Alvaro Oleart

Nasri, más cerca de Old Trafford que del Emirates

Arsène Wenger está en una encrucijada. Los ejecutivos del Arsenal han cometido el grave error de permitir que a Nasri solo le quede un año de contrato, y él ha rechazado los múltiples intentos de renovación. Quiere estrenar su palmarés en Inglaterra, y cada vez ve más lejos conseguirlo en el Arsenal.

 
La temporada del Arsenal ha sido como las últimas películas de Wes Craven: comienzan muy bien y acaban fatal. Y ya se sabe que las desgracias nunca vienen solas. Esta nueva temporada en blanco, y ya van seis, podría provocar el desmantelamiento de todo el equipo, pues Fábregas y Clichy podrían ser traspasados en breve, al igual que Nasri.
 
La gran temporada del francés ha llamado la atención a varios equipos, entre ellos los dos grandes de Manchester, el United y el City, que ya podrían haber ofrecido unos 20 millones de libras. Ha sido su primera gran temporada en Inglaterra, donde además de dar muestras de su calidad, ha demostrado tener olfato de gol, faceta en la que no había destacado hasta esta temporada, en la que ha anotado 10 goles.
 
 
Arsène Wenger está en una encrucijada. Los ejecutivos del Arsenal y el propio Wenger han cometido el grave error de permitir que a Nasri solo le quede un año de contrato, y él ha rechazado los múltiples intentos de renovación, pues quiere estrenar su palmarés en Inglaterra (únicamente ha ganado una Copa Intertoto, y no lo ha hecho en Inglaterra, lo consiguió con el Marsella), y cada vez ve más lejos conseguirlo en el Arsenal, más si cabe si finalmente Fábregas y Clichy son traspasados. Por ello, Wenger está obligado a vender a Nasri relativamente barato o a retenerlo y rezar para que el Arsenal gane algún título y decida renovar. De lo contrario, saldría gratis el próximo verano.
 
Pero el tema es más complejo todavía. Arsene Wenger, sabedor de la mejoría que supondría para el United el fichaje de Nasri, preferirá regalarlo a cualquier equipo antes que venderlo al United, tal y como ya dijo: «Una cosa es segura: no vamos a vender a Nasri al Manchester United». Además de perder a Nasri, no quiere reforzar a sus máximos rivales.
 
El Manchester United ha hecho los deberes pronto, y los ha hecho bien. Ha sustituido a los tres retirados (Van der Sar, Phil Neville y Scholes. Hargreaves está retirado a la práctica desde hace dos años) por tres jugadores jóvenes y con futuro (De Gea, Phil Jones y Ashley Young). Solo le falta la guinda del pastel: un «playmaker», un centrocampista creativo. Tanto Ferguson como Nasri saben que el francés es la pieza que falta en el puzzle de Ferguson para triunfar la próxima temporada, pues además de ser joven y tener experiencia en la Premier League, debilitaría a uno de sus rivales por la Premier. Con su fichaje, la plantilla estaría cerrada y preparada para, a diferencia de la final de la Champions League, plantar cara al Barcelona.
 
La otra opción para Nasri es el el Manchester City, aunque Roberto Mancini ha negado que estén interesados en él. El City no está tan necesitado como el United de ese «playmaker» como el United, pues además de tener a Silva, Mancini no es un entrenador al que le gusten los jugadores como Nasri. Él prefiere un perfil parecido al de Touré Yaya: menos calidad pero más físico. Pero hay un aspecto de Nasri que sí podría interesar al City: es una estrella que podría convencer a Tévez para quedarse y atraer otros jugadores de calidad. Y es que, pese a los millones que está ofreciendo el City a la mitad de los «cracks» mundiales, pocos de ellos quieren ser traspasados al Manchester City. El caso de Alexis Sánchez es el más sintomático: prefiere ganar menos en el Barça que hacerse millonario a base de petrodólares. 
 

Sobre el autor

Alvaro Oleart