mejor que yo», palabras que declaró en diciembre del año pasado tras recibir el premio «Golden Boy». Su último episodio conflictivo sucedió en la semifinal de la FA Cup ante el Manchester United, donde, tras conseguir la clasificación, increpó a Rio Ferdinand, provocando la intervención de todos los allí presentes para evitar la pelea.
No hay duda de que Balotelli tiene condiciones para ser un buen jugador, aunque difícilmente vale los 24 millones de libras que pagó el Manchester City al Inter por él en el verano de 2010. Es cierto que sus continuos y cansinos numeritos le convierten en un personaje mediático, lo que no está claro es que su nivel mediático se corresponda con su nivel deportivo. Los años pasan y sigue siendo una promesa con un gran potencial y ninguna realidad palpable. Los aficionados al fútbol pasaron por alto los excesos alcohólicos de George Best, las salidas nocturnas de Romario o Ronaldinho, o los problemas con las drogas de Maradona, porque eran excelentes jugadores de fútbol. Sin embargo, mucho tendrá que mejorar Balotelli dentro de los terrenos de juego para que su rendimiento nos compense tantas tonterías.
