En La Media Inglesa ya comparamos al actual técnico del Chelsea, André Villas-Boas, con su exjefe, José Mourinho. Pese a ser distintos y cada uno tener su estilo, Villas-Boas hizo gala, por segunda vez, de una de las cualidades más rimbombantes del actual entrenador del Real Madrid: el empecinamiento.
Y es que, pese a no funcionar en los dos primeros encuentros, Villas-Boas volvió a alinear un centro del campo más físico que técnico, en el que Obi Mikel y Ramires se pasan el balón como quién se quita un problema de encima. Los únicos cambios introducidos por Villas-Boas fueron la lógica entrada de Ivanovic en detrimento de Álex, que estuvo horrible ante el WBA, y la de Drogba por Kalou, cambio en busca de la pegada que aporta el marfileño en contraste con lo poco que aporta Kalou, que ni siquiera se sentó en el banquillo. Sin embargo, tanto los que permanecieron en el once como los cambios introducidos por el técnico portugués, fracasaron.
El encuentro no pudo comenzar mejor para el Chelsea, que en el minuto seis ya iba ganando tras un misil lanzado desde fuera del área por José Bosingwa, lateral derecho que parecía más fuera que dentro de Stamford Bridge a principios de verano. Sin embargo, tal y como nos está acostumbrando Villas-Boas, el Chelsea no impuso su ley ante un equipo claramente inferior. Fuera de los diez primeros minutos, los «blues» fueron incapaces de encadenar cuatro pases consecutivos en campo contrario, además de conceder numerosas ocasiones ante un Norwich demasiado inocente.
Con 1-0 al descanso y un pésimo juego colectivo del Chelsea, se antojaban cambios en el centro del campo y la delantera «blue», teniendo en Anelka, McEachran y los recién llegados Mata y Lukaku las probables variantes, pero nada más lejos de la realidad. Villas-Boas siguió con su cruzada personal de mantener a Ramires, Obi Mikel y Torres en el campo, pese a no rendir, ninguno de ellos, al nivel deseado.
Tal y como suele ocurrir cuando no hay cambios, a excepción de que el técnico sea Alex Ferguson, nada cambia. Pese al cabezazo de Terry que bien cerca estuvo de aumentar la distancia en el electrónico, el Chelsea arrancó igual de previsible y vulnerable que en la primera parte.
Lo que sí cambió al inicio de la segunda parte fue la inocencia del Norwich City. Como si del Arsenal en la final de la Carling Cup se tratara, una abominable salida de Hilario, arquero que suple al lesionado Cech, acabó con un encontronazo con Ivanovic que termina con ambos lejos del balón, suelto en el borde del área. Este balón suelto es recogido por Holt, que empata el partido con un sutil toque por encima de los indispuestos Hilario e Ivanovic tras el atroz error.
Un minuto después del gol, el drama del Chelsea se convirtió en tragedia cuando el meta de los «canaries», Ruddy, colisionó con Drogba en su área, dejando a éste último tendido en el suelo inconsciente. Fue retirado del campo en camilla y Villas-Boas no tuvo más remedio que mover el banquillo, y lo hizo doblemente. Anelka sustituyó al inconsciente Drogba, y Mata, fichaje estrella del Chelsea, ocupó el lugar de un desaparecido Malouda.
Hasta ahora, los «blues» habían utilizado como única arma ofensiva su poderío físico, pero la entrada de Mata dio al Chelsea algo que no había tenido hasta ahora: cerebro. Sin embargo, fue a través de un contraataque de los «blues» cuando lograron ponerse por delante, cuando Anelka pauso un pase perfecto para que Ramires encarara a Ruddy en un mano a mano. El arquero de los «canaries» le derribó, por lo que Michael Jones señaló, acertadamente, penalti y expulsión.
Lampard no falló desde los once metros y dejó el partido prácticamente sentenciado a falta de diez minutos, pues los visitantes, además de ir perdiendo, contaban con un jugador menos. Este momento fue aprovechado por Villas-Boas aprovechó para hacer debutar a Lukaku, prometedor delantero de 18 años, que reemplazó a un desafortunado Fernando Torres, que sigue sin ser una sombra de aquel jugador veloz, listo y determinante que fue en el Liverpool.
Con Lukaku y a falta de once minutos de tiempo añadido por el desfallecimiento de Drogba, el Chelsea nunca vio peligrar la victoria. El propio Lukaku, Anelka y Lampard intentaron cerrar el partido logrando el 3-1, pero tuvo que ser el recién llegado Juan Mata el que lo hiciera. El español batió a Rudd, que había sustituido a su casi tocayo Ruddy en la portería, tras un regalo envuelto del defensor del Norwich De Laet.
Esta victoria deja al Chelsea, inesperadamente, en lo más alto de la tabla. Y es que los «blues» no han convencido en ninguno de los tres primeros encuentros, mostrándose previsibles, nada creativos en el centro del campo y vulnerables en defensa. Sin embargo, la llegada de Mata ya ha cambiado este partido, por lo que no es aventurado pensar que podría cambiar el rumbo del equipo para esta temporada. Dicho esto, necesitará, por un lado, la vuelta de David Luiz en el centro de la defensa y la de Cech en la portería, pues Terry e Ivanovic se han visto hoy desbordados e Hilario, pese a cuajar muy buenas paradas, ha cometido una pifia que podría haber costado dos puntos a los de Villas-Boas. Por otro lado, necesitará más fluidez en el centro del campo, quizá con Mata o McEachran distribuyendo el juego, y, sobre todo, un delantero de garantías. Quizá Lukaku, ante la lesión de Drogba (los peores augurios le sitúan una rotura del cuello que le mantendría cuatro meses alejado de los terrenos de juego) y el bajísimo rendimiento de Torres, podría tener su gran oportunidad.
Por su parte, el Norwich City suma la primera derrota desde su vuelta a la Premier League, y lo hace con orgullo. Los de Paul Lambert han demostrado personalidad y garra, pero no ha sido suficiente para evitar la derrota en un campo tan sumamente peliagudo como Stamford Bridge. Para mantener la categoría, necesitarán dejar la inocencia a un lado y aumentar el acierto en sus ocasiones de gol, que en el día de hoy han sido suficientes para empatar e incluso ganar en Stamford Bridge.
Chelsea: Hilario; Bosingwa, Ivanovic, Terry, Cole; Ramires, Mikel, Lampard; Drogba (Anelka, 67), Torres (Lukaku, 83), Malouda (Mata, 67).
Norwich City: Ruddy; Naughton, Whitbread (Pilkington, 30) De Laet, Barnett; B. Johnson, Crofts, Hoolahan (Morison, 61), Tierney; Holt, C. Martin (Rudd, 82)
Goles: 1-0: Bosingwa (6), 1-1: Holt (62), 2-1: Lampard pen. (82), 3-1: Mata (90)