Paolo Di Canio protagonizó la enésima polémica de su carrera el pasado fin de semana. El equipo al que entrena, el Swindon Town de League One (la temporada pasada lo ascendió desde la League Two) se enfrentaba en partido de liga al Preston North End. A los 20 minutos, los suyos ya perdían por 2-0 tras un error infantil del portero Wes Foderingham. Ni corto ni perezoso, Di Canio decidió sustituirle y luego lo tildó como «el peor profesional que he visto jamás».
A lo largo de su carrera como futbolista, Di Canio copó tantos titulares por sus goles como por sus berrinches y salidas de tono. En febrero de 2000, el West Ham se enfrentó al Bradford City en Upton Park en partido de Premier League. Después de que el árbitro le denegara tres penaltis, Di Canio solicitó el cambio.
En el mismo encuentro, Di Canio discutió con Frank Lampard sobre quién debía lanzar el penalti. ¿Quién gana? Adivinen.
Cuando Di Canio se marchó a jugar al Celtic, los problemas no desaparecieron. En un Old Firm, ya en la recta final y con los Rangers arriba en el marcador, Di Canio se encaró con Ian Ferguson y ambos se retaron tras el partido. El italiano tuvo que ser detenido por varios compañeros para evitar males mayores.
La temporada pasada, en su estreno como técnico con el Swindon, Di Canio ya dio muestras de su forma de dirigir. El italiano se encaró con su propio delantero Leon Clarke tras caer eliminado ante el Southampton por 3-1 en la Carling Cup.
En su época en el Sheffield Wedneday, Di Canio también fue protagonista de algunos incidentes. El más famoso, este emujón al árbitro tras ser expulsado. Quizás la caída más cómica de la historia del fútbol.
Pero una vez, sin que sirva de precedente, Di Canio se comportó como un caballero sobre el césped. Hasta los más malvados tienen momentos de lucidez.