Llegar a mitad de temporada a un equipo que coquetea con el descenso no es la mejor situación para volver a trabajar después de un año y medio sabático. Sin embargo, Martin O’Neill ha demostrado ya en sus primeros tres partidos al frente del Sunderland que sigue teniendo la ambición y determinación con la que llevó al Aston Villa a la final de la Carling Cup en 2010. Los «black cats» cosecharon su segunda victoria en los tres partidos que O’Neill ha dirigido al equipo. Aunque no sin sufrimiento.

 

La primera hora de juego tuvo en el Sunderland un dominador claro. A pesar de no monopolizar la posesión del balón, lograron encontrar constantemente en la banda derecha a Sebastian Larsson. El sueco, en un gran momento de forma, hizo bailar a Traoré al ritmo que marcaron sus internadas. El lateral izquierdo del QPR, más concentrado en atacar que en defender, regaló espacios por doquier que Larsson aprovechó para enviar un centro tras otro para Bendtner, la referencia en ataque de los «black cats» en la tarde de este miércoles.

 

El dominio del Sunderland se tradujo en dos goles. El primero, a los 20 minutos, llegó gracias a un córner pésimamente defendido por el QPR, lanzado por Richardson y rematado por Nicklas Bendtner desde cerca de la portería. No contentos con regalar el primer gol, la defensa del QPR cometió un error todavía más grave en el segundo.

 

Tan solo habían transcurrido diez minutos de la segunda parte cuando Gabbidon no fue capaz de controlar un balonazo largo y Sessegnon, muy atento, arrebató por detrás el balón al central. Solo ante Kenny, el delantero regateó al guardameta y puso un 2-0 que se antojaba definitivo. Pero nada más lejos de la realidad.

 

Un cuarto de hora después del segundo gol del Sunderland, el encuentro estaba empatado. Primero Helguson y después Mackie hicieron temblar a Martin O’Neill, que vio cómo su equipo se derrumbó tras ampliar la ventaja en el electrónico. El partido se puso de cara para los locales, sobre todo por el buen hacer de Adel Taarabt, que salió en el descanso, Mackie y Helguson. Pero éstos no lograron culminar la remontada cuando tuvieron la ocasión justo después del empate, y lo pagaron caro.

 

Cuando apenas quedaban dos minutos para el final del encuentro, Wes Brown anotó el 2-3 definitivo tras rematar un córner lanzado por Gardner. Con esta victoria, el Sunderland se aleja tres puntos de la zona de descenso, marcada por el Wigan. Mientras, el QPR se acerca lentamente a la zona de descenso tras tres derrotas consecutivas. Ya solo dos los puntos separan a los Rangers del descenso.