David Acebal

No hay caballero sin su escudero

El día en que Alex Ferguson salió de Carrington para comprar chicles y no volvió a sentarse en el banquillo ya es historia. Han sido más de 26 años de victorias y títulos al frente del Manchester United que jamás habrían sido posibles sin la inestimable colaboración de todos aquellos que le acompañaron a lo largo del camino.

 
“Un día, don Quijote salió de su pueblo en la región de la Mancha. Un idealista sin par, don Quijote salió en busca de aventuras para conquistar los males del mundo. Es el trabajo de un verdadero caballero andante. Pero después de unos pocos días, don Quijote volvió a casa porque hizo su primera expedición sin escudero. No hay caballero andante sin escudero—sobre todo un caballero andante de la categoría de don Quijote.
 
Cuando volvió a su pueblo, empezó a buscar un escudero. Por fin encontró a un vecino, Sancho Panza, un hombre bajo y gordo. Salió por segunda vez, esta vez acompañado de su escudero. Don Quijote montó a su caballo, Rocinante, y Sancho lo siguió montado en su asno”.
 
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes
 
Se llama escuderos a aquellos hombres que ejercían el noble oficio de asistir a una persona distinguida o que, por la nobleza de su linaje, reunían las condiciones para ser armados caballeros algún día, aún cuando no llegasen a alcanzar tal dignidad. Los libros de caballerías nos hablan de Sir Alexander Chapman Ferguson, de sus hazañas y proezas, y olvidan que a lo largo de sus expediciones por los campos de juego necesitó asistencia y acompañamiento.
 
No es necesario recordar que en el trabajo diario de un equipo, la figura del segundo entrenador tiene un papel primordial. Normalmente es el responsable de los asuntos más cotidianos, llevar el escudo y las armas o, dicho en otros términos, de diseñar y de ejecutar parte de los entrenamientos, ser el eslabón necesario en la cadena de mando del equipo y ser, además, «confesor y compañero» de los jugadores. La labor en la sombra del escudero y del resto del cuerpo técnico está presente en el nacimiento del éxito de cualquier equipo. Para el recuerdo, la nómina de nobles sirvientes que lucharon junto a tan famoso Caballero.
 
Archie Knox (1986-1991), centrocampista
 
El primero de la lista, viejo compañero de batallas, mano derecha en el Aberdeen, el que estaba sentado junto a Fergie aquella noche de Góteborg en la que Europa brindó con whisky.
 
Juntos llegaron a Manchester. Al principio, compartían piso, y pasaron los años difíciles, pero en abril del 91, cuando otra final de la Recopa se acercaba, Knox decidió volver a Escocia como segundo de Walter Smith en el Rangers y claro, «the Boss» demostrando que es humano, acabó a malas con su antiguo compañero de piso y Knox se perdió los días de vino y rosas que estaban por llegar.
 
LA FA Cup de 1990, la del replay con el Crystal Palace, la del gol de Lee Martin, la que salvó a Ferguson y más que posiblemente al United, la que permitió que hoy escribamos historias alrededor de la figura de Sir Alex, fue su único logro en esas casi cinco temporadas.
 
Es verdad que se perdió los éxitos del United, pero fue partícipe, a la vera de Smith, de los seis títulos de liga consecutivos en sus siete años del Rangers. Luego, el Everton, el Millwall, el Coventry y, por fin, la selección escocesa, de nuevo junto a Walter Smith, que acababa de dejar el puesto que un día había sido de Knox, escudero de Ferguson en los diablos rojos.
 
Eterno segundo entrenador: junto a Richard Gough en Livingston, o Sammy Lee y Gary Megson en el Bolton Wanderers. Sus oportunidades como primer entrenador fueron pocas e infructuosas: la sub-21 escocesa y aquel Blackburn Rovers de Paul Ince jugando a ser entrenador que apenas duró cuatro meses.
 
Aún hoy, junto a Craig Brown, ejerce de segundo entrenador en el Aberdeen, donde todo empezó.
 
