El Wigan logró una victoria merecida frente a un Stoke City extrañamente pasivo. Fue tan solo la segunda victoria en casa de la temporada, la primera en más de siete meses, y la primera vez en la temporada que los de Roberto Martínez ganan dos partidos consecutivos. Una victoria que podría haber sido todavía más abultada si Jean Beausejour hubiera acertado a marcar en alguna de las dos ocasiones clarísimas que tuvo en la recta final. La afición local recibió con disgusto las victorias de Queens Park Rangers y Bolton Wanderers, pero la confianza en Martínez y sus jugadores está al alza.

 

«Esta será la tónica hasta el final. En los últimso siete u ocho partidos, los cinco de abajo ganarán muchos puntos. Solo podemos controlar nuestro propio destino. Creo que lucharemos hasta el final, no hay equipos malos en esta liga, todos lucharán hasta el final», dijo Martínez tras el partido.

 

Nadie habría dicho que el Wigan era el equipo situado en la zona de descenso, la confianza generada por la victoria en Anfield provocó que los «latics» presionaran, se movieran y pasaran el balón con seguridad, mientras el Stoke careció de ideas. Los aficionados visitantes pidieron a Peter Crouch que disparara cada vez que le llegaba un balón tras el golazo que le marcó al Manchester City. Y tenían razón. Esa pareció la única forma en que los de Tony Pulis podían crear peligro.

 

El técnico del Stoke confesó que «el Wigan fue mejor y merecieron la victoria, lo intentamos con dos extremos y dos delanteros, luego pasamos a jugar con tres delanteros pero tampoco funcionó, tuvimos un mal día».

 

Martínez cortó el suministro hacia Crouch y Jonathan Walters colocando a Beausejour siempre cerca de Jermaine Pennant. Su duelo estuvo a punto de pasar a mayores varias veces y, aunque Beausejour fue amonestado por sus constantes faltas, logró anular a Pennant y aportar amplitud en ataque. En la banda opuesta, Matthew Etherington sigue intentando recuperar la forma y fue retirado poco después de la reanudación.

 

El control de ambas bandas le dio al equipo de Martínez el control del partido. Su finalización, sin embargo, volvió a ser el talón de Aquiles del equipo. Franco Di Santo desperdició un uno contra uno con Asmir Begovic y luego Beausejour falló una ocasión clarísima después de que un centro de Victor Moses le encontrara solo frente a portería. Dentro del área pequeña y con la portería a su merced, disparó fuera. Repitió el error en la segunda parte cuando una falta de Ben Watson le encontró libre de marca en el segundo palo.

 

Para entonces, el Wigan ya se había adelantado por mediación de Antolín Alcaraz, que marcó de cabeza. Glenn Whelan cometió falta sobre Maynor Figueroa. En la falta resultante, Maloney cedió a Beausejour en la izquierda, que compensó sus errores con un centro excelente que el defensa central del Wigan cabeceó a la escuadra.

 

En el tiempo añadido, y después de que Cameron Jerome casi empatara, el fantástico Moses se adentró en campo atacante, aguantó la presión de Andy Wilkinson, dribló a Begovic y marcó a puerta vacía. El Wigan sigue confiando en la salvación.