Ocurre el caso en que a un enfermo se le da una medicina, una que no tiene acción terapéutica inmediata sobre la enfermedad que se trata, pero funciona muy bien y cura al paciente. Es lo que se conoce como el efecto placebo. Eso es lo que le ha ocurrido al Manchester United con Anthony Martial, que llegó por del Mónaco en el último día de mercado por una cantidad que el club monegasco cifró en 80 millones de euros, aunque luego descubriríamos que en realidad se trataba de 50 más otros 30 en variables. Esas cantidades desorbitadas generaron críticas hacia Ed Woodward y su chequera fuera de control, y provocaron que el propio Louis van Gaal reconociera que se trataba de una cantidad ridícula, sobre todo considerando que era un fichaje con las miras puestas en el futuro. No olvidemos que Martial había disputado 52 partidos oficiales con el Mónaco pero solo había disputado los 90 minutos en cinco de ellos. Y sin embargo, Martial ha sorprendido a propios y extraños.
Las actuaciones del joven francés han transformado el bullicio y el alboroto por su arribo a alabanzas, comparaciones con el juego de Thierry Henry y en aplausos por su efectividad. Y no es para menos. Hizo su debut nada más y nada menos que en el derbi más grande de Inglaterra, frente al Liverpool, reportándose con una anotación brillante que permitió sellar un 3-1 reconfortante. En la siguiente fecha, marcó un doblete ante el Southampton en St. Mary’s, un partido complicadísimo que por poco dejan escapar los diablos rojos, salvando la papeleta con un 2-3. En liga, Martial suma tres goles y una asistencia (ante el Sunderland), lo que ha levantado la atención por su debut más que prometedor.
En la pasada jornada, en Goodison Park, Martial demostró además su versatilidad para ocupar diferentes posiciones. Van Gaal optó por devolver a Wayne Rooney a la punta de ataque con Ander Herrera por detrás de él y Juan Mata y el propio Martial en los costados. El experimento se saldó con una cómoda victoria por 0-3 y el convencimiento de que Martial es más desbordante que Memphis cuando juega en banda y más peligroso que Rooney cuando juega en punta.
Todos estos méritos se han traducido en la consecución del premio al mejor jugador del mes de septiembre de la Premier League, por delante de jugadores que han pegado muy duro en este mes, como el caso de Riyad Mahrez o Jamie Vardy, las revelaciones del Leicester City. Un fichaje que inicialmente parecía un accidente producido por las prisas propias de las últimas horas de mercado, ha resultado todo un acierto en estas primeras jornadas.
Martial ha demostrado una rapidez endiablada, versatilidad en la delantera y calidad para definir frente al arco rival. Si el resto del equipo mantiene la regularidad y le acompaña, se podría erigir en el mejor jugador joven de la liga, por delante de otros talentos como Raheem Sterling, Héctor Bellerín, Ross Barkley o Dele Alli.