Brian Kidd (1991-1998), delantero
 
Llegó el momento de Brian Kidd, el que fuera delantero goleador de los Red Devils en la final de la Copa de Europa del 68 frente al Benfica de Eusebio, y que pegó sus últimos gritos de gol en la NASL (North American Soccer League, 1968–1984), precursora de la actual MSL.
 
Tras pasar por los banquillos de Barrow y Preston North End, llegó su gran oportunidad: los jóvenes del Manchester United, en el año 1988, donde fue parte fundamental en la construcción del nido de los “Fergie’s Fledglings”, los “polluelos de Fergie”.
 
En el 91, se produjo el gran salto y se convirtió en “la mano del Rey” durante siete temporadas. Fue el colaborador necesario en la reconstrucción del equipo, con la salida de ilustres veteranos y la entrada de esa nueva hornada llena de fútbol que en parte ya había pasado por sus manos. ¿El resultado? Copa de la Liga en el 92, Premier League en el 93, doblete en el 94 y en el 96, y otra Premier en el 97.
 
En diciembre del 98, el Blackburn le abrió la puerta al puesto de primer entrenador. La aventura no tuvo final feliz: el equipo descendió y la siguiente temporada no arrancó mejor. En noviembre del 99, fue destituido. El proceso subsiguiente de reflexión y asunción del fracaso tuvo una consecuencia: las tarjetas de visita de Brian llevarían escrito «assistant manager» por los restos.
 
La relación con “el jefe” solo ellos saben cómo terminó, aunque Fergie en su autobiografía le mandó un par de recaditos a Brian, con el fichaje de Dwight Yorke como excusa (al jefe no se le lleva la contraria, Brian). “Inseguro” y “quejica” fueron los cariñosos calificativos dedicados. La respuesta de Kidd fue contundente: «Creo que Walt Disney está intentando comprar los derechos del libro para rodar la segunda parte de «Fantasía». La secuela nunca llegó a rodarse pero esas declaraciones situaron a Brian en la lista de actores secundarios sin papel protagonista en la película de la Premier League.
 
Como segundo de O’Leary, de Venables, de Eriksson en la selección, Warnock, Bryan Robson y Paul Hart, pasaron las temporadas y el tiempo le llevó a hacer el mismo viaje que en sus años de jugador y terminar en la otra trinchera de la ciudad, la del City.
 
Mancini, el trabajo de años, el Kun Agüero y el QPR (o el QPR y el Kun Agüero), le dieron esa inmensa alegría doble: ganarle una Premier a su «amigo» Ferguson.
 
Steve McClaren (1999-2001), centrocampista
 
McClaren solo permaneció dos campañas y media junto a Fergie. Lograr más títulos, casi imposible: el triplete del 99, la Intercontinental y las dos Premier League del 2000 y del 2001. Durante su periodo en el United, también ejercía de ayudante en la selección bajo las órdenes del sueco Eriksson.
 
Enseñó al abuelo a usar el video: el análisis de las grabaciones y la psicología aplicada en la preparación de los jugadores llegaron al equipo de su mano.
 
Viendo que Sir Alex no pensaba en retirarse, aceptó la oferta del Middlesbrough. Su hoja de servicios en estos años era razón más que suficiente para que su salida rumbo al Boro llegara con la bendición del sumo sacerdote y, aunque parezca mentira, viendo los precedentes, Ferguson se separó en buenos términos de uno de sus segundos.
 
Grandes cosas esperaban a McClaren en Middlesbrough: las dos primeras temporadas se dedicó a crear un equipo a su gusto y en la tercera conquistó la Copa de la Liga, primer título en la historia del club y primera clasificación para la UEFA en 128 años. Un billete para visitar Europa que reeditó en la siguiente campaña y que culminó con la final de la UEFA 05/06 en la que cayó por 4-0 ante el Sevilla.
 
Estos triunfos le coronaron como el técnico inglés más exitoso del nuevo siglo, el primero en alcanzar un trofeo nacional desde 1996 y en pisar una final europea desde 1984. Los éxitos le colocaron entre los candidatos a suceder a Eriksson en la selección. Scolari rechazó la oferta y «Second Choice» llegó al banquillo de los Three Lions en agosto del 2006.
 
