El 7 de julio es el día límite que se han marcado los propietarios del Aston Villa para decidir quién será el entrenador la próxima temporada. Ese día es cuando comienza pretemporada, y no sería conveniente iniciarla con el banquillo vacío.
El último en caerse de la lista ha sido el español Roberto Martínez, técnico del Wigan, que desestimó la posibilidad de recalar en Villa Park la próxima temporada aludiendo a la lealtad que debe al Wigan.
Carlo Ancelotti, Mark Hughes, Rafael Benítez y Steve McClaren, los principales candidatos en la carrera por el banquillo de Villa Park, siguen en paro. Ancelotti parece querer tomarse un año sabático, Hughes no convence a los propietarios, Benítez no ve en el proyecto «villano» opciones reales de pelear por la Champions y Steve McClaren no es bien visto por los seguidores del Aston Villa. Parece que los que quieren el banquillo «villano» no son bien vistos por el Aston Villa, y que los que son bien vistos por el Aston Villa no quieren entrenar en Villa Park.
Por eso, los propietarios «villanos» ya han ampliado la lista de posibles entrenadores. Los últimos han sido el actual entrenador del Bolton, Owen Coyle, y el del Everton, David Moyes. Pero la negativa de éste último, pues no tiene ninguna intención de cambiar el banquillo en el que lleva ya nueve años, ha puesto a Owen Coyle en el punto de mira.
Owen Coyle, el preferido de la directiva, ya fue protagonista de un traspaso controvertido, cuando en enero del año pasado cambió el banquillo del Burnley por el del Bolton. Este traspaso resultó polémico e incluso traicionero para los seguidores del Burnley, que todavía siguen sin perdonarle.
Al ser la opción de Coyle la más controvertida, la opción de Mark Hughes, pese a que no convence del todo a la directiva, también adquiere mucho peso.