Ilie Oleart

Palace y Brighton reeditan su (no tan) vieja rivalidad

Las semifinales del play-off de ascenso a la Premier League nos han deparado una nueva edición de una rivalidad poco común, la que protagonizan Crystal Palace y Brighton. Un derby que tiene sus raíces en la enemistad entre dos hombres a finales de la década de los años setenta.

 
La mayor parte de las rivalidades futbolísticas nacen de la proximidad geográfica (Arsenal y Tottenham, Newcastle y Sunderland, o los derbis ciudadanos de Liverpool o Manchester) o de la lucha durante años por títulos, como en el caso del derbi inglés entre Liverpool y Manchester United.
 
La rivalidad entre Crystal Palace y Brighton no cae en ninguna de esas categorías. Unos 75 kilómetros separan el Crystal Palace, ubicado en la zona sur de Londres, de Brighton, una localidad de la costa sur. No es una distancia enorme, pero es más de la que separa el Crystal Palace de otros equipos londinenses como Millwall, Charlton, Brentford o Wimbledon.
 

La rivalidad entre ambos nació de la enemistad entre Mullery y Venables

En 1976-77, ambos equipos se enfrentaron en cinco ocasiones

Palace y Brighton se han enfrentado en numerosas ocasiones, nada menos que 92 contando sus últimos cuatro enfrentamientos en Championship en 2011-12 y 2012-13 desde que el Brighton regresó a la división de plata del fútbol inglés. Pero el Palace se ha enfrentado cuatro veces más al Millwall y su rivalidad no pasa de ser la tradicional entre dos clubes londinenses. Lo mismo podría decirse del Brighton y el Leyton Orient, por ejemplo. Tampoco Palace y Brighton han luchado a menos por la posibilidad de conquistar algún título.
 
La rivalidad entre ambos clubes tiene un nacimiento histórico concreto y relativamente reciente. En verano de 1976, el Palace nombró a Terry Venables como entrenador. El mes siguiente, el Brighton hizo lo propio con Allan Mullery. Ambos ya eran acérrimos rivales desde hacía una década, cuando eran compañeros en el Tottenham.
 
“No sé cómo comenzó”, confesó Mullery al Guardian en septiembre de 2011. “Quizás se debió a que fui capitán del Tottenham antes que él. Estoy seguro de que Terry quería ser capitán pero Bill Nicholson me concedió la capitanía y le nombró segundo capitán. No puedo dar ninguna otra razón. Pero fue una rivalidad amistosa, nunca fuimos enemigos. Solíamos compartir habitación en el Tottenham y todavía me tropiezo con él de vez en cuando”.
 
En 1976, ambos clubes tenían el mismo objetivo: ascender a segunda división. Ambos lograron el objetivo pero su pugna fue tan feroz aquella temporada que para el verano siguiente, ambos clubes se habían convertido en enemigos irreconciliables.
 
Ambos se enfrentaron en cinco ocasiones durante aquella temporada 76-77. La primera fue en octubre en Goldstone Ground, el estadio del Brighton entre 1902 y 1997, donde empataron a uno. El juego estuvo detenido unos minutos después de que se lanzaran tres bombas de humo al césped, lo que obligó a Mullery a pedir calma a los aficionados.
 

En FA Cup, tuvieron que disputarse dos replays para decidir el ganador

El decisivo segundo replay estuvo presidido por la polémica arbitral

Pero las cosas se empezaron a torcer en serio cuando ambos equipos quedaron emparejados en la primera ronda de la FA Cup. El primer partido, jugado el 20 de noviembre, terminó con empate a dos. Rachid Harkouk, un jugador nacido en Chelsea que acabaría jugando la Copa del Mundo de 1986 con Argelia, salió de recambio para lograr un meritorio tanto que supuso el empate definitivo para el Palace. Meritorio por su calidad (Harkouk regateó a dos jugadores antes de marcar) pero también porque era el primer partido del jugador con el club, solo días después de cumplir una sanción de dos meses tras haber sido expulsado dos veces en un mismo partido con un equipo aficionado.
 
Tres días después, ambos equipos disputaron el replay en el campo del Crystal Palace. De nuevo, el choque concluyó en empate, a uno en esta ocasión. El Brighton dominó de nuevo el encuentro pero no pudo evitar el segundo replay, que debía disputarse en un campo neutral.
 
