Irregular. Así se podría caracterizar la carrera de Mesut Özil. El jugador alemán aterrizó en el Emirates en el verano de 2013 tras pagar el Arsenal alrededor de cuarenta y cinco millones de euros al Real Madrid. Su salida del club blanco dejó admiradores y detractores casi a partes iguales, similar situación a la que se enfrentó en el club norlondinense en sus primeros tiempos.
Özil posee cualidades diferentes a muchos jugadores del fútbol actual. La principal es su gran visión de pase, una característica que le emparienta con otro jugador que también pasó por el Real Madrid hace más de una década, Michael Laudrup. Al igual que le sucedía al danés, la capacidad de Özil para identificar líneas de pase entre las intrincadas defensas rivales es capaz incluso de sorprender a sus propios compañeros. Ahí radica sin duda una de sus grandes virtudes.
El alemán es también un jugador veloz en la conducción que tiene la inteligencia para ralentizar el partido cuando la situación lo requiere. Pero esa habilidad para detener el frenesí que a menudo se adueña de los partidos de la Premier League es también uno de los grandes peros que se le achacan al alemán, que disfruta sobando el balón, sabiéndose dueño del partido. Eso provoca que, en ocasiones, desperdicie contraataques o situaciones que requieren velocidad en lugar de pausa, un primer pase directo en lugar de contemporizar.
Otra de las críticas más comunes al alemán es su falta de físico, tanto en cuanto a fuerza como a resistencia. Su estructura liviana le hace perder opciones en los choques cuerpo a cuerpo aunque el fútbol de posesión del Arsenal, igual que sucedía con el del Real Madrid, resta importancia a esa deficiencia. En lo que a resistencia respecta, el alemán ha mejorado ostensiblemente respecto a su etapa en el Real Madrid, cuando era habitual verle finalizar los partidos agotado. Los preparadores físicos del Arsenal han trabajado a conciencia con Özil para ayudarle en su adaptación a la intensidad de la Premier League, como ya hicieron con Santi Cazorla, que ha sido capaz incluso de adaptarse a la posición de medio centro, con la exigencia extra que eso requiere.
En la faceta ofensiva, también suele achacarse al jugador su falta de gol. Desde que llegó al Arsenal, hace dos temporadas y media, ha anotado tan solo 12 goles. Una producción regular que se ve ampliamente compensada con la cantidad de goles generados en este periodo: nada menos que 27 asistencias, una cifra que le sitúa como el máximo asistente de la liga desde que llegó. Esta temporada, el alemán tiene una oportunidad única de batir el récord de asistencias en una temporada en Premier League, que se encuentra en posesión de otro exjugador del Arsenal, Thierry Henry, con 20.
Temporada | Goles | Asistencias |
---|---|---|
2013-14 | 5 | 9 |
2014-15 | 4 | 5 |
2015-16 | 2 | 13 |
Pero quizás la mayor crítica que ha perseguido a Özil a lo largo de su carrera profesional es su irregularidad, sus altibajos. Combina partidos de altísimo nivel con otros en los que apenas tiene presencia. Este hándicap ha provocado que algunos aficionados le hayan englobado en la categoría de «los jugadores de partidos», es decir, esos jugadores capaces de las mejores actuaciones en ocasiones puntuales pero incapaces de encontrar una consistencia a lo largo de una temporada.
Esta temporada, Özil parece empeñado en difuminar esas críticas. El alemán se ha convertido en el mejor jugador del Arsenal, ha asumido el rol que la temporada pasada interpretó Alexis Sánchez. Así lo prueban sus trece asistencias y sus decisivas actuaciones con los Gunners. Con 27 años, el jugador del Arsenal se encuentra en el momento ideal para convertir las grandes esperanzas que la grada del Emirates ha depositado en él en una realidad palpable. Junto a Olivier Giroud en plena racha goleadora, Theo Walcott de nuevo en forma y Alexis Sánchez recuperando su nivel de la temporada pasada, Mesut Özil conforma quizás el mejor cuarteto ofensivo de la Premier League. Uno, posiblemente, capaz de llevar al club a su primer título de liga en una década.