El pecado original del MK Dons ha generado sobre el club una cortina de mala publicidad que ha impedido conocer el trabajo que lleva realizando en fútbol base desde su fundación. La irrupción de Dele Alli ha permitido rasgar esa cortina. Nos adentramos en el club de la mano del catalán Edu Rubio, uno de los artífices de los éxitos del club.
“Al final, de una cosa mala han salido dos buenas”, afirma Ben Campbell, jefe de prensa del Milton Keynes Dons. La cosa mala a la que hace referencia supuso un terremoto en el fútbol inglés en mayo de 2002, cuando una comisión de la federación inglesa formada por tres personas autorizó la reubicación del Wimbledon en Milton Keynes por dos votos contra uno. Las dos cosas buenas son el propio Milton Keynes Dons y el renacido Wimbledon. El primero logró el ascenso a la segunda división inglesa la temporada pasada mientras que el segundo se encuentra ya en la cuarta tras ser refundado en 2002 y comenzar sus días en la novena.
Ese pecado original ha marcado la historia de ambos clubes. El Wimbledon es el Abel del fútbol inglés, un club formado de la nada por sus propios aficionados que se fue ganado la admiración de sus homólogos a medida que iba escalando divisiones. Mientras, el MK Dons es el Caín de esta historia, desde aquel 2002 se ha convertido en “el club que a todos les gusta odiar”. Durante una época, los aficionados rivales boicoteaban al MK Dons cuando les tocaba jugar en el Stadium MK y ese fin de semana, en lugar de seguir a su propio equipo, se iban a apoyar al Wimbledon allí donde jugara.
Muchos periodistas han contribuido a la percepción negativa del club. Ni siquiera la goleada por 4-0 ante el Manchester United en 2014 en Copa de la Liga generó el revuelo que habría alcanzado en caso de haberse tratado de otro club. Tampoco el ascenso del club la pasada temporada desató ríos de tinta entre la prensa inglesa. El club y su emplazamiento no despiertan la imaginación de los periodistas ni aficionados ingleses.
Milton Keynes es una ciudad relativamente nueva. En los años 60, el gobierno británico emprendió el desarrollo de nuevas ciudades en el sureste inglés para aliviar la creciente necesidad de vivienda en Londres. La ciudad se ubicó en un punto estratégico entre Londres, Birmingham, Leicester, Oxford y Cambridge y se convirtió rápidamente en un centro regional, impulsada por la presencia creciente de empresas. En un radio de medio kilómetro desde el estadio del MK Dons hay un IKEA, un enorme supermercado Asda, un cine con once salas, un centro comercial con marcas como Primark, H&M o Marks&Spencer, e incluso la sede de Domino’s Pizza en Reino Unido.
El cerebro detrás del desarrollo de toda esa zona es Pete Winkelman, el propietario del MK Dons. Este promotor inmobiliario de 58 años se mudó a Milton Keynes en 1993 y detectó rápidamente el potencial de la zona. Gracias a su visión empresarial, el club cuenta hoy con uno de los mejores estadios del país, sede de la reciente Copa del Mundo de rugby. Y, lo que es más importante, el club es autosostenible. Algo que no pueden decir muchos clubes de fuera de la Premier League.
El pecado fundacional del club y el enfoque empresarial de su propietario han generado una mala publicidad que durante muchos años han ocultado el trabajo que estaba realizando la entidad. La irrupción de Dele Alli en el Tottenham Hotspur y la selección inglesa ha permitido levantar esa pesada losa y descubrir la labor que lleva realizando el fútbol base del club desde su fundación.
Desde hace ya algunas temporadas, el MK Dons organiza un partido amistoso en su estadio entre su equipo sub-15 y otro equipo de prestigio. En años anteriores acudieron algunos de los mejores conjuntos del país en esa categoría, como Chelsea, Tottenham, Liverpool, Manchester City y Arsenal. Pero este año el club ha decidido ir más allá y traer posiblemente al club de mayor prestigio en fútbol base en el mundo: el FC Barcelona.
Uno de los artífices de este evento es Edu Rubio, un leridano que se fue a estudiar a Inglaterra hace una década y es la mano derecha del director de la academia del club. A sus 32 años, acumula una larga experiencia en el fútbol inglés.
