Premier League
Everton FC |
3 |
Chelsea FC |
1 |
Ficha técnica |
3 – Everton FC: AHoward, Coleman (Funes Mori – 77), Stones, Jagielka, Galloway, McCarthy, Barry, Besic (Naismith – 9), Barkley, Koné (Lennon – 72), Lukaku. |
1 – Chelsea FC: Begovic, Ivanovic, Zouma, Terry, Azpilicueta, Mikel (Kenedy, 55), Matic, Pedro (Falcao, 70), Fàbregas (Willian, 74), Hazard, Diego Costa. |
Goles: 1-0, m.17: Naismith. 2-0, m.22: Naismith. 2-1, m.36: Matic. 3-1, m.82: Naismith. |
En el minuto 88, John Stones, actuando como lateral derecho, dobló a Aaron Lennon, recorrió su banda y puso un centro raso al área que un zaguero del Chelsea despejó a saque de banda. El realizador se centró en el joven central inglés, que sonrió ampliamente mientras recuperaba la posición. Stones sonrió, imagino, al pensar en “lo que pudo ser y no fue”: en las cuatro ofertas que el Chelsea realizó por el joven defensor en las últimas semanas del mercado de fichajes y en las cuatro tajantes negativas que los londinenses obtuvieron como respuesta.
El Everton formó con su dibujo habitual, a excepción de la sorprendente inclusión de Muhamed Bešić en sustitución del lesionado Tom Cleverley. Sorprendente, porque ubicar al mediocentro bosnio en la banda defendida por Branislav Ivanovic no parecía la mejor opción, teniendo en cuenta lo que había sufrido el lateral serbio en los partidos previos al enfrentarse a extremos puros como Jefferson Montero, Raheem Sterling, Callum McManaman o Wilfred Zaha. En este sentido, jugadores como Kevin Mirallas o Gerard Deulofeu parecían alternativas más idóneas, pero Roberto Martínez optó por un jugador que le aportase más control y trabajo defensivo.
Por su parte, José Mourinho alineó a Kurt Zouma junto a John Terry en el centro de la zaga, en detrimento de Gary Cahill. No obstante, lo más destacado fue la inclusión de John Obi Mikel en el doble pivote al lado de Nemanja Matić, situando a Cesc Fábregas en la mediapunta. Con el objetivo de dotar al equipo de un mayor equilibrio después de los problemas defensivos mostrados por los Blues en los primeros compases de la temporada, además de permitir al centrocampista español actuar con más libertad y mejorar así sus prestaciones.
En los minutos iniciales ninguno de los dos conjuntos logró monopolizar el control del partido, hasta que el escocés Steven Naismith hizo acto de aparición. La tempranera lesión de Bešić supuso la entrada del versátil delantero del Everton. Una elección, a priori, un tanto extraña por parte de Roberto Martínez. Lo ocurrido posteriormente, sin embargo, dio la razón absoluta al técnico de los Toffees. Poco más de cinco minutos le bastaron a Naismith para inaugurar el marcador después de recibir un balón entre líneas, abrir para la llegada de Galloway y cabecear él mismo un centro del joven lateral inglés.
Lejos de reaccionar, el Chelsea se echó atrás y el Everton pudo ampliar la cuenta con un remate de Arouna Koné y un disparo de James McCarthy ante los que respondió excepcionalmente Asmir Begović. Sin embargo, el cancerbero bosnio no pudo hacer nada para detener un disparo cruzado del héroe de la tarde. Un whiskey doble para el Chelsea. Escocés, por supuesto. 2-0.
La reacción de los Blues llegó de forma tímida, más por la inercia lógica del partido que por el juego desplegado. Cesc comenzó a entrar en contacto con el esférico y Eden Hazard y Pedro Rodríguez trataron de combinar, eso sí, con escasa producción. En una jugada aparentemente inofensiva, Matić sacó un latigazo lejano para anotar un gran tanto y recortar distancias en el marcador. Al Everton le temblaron las piernas y el Chelsea pudo empatar con una buena llegada de César Azpilicueta y un cabezazo de Terry que se fue alto. Pero se llegó al descanso con un 2-1 en el marcador que hacía justicia a los méritos de los locales.
En la segunda mitad, la tónica general fue la siguiente: el Everton se replegó ligeramente, dejó que el Chelsea gozase de una posesión totalmente estéril y los Toffees optaron por buscar contragolpes con los que sentenciar el partido. La entrada de Kennedy aportó cierto desequilibrio a los Blues, pero su dominio territorial no se manifestó en ocasiones de relevancia. Con una buena actuación de sus baluartes defensivos (Stones y Gareth Barry brillaron especialmente), el Everton logró trastocar todos los acercamientos de los visitantes. Más por una cuestión de puro ímpetu que otra cosa, parecía que los últimos minutos consistirían en un asedio del Chelsea al área de Tim Howard, pero no fue así porque apareció de nuevo el héroe de Goodison Park para finalizar una gran jugada combinativa del Everton (magistral pase de Ross Barkley). Batiendo a Begovic y las opciones de rascar algún punto del equipo de Mourinho.
En esa jugada murió el partido. Con el 3-1, el Chelsea arrojó la toalla, Goodison Park disfrutó y John Stones sonrió. El Chelsea, se queda a 11 del Manchester City. No fue tan mala idea quedarse en Merseyside.