El Tottenham empató a dos en casa ante el Basilea en el partido de ida de cuartos de final de la Europa League. Pero esa no fue ni de lejos la peor noticia de una noche aciaga para los Spurs. El conjunto de André Villas-Boas perdió a Aaron Lennon por lesión en la primera parte y, cuando ya estaba jugando con diez por la lesión de William Gallas, vio cómo Gareth Bale tenía que ser retirado en camilla tras torcerse el tobillo izquierdo. Aunque la lesión no es tan grave como parecía, el galés podría estar de baja casi todo el mes de abril.

 

El Basilea aterrorizó a la defensa de los Spurs, que ya perdían por 0-2 a la media hora de juego por culpa de los goles de Valentin Stocker y Fabian Frei. Acto seguido, Marco Streller perdió una ocasión de oro para poner el 0-3 y sentenciar la eliminatoria.

 

Antes del descanso, Emmanuel Adebayor redujo distancias y tras la reanudación Gylfi Sigurdsson puso el empate que deja la eliminatoria abierta de cara a la vuelta de la semana que viene en Suiza.

 

El Basilea, líder de la liga suiza, justificó por qué eliminó al Manchester United de la Champions League la temporada pasada, poniendo en aprietos a Brad Friedel desde los primeros compases con un juego veloz y elaborado. En especial, Mohamed Salah fue un dolor de cabeza constante para Benoit Assou-Ekotto por el lado izquierdo de los Spurs. Los suizos lograron que Jan Vertonghen completara posiblemente su peor partido desde que aterrizó en Inglaterra.

 

A pesar del 0-2 y de la lesión de Lennon, el Tottenham supo reponerse. Es cierto que el afortunado gol de Adebayor al borde de la pausa tras una serie de rebotes ayudó a los Spurs a recuperar el timón del partido pero también lo es que los ingleses reunieron fuerzas y fueron capaces de equilibrar el encuentro ante un rival que les superó en muchas fases del partido y dejó a la defensa en evidencia en varias ocasiones. Los locales podrían incluso haber obtenido un mayor botín si Scott Parker no hubiera errado la ocasión más clara de todo el encuentro. El fallo clamoroso de Parker es el mejor ejemplo de que cuando las cosas van mal, hasta los mejores jugadores cometen errores infantiles.

 

La semana que viene, los Spurs viajarán a Suiza con la obligación de ganar. Antes, habrán jugado un duelo directo ante el Everton por la Champions League. Sin Defoe, Bale, Lennon o Gallas. La temporada se le está comenzando a hacer larga a los Spurs. Tal vez ha llegado el momento de que Villas-Boas dé prioridad a una competición. Y en ese caso, la elegida no será la Europa League.