Tras concluir sus estudios de educación física con un año en Inglaterra, comenzó a entrenar en un pequeño club amateur. Poco tiempo después, estaba trabajando en la federación inglesa en St. George’s Park, la impresionante sede de la federación inglesa, inaugurada en 2012. Allí tuvo ocasión de compartir profesor con un ilustre entrenador. “En la FA siempre te proponen cursos. Yo quería perfeccionar mi inglés, así que me propusieron que diera algunas horas de conversación con el profesor de Fabio Capello, que era el seleccionador por aquel entonces”.
Tras un proyecto de un año en el equipo sub-13 del MK Dons, apareció una oportunidad de oro en el sub-15 del Chelsea. “Hay que reconocer que su trabajo en el fútbol base es muy bueno. Además, tienes a tu disposición recursos infinitos. Aquí, si necesito cuatro miniporterías, tengo que ponerme a hacer números”.
La mala publicidad ha impedido que el club reciba los elogios que merece
«El trabajo de cantera del Chelsea es muy bueno… Solanke es el mejor»
Durante su etapa en Stamford Bridge, Rubio coincidió con varias de las jóvenes promesas del club. “Dominic Solanke es posiblemente el mejor de su generación. Además, tiene a su favor algo muy importante: su entorno familiar”. Algunos de esos jugadores se encuentran ya en la Premier League, como es el caso de Nathan Aké. “Es un jugador tácticamente muy inteligente y eso le permite adaptarse fácilmente a varias posiciones. Además, tiene unas condiciones físicas envidiables”. Sin embargo, pocos de esos jugadores logran llegar al primer equipo de los Blues. “El dinero resta oportunidades a los jugadores, es más fácil fichar a un jugador probado que apostar por un joven que es una incógnita”, afirma Rubio.
Tras un par de temporadas en el Chelsea, Rubio emprendió un nuevo reto en la Nike Academy. Se trata de una especie de centro de alto rendimiento orientado a jugadores sub-21 con un presupuesto de medio millón de dólares anuales y con sede en St. George’s Park. El objetivo es dar una nueva oportunidad a jugadores jóvenes que no tienen club, trabajar con ellos y permitirles encontrar un destino: “Estuve dos años allí. En el primero, colocamos a diez de veintitrés jugadores y en el segundo, a once de veinticuatro”.
El ritmo de trabajo es similar al de un equipo sub-21 de un club Premier: “Hacíamos dos sesiones, contábamos con médico, dos fisioterapeutas e incluso un departamento de comunicación. Los jugadores proceden de todos los rincones del mundo y viven todos en St. George’s Park, lo cual representa una ventaja evidente. Si queríamos, podíamos estar hasta las nueve de la noche haciendo sesiones de vídeo”.
A nivel personal, la experiencia permitió a Rubio desarrollar nuevas habilidades. “Hasta entonces, había tenido ocasión de trabajar en un club grande, en uno pequeño, en una federación… La Nike Academy me permitió comprender la visión de marketing de una multinacional y me ayudó a desarrollar mis habilidades para tratar con los medios de comunicación”.
Tras dos temporadas en la Nike Academy, se presentó la oportunidad de trabajar en el fútbol base del MK Dons de forma permanente. “Este es un club en crecimiento, con un potencial enorme. Sus dimensiones me permiten tener contacto diario con el entrenador del primer equipo [Karl Robinson] y prácticamente cada semana también con el presidente. De hecho, asisto a las reuniones del consejo. Cuando empiezan a hablar de finanzas, ¡me pregunto qué estoy haciendo ahí!”.
Trabajar en fútbol base en Inglaterra es un reto. “Existe un déficit táctico histórico entre jugadores y entrenadores. Aquí tenemos la suerte de que el presidente es consciente de la importancia del fútbol base. En lugar de utilizar los cinco millones de libras que el Tottenham pagó por Dele Alli para fichar un delantero, ese dinero se ha destinado a mejorar las instalaciones del fútbol base. El club y el presidente tienen una visión de empresa donde la academia ocupa el lugar central”.
