Juan Antonio Parejo

Paseo primaveral del Manchester City (3-0)

Victoria tranquila de un Manchester City que reservó a varios titulares. El Sunderland, dócil y permisivo, no discutió en ningún momento la victoria local. Mario Balotelli desaprovechó su titularidad y se marchó directamente al vestuario al ser sustituido.

 

Premier League

Manchester City 3
Sunderland 0
Ficha técnica
3 – Manchester City: Hart; Kolarov, Micah Richards, Lescott; Zabaleta; Barry, Milner, Yayá Touré; Silva (Rodwell, 89), Tévez (Clichy, 85), Balotelli (Agüero, 55).
0 – Sunderland: Mignolet; Gardner, Rose (Vaughan, 60), Cuéllar, O´Shea; Colback, Larsson, Adam Johnson (Saha, 67), McClean; Sessegnon (Campbell, 82), Fletcher.
Goles: 1-0, m.4: Kolarov. 2-0, m.59: Agüero. 3-0, m.88: Milner.
En Inglaterra, el mayor rival del Manchester City es el propio Manchester City, capaz de enredarse o de aburrirse él mismo, o de aplastar al rival en cuanto se lo propone. Este sábado, nos ofreció varios de sus rostros ante un timorato Sunderland. Sin Agüero, Kompany ni Nasri en el once saltaron los de Mancini, con Barry y Milner en el eje central y otorgando una nueva oportunidad a Balotelli.
 
No estaba sino desperezándose el partido, cuando Barry interceptó el balón a la salida de un córner rival, montando rápido la contra. Cuéllar cometió el error de no achicar el espacio con Tévez y el argentino le ganó la carrera hasta que en el linde del área, al ex osasunista no le quedó otra que derribarlo. El golpe directo, lanzado magistralmente por Kolarov, superó la barrera, que no saltó, y la estirada de Mignolet. Cuatro minutos y el partido quedó prácticamente resuelto.
 
Quedaba un mundo por jugar, pero poco le interesaba al cuadro de Mancini el balón que recayó en el Sunderland. De un modo más académico que práctico y siempre por las buenas, los black cats intentaban acercarse con timidez a Hart, pero la marejadilla visitante se estrellaba una y otra vez contra Micah Richards, titular ayer, y Lescott. Anestesiaba el juego el Manchester City con cloroformo, sin apenas sobresaltos. El encefalograma plano del partido solo saltaría en los pies de Zabaleta, al que Mignolet sacó un mano a mano. Hacia la media hora, la prodigalidad ofensiva de Kolarov despertó de su siesta a los locales, que empezaron a activar a Silva y su pincel, a Touré y sus arrancadas y a Tévez y su agresividad, mientras que a Balotelli no le hubieran despertado ni las trompetas del Apocalipsis. En el Sunderland, el primer disparo entre palos, si disparo se le puede llamar, llegó en el minuto 37 en las botas de Fletcher, manso como su equipo, extraño para ser de Martin O’Neill.
 
Tras el descanso, la inercia del City se acrecentó y comenzó a presionar mucho más arriba, adquiriendo el duelo más decibelios, con ocasiones claras para unos y también para otros. Tras jugadón, caño incluido de Sessegnon, un cabezazo obligó a exprimirse a Hart. A Touré, Danny Rose le sacaba el gol en la misma línea en córner. Balotelli seguía a lo suyo, y pudo haber anotado el segundo, pero su ritmo trotón le impidió llegar antes que Rose al esférico. Harto de su displicencia, Mancini lo sustituyó por Sergio Agüero. El italiano abandonó malhumorado el terreno de juego con rumbo a las duchas, sin pasar por el banquillo.
 
A la que el Kun entró, el City metió quinta y el argentino metió el primer balón que le llegó, a centro raso de Kolarov, posiblemente el mejor jugador del partido, tremendo en ataque y atento a la hora de replegar y defender a Adam Johnson. Al Sunderland no le quedaba sino correr tras la pelota y cuando es Silva quien la mueve, eso es mucho correr. El canario se hartó de triangular en tres cuartos, buscando siempre la salida de un tercer hombre al espacio y tanto Larsson, de lo poco salvable ayer en el Sunderland, como Colback, pronto acabarían con la lengua fuera y dejando lagunas a sus espaldas.
 
Fácil, muy fácil le resultaba el partido al City, acumulando ocasiones en los pies de Tévez, Agüero o Silva, que envió una dulce vaselina al larguero. O incluso de Micah Richards en una espectacular tijereta. Hubo turno para cualquier jugador citizen que deseara cantar bingo en el marco de Mignolet y finalmente sería James Milner quien se estrenase en liga al embocar por sorpresa una falta lateral, cerca ya del final.
 
El guión no daría más de sí y el Manchester City se llevó al zurrón los tres puntos sin apenas sudar y que le permiten seguir la estela del Chelsea. Una victoria más que necesaria también por lo psicológico, después del afortunado empate contra el Borussia Dortmund y de la agonía sufrida en el repaso que le infringieron los alemanes. Del Sunderland, poco o nada que mencionar, salvo la extraña tibieza de carácter demostrada ayer en el Etihad y los aplausos recibidos por Adam Johnson por parte de su antigua parroquia. Ninguna conclusión positiva parece que extraerá O´Neill de esta derrota, que parecía apuntada ya en el calendario desde hace tiempo.
 

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Juan Antonio Parejo