Cantaba Joan Manuel Serrat en «A quien corresponda» aquello de «la tierra cayó en manos de unos locos con carné«, en una serie de verdades y certezas con las cuales dio cuerpo a una de sus canciones más conocidas. Posiblemente tenga razón, pero absteniéndonos de entrar en los fangosos terrenos de la geopolítica actual implícitos en su letra, nos viene como anillo al dedo para encabezar estas líneas. En las que, lector que buscas análisis o información, no vas a encontrar ninguna explicación coherente.
Nos sirven para cerciorarnos que, por muy de listos que nos las demos, más nos vale taparnos y acogernos a la máxima socrática «solo sé que no sé nada«. Pasen y lean.
- El imparable Leicester de Ranieri, Vardy y Mahrez
En verano, los Foxes estaban entre los candidatos claros a dar con sus huesos en la Championship. No era para menos, ya que en la edición anterior de la Premier League habían conseguido salvar el pellejo gracias a un entrenador que ya no estaba (líos de orgías tailandesas mediante). Para reemplazar a Nigel Pearson aterrizó Claudio Ranieri, de vuelta de todo y de fracasar estrepitosamente con la selección de Grecia, llegando a salir derrotado en Atenas ante el temible seleccionado de las Islas Feroe.
Pues bien, entrado diciembre, el Leicester es líder y con un tipo que si hasta hace no demasiado reparaba piernas ortopédicas, ahora las suyas baten récords y parecen las de Luis Suárez. Bueno, quizá no tanto. Eso sí, las de Riyad Mahrez hipnotizan: con su cadencia, lo mismo rompe cinturas, asiste o clava balones en las escuadras ajenas.
- La continuidad de Steve McLaren
Steve McLaren. En efecto. Aquel tipo que llevó al Middlesbrough de Stewart Downing a toda una final de la Copa de la UEFA (un equipo inglés llegando alto en Europa, ¿se acuerdan?). Y sí, el que luego fuese asistente de Sven Göran Eriksson en Inglaterra, posteriormente al mando de los Three Lions ni consiguió acceder a la repesca de la Euro 2008. Exacto, ese entrenador que tras no ascender con un buen Derby County acabó en St. James’ Park.
En esta temporada, con unas urracas en descenso, McLaren continuó en Newcastle vivo, coleando y a punto de comerse el turrón después de, atención, vencer a Liverpool y a un Tottenham que no perdía desde la primera jornada ante, ojo al dato, el Manchester United.
- Los goles de Ighalo
Conocemos a Odion Ighalo desde hace tiempo porque, lo reconocemos, seguimos el fútbol español desde una cierta cercanía. Delantero del Granada durante cinco temporadas procedente de Udinese (casualidades de la vida), nunca logró consagrarse como ariete indiscutible nazarí, con unos guarismos que apuntaron como máximo la estratosférica cifra de siete goles en liga.
De nuevo, más casualidades de la vida le llevaron a Watford (entiéndase la ironía), donde después de ejercer un papel notable en el ascenso de los Hornets, ha roto en un ariete de renombre con una decena de dianas en 16 partidos y en un equipo que hace virtud de su fortaleza defensiva. Que nos lo expliquen.
- Vientos de cambio en Stoke
Vale, es cierto. Dijimos que era necesario que los Potters hicieran virar el norte de su brújula y que el modelo de Tony Pulis, fabuloso entrenador pese a quien le pese, estaba agotado.
Claro que nunca pensamos que Mark Hughes fuera el elegido ni mucho menos que Bojan Krkic sería la piedra maestra de un Stoke que, abran bien los ojos, ahora opta por rasear el balón. Bien, pues no solo igualaron la mejor clasificación en Premier lograda por Pulis anteriormente, sino que lo hicieron incluso sin el propio Bojan, quien lejos de encontrar su sitio en Barcelona, Roma o Ámsterdam, lo hizo en Stoke-on-Trent. En el presente curso de nuevo navegan por las frías y tranquilas aguas de la mitad de tabla, con alguna victoria de mérito como ante el Chelsea. Lo cual, admitámoslo, tampoco es ninguna sorpresa, y en lo que redundaremos algunas líneas más abajo.
- La plaga de lesiones del Arsenal
Pues miren, aquí acertamos.
- El Swansea tocando fondo
Cuando se habla de un modelo de club de la Premier League saneado y con una organización ejemplar, es obligado citar al Swansea, lejos aún del tipo de equipo propiedad de un multimillonario excéntrico al que importa un pimiento la identidad y el sentimiento que arrastra la entidad (¿Cardiff? ¿Hull?). Si a eso le sumamos unos resultados deportivos recientes más que positivos y una forma de jugar vistosa y alegre, el cóctel no puede ser más completo.
Si además comienzas empatando en Stamford Bridge y ganando al Manchester United, pintan oros…salvo que esa sea tu última victoria en Premier. De repente, Garry Monk pasa de ser un estupendo candidato a suceder a Roy Hogdson a ver su cuello como el de Eli Wallach en “El bueno, el feo y el malo”, pendiente de un disparo de Clint Eastwood para cortar la cuerda: «El mundo se divide en dos: los que tienen una soga al cuello y los que la cortan«. ¿Se imaginan que fuera Eder el encargado de salvarle el pescuezo a los cisnes con su puntería?.
Tal vez una conclusión a extraer es que empatar con el Chelsea, ganar al Manchester United y quebrar la cadera de Ivanovic una y otra vez no era tan difícil. Sea como fuere, el nudo se deslizó sobre el gaznate del exdefensa del Swansea, constituyéndose asimismo como un peligroso hábito adquirido por los galeses.
Corolario a las consideraciones aquí realizadas: en efecto, impávido lector, no tenemos ni **** (colóquese el epíteto que se desee) idea.