«El dinero de la venta de Dele Alli ido a parar a la academia»
A pesar de su corta edad, el club ha producido varios profesionales
Actualmente, el club carece de un equipo sub-21 así que, a la práctica, el equipo filial es el sub-18. El ascenso a Championship ha provocado que el salto sea demasiado grande entre el filial y el primer equipo. “Estamos estudiando diversas alternativas. Una sería formar un equipo sub-21, desde luego. La otra es firmar un acuerdo de colaboración con un equipo de Conference [quinta división], por ejemplo, para que actúe como paso intermedio entre el equipo sub-18 y el primer equipo. Es importante que haya jugadores de la cantera en el primer equipo, se genera un vínculo diferente. También es importante para que los aficionados se identifiquen con el equipo”.
“Esa es una de nuestras pugnas”, intercede Campbell. “Unos 13.000 espectadores acuden cada jornada pero muchos nos siguen considerando como su segundo club. Estamos entre Londres y Birmingham, la densidad de clubes a nuestro alrededor es brutal”. Para remediarlo, el club ha emprendido diversas acciones, como por ejemplo regalar la entrada a los niños menores de doce años, con la esperanza de generar identificación desde la infancia.
La elección del Barça para el partido amistoso del 8 de mayo no es casualidad. Las similitudes entre el trabajo de fútbol base de ambos clubes son evidentes: “Hemos desarrollado programas individualizados para cada jugador. Nosotros formamos individuos con el propósito de que lleguen al primer equipo. Existen contenidos anuales con criterios de evaluación asociados. Ganar partidos no es nuestro objetivo, lo importante es que asimilen los conceptos de aprendizaje. Si ganamos, mejor. Pero eso no nos quita el sueño”.
A pesar de su corta historia, el club ya ha producido varios jugadores profesionales, como Sam Baldock, Brendan Galloway, Sheyi Ojo o el ya mencionado Dele Alli. “No hay secretos para producir un futbolista profesional. Cada sesión y cada partido deben ser competitivos, y respetar la filosofía del club. Y, por supuesto, siempre existe un factor de suerte”.
La metodología de trabajo impulsada por Rubio dista de la común en el país hasta hace no mucho. “Entre nueve y doce años, la prioridad es el aprendizaje de la técnica. Lo importante es cómo trabajas ese contenido. Aquí se ha trabajado tradicionalmente de forma analítica. Pero aunque el objetivo sea técnico hay que trabajarlo en condiciones reales, con oposición y con compañeros en movimiento”.
Cambiar la forma tradicional de trabajar de los entrenadores no es sencillo. “Todavía hay algunos que dedican veinte minutos a calentar con sus equipos sub-9 o sub-10. ¿Has visto alguna vez lesionarse a un niño de diez años en el entrenamiento? Lo mismo sucede con las normas. Les repito a los entrenadores que no mareen a los jugadores con ejercicios complejos con infinidad de normas. Al final, el jugador está más pendiente de las reglas que de lo que tiene que aprender”.
Otra de las iniciativas de Rubio en el club ha sido organizar partidos amistosos entre sus equipos de fútbol base y otros equipos no pertenecientes a academias de élite. “Todas las academias de los clubes profesionales juegan igual. Los jugadores no están expuestos a los retos del fútbol profesional. Así que, en ocasiones, buscamos equipos externos a ese ámbito. Los desafíos son diferentes”.
Junto con la expedición del Barça acudirá Joan Vilà, director de metodología del club y uno de los gurús del fútbol base a nivel mundial, que compartirá sus conocimientos con jugadores y entrenadores del club. A pesar de la invitación, Rubio recalca que el MK Dons quiere labrar su propio camino. “No somos el Barça, no queremos ser como nadie. Coincidimos con ellos en la apuesta por el fútbol base, el fútbol de ataque, la posesión… pero cada uno tiene su forma de hacer las cosas”.
Milton Keynes es actualmente la ciudad más grande en la región que rodea Londres a pesar de tener solo cuarenta años de existencia. Y en diez años más será uno de los diez lugares más poblados de Reino Unido. El club atrae a sus partidos la mayor proporción de menores de 16 años de las cuatro primeras divisiones. Aunemos todos esos datos y obtendremos una conclusión inapelable: guste o no, el MK Dons ha llegado para quedarse.
Sobre el autor
Ilie Oleart
@Ilie Oleart
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