Ilie Oleart

¿No hay otra escuela como la vieja escuela?

 
Existe un debate recurrente en algunas sociedades occidentales sobre el papel que deben jugar nuestros mayores, en especial una vez jubilados. La rapidez con la que nos avasallan los avances tecnológicos, la necesidad constante de mantenerse al día para no quedar del lado problemático de la llamada «brecha tecnológica» y la prepotencia de una parte de la juventud actual han llevado a buena parte de esas personas mayores a convertirse en «residuos» de los que hay que desembarazarse. Recientemente se han levantado algunas voces que argumentan que esas personas, lejos de ser un problema, pueden formar parte de la solución. Son personas con experiencia, sabiduría y un buen puñado de virtudes de las que carece la juventud, llena de energía, sobradamente preparada sobre el papel, pero no necesariamente lista para afrontar los retos reales.

 
En el fútbol pasa algo parecido. Nos deslumbran los medios con nuevas estrellas, rutilantes figuras que asoman al firmamento balompédico con la esperanza de desbancar a sus antecesores, mientras los mayores van cayendo en el olvido, cada vez con mayor rapidez. Hace no tantos años, un jugador saltaba del equipo filial al primer equipo con 23 o 24 años. Hoy en día, los grandes clubes fichan jugadores de 15, 16 o 17 años y esperan que en cuestión de meses se conviertan en estrellas.
 
Pero a menudo los mayores nos sorprenden, revelándose a admitir su papel secundario. Es el caso de Ryan Giggs (37 años), decisivo este año con el Manchester United, o de su compañero Edwin Van der Sar (40). Más llamativo es el caso de Jens Lehman, que con 41 años tuvo que acudir al rescate de su ex-equipo, el Arsenal, privado de porteros por una plaga de lesiones. La resurrección del Chelsea coincidió con la reaparición de Didier Drogba (33), hasta el punto de que muchos analistas coinciden en afirmar que si hubiera vuelto antes, otro gallo habría cantado para el equipo de Londres.
 
Esto me llevó el otro día a imaginar un hipotético partido entre «mayores» y «jóvenes». Los primeros, entrenados por Sir Alex Ferguson (este año cumplirá 70 años), podrían alinear un once como este:
 
Old School: Van der Sar (40 años); Stephen Carr (34), Salgado (35), Phil Neville (34), Sol Campbell (36); Pires (37), Lee Bowyer (34), Giggs (37), Lampard (32); Drogba (33), Saha (32). Suplentes: Vieira (34), Lehman (41), Owen (31), Heskey (33), Zenden (34), Gallas (33), Martin Petrov (32).
 
Los jóvenes, dirigidos por el español Roberto Martínez (37 años) podrían presentar una alineación como la siguiente:
 
New School: Szczesny (21); Smalling (21), Seamus Coleman (22), Phil Jones (19), Rafael Da Silva (20); Spearing (22), Wilshere (20), Bale (21), Lee Cattermole (23); Chicharito (22), Carroll (22). Suplentes: Balotelli (20), Fabio Da Silva (20), Nile Ranger (20), Sandro (22), Di Santo (22), Marcos Alonso (20), Sturridge (21).
 
Resulta absurdo preguntarse quién ganaría, principalmente por la imposibilidad de responder. Aunque lo que sí podríamos aventurar es que sería un choque igualado. Y lo que es seguro es que los jóvenes podrían aprender una o dos cosas de sus contrincantes.

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Ilie Oleart