Premier League
Ficha técnica |
0 – Norwich City: Bunn; Martin, Bassong, Turner, Garrido; Tettey, Johnson (Howson, 82), Pilkington (Morison, 78), Hoolahan (Bennett, 88), Snodgrass; Holt. |
1 – Chelsea: Cech; Ashley Cole, Cahill, Ivanovic, Azpilicueta; David Luiz, Mikel (Lampard, 73), Oscar, Moses (Hazard, 78), Mata (Ake, 90); Fernando Torres. |
Goles: 0-1, m.38: Mata. |
El Chelsea de Benítez llegaba a Carrow Road con la necesidad de curar las heridas producidas por el Corinthians, pese a la sesión de baño y masaje contra el Aston Villa. Y contra el Norwich, en un partido trabado y exigente como pocos, lo logró. Dejó Benítez a Oscar en el banco y metió al sorprendente David Luiz en el mediocentro, con Victor Moses de segundo punta, mientras que Chris Houghton devolvió la titularidad al indiscutible ariete de los Canaries, Grant Holt, por delante de la consabida línea de tres formada por Pilkington, Snodgrass y Hoolahan.
Optaron los locales por un repliegue casi excesivo, retrasando líneas y ya se sabe, estas configuraciones se le suelen atragantar a los equipos de Rafa Benítez. David Luiz mandaba en el mediocentro al mismo tiempo que Mikel parecía un mueble toda vez que el Chelsea se hacía con la posesión, que era casi siempre. Durante esos excepcionales períodos de tiempo en los que el Norwich intentó acercarse a Cech, solo Hoolahan, ofreciéndose siempre como opción de pase, y Pilkington, quien hizo sufrir sobremanera a Azpilicueta, proporcionaban respuestas en ataque a los Canaries. Como muestra, el primer disparo del partido corrió a cargo de Tettey. Desde la frontal del área y con su pierna buena lo mandó a saque de banda. Tuvo mérito.
Al Chelsea, atascado, le costaba lo indecible arrimarse a los tres cuartos de cancha, especialmente tras recuperaciones de David Luiz, autor de un más que meritorio partido. Acostumbrado a sorprender hasta al apuntador, el brasileño se está mostrando como un más que efectivo mediocentro, algo de lo que no andan demasiado sobrados los Blues. Sea como fuere, el Chelsea no lograba hilvanar tres pases con peligro, mientras el Norwich, cómodo, se agazapaba. Solo un par de disparos lejanos y que no vieron puerta de David Luiz y una clara ocasión de Mata a pase del propio brasileño alteraron el pulso de la hinchada local.
Con un Torres desasistido y un Oscar exiliado en la banda izquierda, el gol no podía llegar más que al margen del juego, en una jugada aislada. Apenas había aparecido Juan Mata en todo el partido hasta que no lejos del descanso enganchó un balón en el carril del diez y la puso en el palo izquierdo de Bunn, imposible de atajar. Golazo y suma y sigue del asturiano, máximo artillero del equipo en liga junto a Fernando Torres. Poca respuesta pudo ofrecer el Norwich, al que el tanto pilló por sorpresa, contándose si acaso un tímido disparo de Snodgrass y un cabezazo de Johnson, oh sorpresa, en un córner. Con la pequeña ventaja visitante se cerró la primera parte.
El segundo tiempo comenzó con el dominio del Chelsea sobre la posesión, con escasa profundidad aunque suficiente para alejar a los de Chris Hughton de Peter Cech. De ritmo de lento y más trabado conforme la lluvia caía sobre Carrow Road, el duelo semejaba destinado a cerrarse en cualquier contraataque del Chelsea, como en las botas de Victor Moses a centro raso de Azpilicueta. Voluntarioso pero intrascendente, el nigeriano volvió a gozar de una clara ocasión más adelante, pero su pierna diestra lo mandó al limbo. Entre medias, para no variar, se vino otro disparo a las nubes de David Luiz, aunque dicho sea en su descargo, aparte de mostrarse como el más entusiasta de su equipo, probablemente fue el mejor del partido.
Con el reloj encima, al Norwich no le quedó más que abalanzarse sobre su rival con más corazón que cabeza, ya que hasta poco antes del final el único disparo a puerta de todo el segundo tiempo fue el efectuado por Juan Mata en una falta botada antes del pitido del árbitro. Se revolvieron los Canaries con todas sus fuerzas sobre el marco del Chelsea pero con menos imaginación que un fabricante chino de balones. A los londinenses no les fue difícil resguardarse de la lluvia de pelotas largas que sobre su defensa se cernió, con Cahill y un expeditivo Ivanovic siempre a la cabeza. El Chelsea incluso pudo ampliar la ventaja tras una pared de Hazard, que entró por el desacertado Moses, con Fernando Torres. No le hizo demasiada falta ya que a su rival, pese a su férrea voluntad, le costó Dios y ayuda acercarse a Cech, contabilizándose apenas un par de córners a su favor como las intentonas más peligrosas. Ashley Cole, contra su propia voluntad, y Bassong en la última acción del partido pudieron nivelar el encuentro.
No fue así y el Chelsea sacó los tres puntos en un lugar donde Arsenal o Manchester United pincharon, en una victoria trabajada, sufrida y con pocos alicientes para el espectador, salvo contemplar cómo el estómago del Chelsea se ha vuelto marmóreo y con pocos ánimos de florituras. Para el Norwich la derrota no significa sino una confirmación de su rol en esta Premier League, alejado del boato de posiciones europeas pero también de los sufrimientos de la pelea del descenso. Con pocos pero efectivos y concretos argumentos cabalgan los de Hughton camino de una tranquila salvación.