El encuentro fue aplazado en dos ocasiones debido a las malas condiciones climatológicas y estuvo precedido de un cruce de declaraciones entre miembros de ambos clubes. Finalmente pudo celebrarse en Stamford Bridge el 6 de diciembre y fue esa noche cuando una rivalidad naciente se transformó en el odio visceral actual.
 
Paul Holder adelantó al Palace a los 18 minutos y poco despúes, el árbitro anuló un gol al Brighton por mano previa de Peter Ward, aunque luego el jugador del Palace Jim Cannon confesó que el delantero había tocado el balón porque él le había empujado. Pero eso no es nada comparado con lo que sucedió en el minuto 78.
 

En la temporada 1978-79, volvieron a competir por el ascenso

Venables alineó a Harkouk a pesar de estar lesionado

El jugador del Palace Barry Silkman cometió falta sobre Chris Cattlin dentro del área y el árbitro señaló penalti a favor del Brighton. Brian Horton lo transformó pero el colegiado le obligó a repetir el lanzamiento por considerar que los jugadores habían entrado en el área antes de tiempo, aunque todo el mundo convino luego que los únicos que lo habían hecho eran los jugadores del Palace, así que el penalti debería haber sido válido. Al segundo intento, Paul Hammond, el portero del Palace, detuvo el lanzamiento de Horton y el partido acabó con 1-0.
 
Al final del partido, Mullery se dirigió al árbitro, Ron Challis, para recriminarle su decisión y salió del campo. “Cuando estaba caminando por el túnel, un aficionado del Crystal Palace me tiró café hirviendo por encima. Así que cogí unas monedas que tenía en el bolsillo, las tiré al suelo y grité: “¡Eso es lo que vales, Crystal Palace!”. Mullery esa acción con otros gestos con sus dedos dirigidos hacia los aficionados rivales.
 
Mullary tuvo que ser escoltado por la policía y multado con 100 libras por el incidente. Luego escribió una carta al presidente del Palace, Ray Bloye, para explicar que su comentario sobre que el equipo del Palace era “una basura” había sido malinterpretado.
 
“No creo que fuera solo aquel enfrentamiento de copa lo que generó la rivalidad”, afirma Mullery. “Creo que fue la rivalidad entre su técnico y yo. De ahí es de donde viene todo. Estábamos en la misma liga, haciendo lo mismo al mismo tiempo. Me costaba entender dónde estaba el problema. Portsmouth y Brighton están a 50 kilómetros, Arsenal y Tottenham están a unos cinco. Cuando dos clubes están separados por cien kilómetros, parece un poco absurdo”.
 
El quinto y último enfrentamiento entre ambos aquella temporada se produjo en marzo, cuando el Palace ganó 3-1 en casa. Harkouk marcó dos goles y generó un tercero. Tal fue el pavor que generó Harkouk sobre el Brighton que la temporada siguiente, Venables le alineó a pesar de que estaba lesionado, solo para asustar a Mullery. Antes del mismo partido, Mullery se negó a anunciar su equipo hasta quince minutos antes del inicio, solo para asustar a Venables. ¿El resultado? Otro empate.
 
Aunque ambos ascendieron a segunda división en 1976-77, el campeón de liga fue el Mansfield. Ese año, el Brighton, que había sido bautizado brevemente como los “delfines”, se cambiaron el apodo por el actual “gaviotas”, una respuesta directa a las “águilas” del Palace.
 
Tras una temporada de consolidación en segunda división, ambos equipos con los mismos técnicos al frente, lucharon por el ascenso de nuevo en 1978-79 y esta vez la cosa estuvo todavía más reñida. Brighton, con un presupuesto que doblaba al de su rival, terminó la temporada en primer lugar pero el Palace ganó un partido aplazado contra el Burnley la semana siguiente y superó al Brighton por un punto para usurparles el título.
 
Más de treinta años después, Crystal Palace y Brighton vuelven a luchar por un ascenso a la máxima división del fútbol inglés. Una división en la que no participan desde 2005 y 1983, respectivamente. Y al menos uno de los dos tardará como mínimo una temporada más en lograrlo.
 

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Ilie Oleart