Premier League
Liverpool | 1 |
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Wigan | 2 |
Ficha técnica |
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1 – Liverpool: José Reina, John Flanagan, José Enrique, Jamie Carragher, Martin Skrtel, Dirk Kuyt (Raheem Sterling, 85), Jay Spearing, Steven Gerrard, Stewart Downing (Jonjo Shelvey, 73), Jordan Henderson (Andy Carroll, 45), Luis Suárez. |
2 – Wigan Athletic: Ali Al-Habsi, Gary Caldwell, Antolin Alcaraz, Emmerson Boyce, Maynor Figueroa, Shaun Maloney, Victor Moses (Albert Crusat, 42), James McCarthy, James McArthur, Jean Beausejour (Ben Watson, 63), Franco Di Santo (Conor Sammon, 82). |
Goles: 0-1, m.30: Maloney (p.). 1-1, m.47: Suárez. 1-2, m.63: Caldwell. |
Hacer historia nunca había sido tan fácil. El Wigan logró la primera victoria de su historia en Anfield sin necesidad de recurrir a grandes artificios. Con seriedad y determinación les bastó a los «latics». Eso, y las carencias de sus anfitriones, claro. Incluso Roberto Martínez admitió que su equipo había jugado mejor en sus últimos seis partidos, en los que no habían ganado.
Tras cuatro derrotas en sus últimos cinco partidos de liga, incluyendo la vergonzosa debacle ante otro equipo en problemas, el QPR, el miércoles, el Liverpool necesitaba una victoria convincente. Nada más lejos de la realidad.
El Liverpool ofreció una pobre imagen. Las paredes no salían, los jugadores no se entendían, el público se impacientaba. La primera oportunidad llegó tras una falta de Steven Gerrard que Martin Skrtel no pudo rematar correctamente. Los jugadores del Liverpool tardaron 25 minutos en coordinarse para amenazar al Wigan, después de que Suárez y Downing finalmente se entendieran y el segundo enviara un disparo que se fue fuera.
Poco después, sin embargo, Jamie Carragher intentó despejar un centro de Gary Caldwell pero el balón quedó muerto en el área. Skrtel y Victor Moses fueron por él y el delantero llegó primero. Skrtel le propinó una patada en la cara que provocó el penalti que transformó Shaun Maloney en el 0-1.
Moses, mientras, estaba camino del hospital. Martínez dijo que temía que pudiera ser una fractura.
Mientras, la afición local se impacientaba. Durante los 10 minutos que tardó el Wigan en decidir sustituir a Moses, los visitantes jugaron con uno menos, pero el Liverpool no inquietó nunca a Al-Habsi.
Dalglish introdujo a Andy Carroll en la segunda parte y el sistema pasó a ser un 4-4-2. En cuestión de dos minutos, el Liverpool había empatado gracias a Suárez, que aprovechó un excelente pase de Gerrard desde la derecha.
El Liverpool creyó que Suárez había logrado el doblete a los 54 minutos pero el árbitro anuló el gol del uruguayo por falta previa. Dalglish se quejó luego de que el gol debería haber subido al marcador.
El Liverpool cayó de nuevo en la letargia. El Wigan recuperó la ventaja a los 63 minutos. Un disparo de James McCarthy fue desviado por Carragher y le cayó a Caldwell, que mostró una habilidad inesperada para engañar a Carroll y batir a Reina. «Creo que Gary sorprendió a todo Anfield y a todo el banquillo del Wigan», dijo Martínez.
Incluyendo el tiempo añadido, el Liverpool tenía media hora para empatar. No estuvieron ni cerca. Suárez puso a prueba a Al-Habsi a los 89 minutos pero fue un mero espejismo. El Wigan hizo historia sin despeinarse.