Se le presentaba una clasificación para la Eurocopa 08 placentera, pero resultó un caramelo envenenado para McClaren: en un grupo asequible, Inglaterra quedó eliminada tras una dolorosa derrota en Wembley por 2-3 frente a Croacia. 24 horas después fue destituido.
 
“Dicen que la distancia es el olvido” cantaban Los Panchos. Steve, seguramente aficionado a los boleros para llorar sus penas, se lo tomó al pie de la letra, hizo las maletas y se marchó a la Eredivise a entrenar. Firmó dos grandísimas temporadas en Holanda: subcampeonato de Liga y finalista de Copa el primer año, en su segunda campaña conquistó el título de liga por primera vez en la historia del Twente.
 
Tras los éxitos, aparecieron nuevas oportunidades. No tuvo suerte con su experiencia en la Bundesliga y el Wolfsburgo le destituyó a media temporada. La vuelta a las Islas tampoco fue un éxito: su paso por el Nottingham Forest terminó en dimisión tras sólo diez partidos. Holanda parecía la mejor opción y en Twente le esperaban con los brazos abiertos. Sin embargo, a mediados de su segundo año, renunció al cargo presionado por los malos resultados y los buenos recuerdos.
 
Pronto oiremos cuál es su próximo destino. Tiene el linaje y las condiciones para ser armado caballero algún día pero, para sustituir a Fergie, parece insuficiente. ¡Sigue participando, Steve!
 
Jimmy Ryan (1998-1999 / 2001-2002), delantero
 
El «Joker», hombre de la casa, exjugador de finales de los 60 (eterno suplente de George Best), 21 años en el staff técnico de los Red Devils, diez como director técnico del equipo reserva y otros tantos como director de la escuela de fútbol.
 
Ocupó el puesto de copiloto de la nave cuando el asiento eyectable del banquillo de Old Trattford se puso en funcionamiento con Brian Kidd (diciembre de 1998 – febrero de 1999), llegando incluso a dirigir como primer entrenador un partido contra el Middlesbrough en el que Ferguson estaba en un funeral. Hablamos de la temporada 98/99, ¡así que Ryan tiene su cuota en en el triplete!
 
En la temporada 2001-2002, haciendo de puente entre la marcha de McClaren y la llegada de Queiroz, Jimmy Ryan se encargó de ayudar a Ferguson en la dirección del equipo, sin mucha suerte en esta ocasión. Año en blanco para los diablos rojos. Y vuelta al futbol base, a pulir el talento joven de Carrington hasta su retiro en junio de 2012.
 
Walter Smith (2003-2004), defensa
 
En marzo del 2004 Sir Alex se encontró con Walter Smith en un funeral en Glasgow (a ciertas edades a los viejos amigos te los encuentras en este tipo de festejos). Smith había sido su ayudante al frente de la selección escocesa en el Mundial de México 86 (la selección escocesa fue eliminada en la fase de grupos, quedando última tras sumar tan solo un punto).
 
Con el objetivo de borrar aquel mal recuerdo, Ferguson le ofreció repetir experiencia. La aventura madrileña de Queiroz dejó un hueco en el banquillo y Smith, sin equipo desde que fuera cesado en el Everton en 2002, estaba en el lugar indicado en el momento adecuado. Media temporada de «beca de colaboración» en Manchester y la FA Cup frente al Millwall de recuerdo.
 
Walter Smith siguió su carrera con la llamada de la selección, vuelta al 86, pero esta vez como cabeza visible del proyecto. Logró que Escocia ascendiera 70 lugares en el ranking de la FIFA, pero no clasificarla para el Mundial de 2006, ni para la Eurocopa de 2008, y fue sustituido por Alex McLeish.
 
Regresó al Rangers, su casa, donde había debutado como primer entrenador en el 91 y donde había dejado un récord de siete ligas ganadas consecutivamente, además de tres copas y otras tres Copas de la Liga. En esta, su segunda etapa, las cosas tampoco le fueron mal: tres ligas, dos copas y tres copas de la Liga y una hazaña que le llevó a jugar la final de la UEFA, 36 años después de la última final europea del club, y que un tal Andrei Arshavin le acabó regalando al Zenit de San Petesburgo.
 
Todos sabemos dónde desembocó la triste historia del Rangers, pero Walter Smith sigue luchando por su equipo, ahora desde su puesto de directivo, intentando estabilizar los resultados económicos y deportivos de un grande en horas bajas.
 
Carlos Queiroz (2002-2003/ 2004-2008), portero
 
Mozambiqueño de nacimiento, licenciado en Educación Física y bicampeón del mundo como entrenador de la selección portuguesa sub-20. Unos títulos mundiales que le abrieron las puertas de la selección absoluta en el 91 y con la que fracasó en las clasificaciones para la Eurocopa del 92 y el Mundial del 94.
 
Permaneció tres temporadas en el Sporting de Portugal cosechando una única victoria, en la Copa del 95. Decidido a relanzar su carrera (ironía mediante) fijó su residencia consecutivamente en Nueva York (MetroStars de la MLS), Japón (Nagoya Grampus Eight), Emiratos Árabes Unidos (selección nacional) y Sudáfrica (selección nacional) donde conseguiría uno de sus grandes éxitos: clasificar a los Bafana Bafana para el Mundial de 2002.
 
Con este imponente historial, su llegada a Old Trafford solo se puede entender si pensamos en su capacidad para trabajar con los jóvenes del club y en su extensa red de contactos a lo largo del globo, que le proporcionó una posición ventajosa para descubrir nuevos talentos para la causa.
 
Una sola temporada velando armas junto a Ferguson y en un movimiento difícil de entender hoy en día, el Real Madrid decidió ofrecerle el cargo de primer entrenador. De recuerdo de esta aventura se llevó una Supercopa de España y montón de moratones tras los palos recibidos de la prensa madrileña.
 
El viejo Caballero le recibió de vuelta en la Corte de Manchester. Su capacidad para relacionarse con los medios de comunicación, uno de sus puntos fuertes, y la buena relación con el Jefe le mantuvieron cuatro temporadas en el cargo, en las que añadió dos títulos de Premier y una Champions a su palmarés.
 
La llamada de la selección absoluta de Portugal y el recuerdo de su fallido paso en el 91, le llevaron a aceptar el cargo en 2008. En esta ocasión, y no sin sufrir, logró clasificarse para el Mundial de 2010, donde los portugueses cayeron eliminados por España en segunda ronda. Fue destituido del cargo.
 
Actualmente ostenta el puesto de seleccionador de Irán, donde intentará lograr la clasificación para la Copa del Mundo de Brasil 2014. Si lo logra, sería “la bomba” de Mahmud Ahmadineyad.
 
Mike Phelan (2008-actualidad), centrocampista
 
Criado en el Burnley, miembro del Salón de la Fama del Norwich y exjugador del United, jugó más de 100 partidos a las órdenes de Ferguson con la camiseta de los diablos rojos. Se retiró en el West Bromwich.
 
El banquillo le unió a Gary Megson y juntos se fueron del Norwich al Blackpool y al Stockport County durante cuatro temporadas de suerte dispar. En la temporada 1999/2000, entró a formar parte de la escuela del United. Dos temporadas después, la marcha de McClaren dejó un hueco en el staff técnico del primer equipo y Micky aprovechó su oportunidad. Ya era sólo cuestión de tiempo que las fichas se fueran moviendo hasta llegar al asiento de copiloto. Queiroz se fue a la selección y Phelan entró en acción en la temporada 08/09.
 
Él mismo se definió como «the middle man», pues la evolución del puesto de escudero le llevó a alejarse del campo de entrenamiento (labor que corría a cargo de Rene Meuelensteen) y centrarse en ser el asistente de Ferguson, su «ama de llaves», supervisando que todo funcionase como quería el Jefe. Una parte de los fanáticos del club se lo reprochaban, pensando que su puesto demandaba tomar mayores responsabilidades en la dirección técnica del equipo.
 
Entre sus hazañas destacadas, Phelan fue la voz del United en la BBC durante varias temporadas, hasta que terminó el conflicto de Ferguson con la cadena. Con la marcha de Sir Alex, tanto su puesto como el de Meuelensteen corren grave peligro. Al fin y al cabo, no hay escudero sin caballero.
 

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