Alvaro Oleart

Pastores y ovejas

 Guiar a un rebaño de ovejas es algo sencillo. Muy sencillo. El pastor sólo tiene que marcar el camino, y las ovejas le siguen. No se les pasa por la cabeza pensar dónde se las está llevando. Pueden estar llevándolas al matadero, que no se darán cuenta. Ése es precisamente el objetivo de los pastores para con las ovejas. No pretenden hacerles entender dónde las llevan, únicamente se les enseña que sigan el camino marcado. Lo mismo ha ocurrido a lo largo de la historia humana. Unos pocos han guiado a la mayoría. Lo único que ha cambiado a lo largo de los siglos ha sido el método, pues ha tenido que adaptarse a las circunstancias de cada contexto. En la España del siglo XVI se utilizaba a la Inquisición para controlar y someter a la población; en el siglo XXI  son los medios de comunicación de masas el arma empleada.

 

El Chelsea no tuvo mala suerte de acabar con 9, sino suerte de no acabar con 8

Clattenburg cometió errores, pero no merece ser el blanco mediático

Tal es la influencia y poder de los medios de comunicación que son capaces de lograr cosas increíbles: tras el Chelsea-Manchester United, sólo se habla de la persona que arbitró el encuentro, Mark Clattenburg. Sí, cometió un par de errores (la segunda amarilla a Torres y dar como válido el gol de Chicharito), pero no fueron nada del otro mundo. Sobre todo teniendo en cuenta que el Chelsea podría haber acabado con 8 si Obi Mikel hubiera sido expulsado por su acción sobre Valencia y que Torres podría haber sido expulsado incluso antes de lo que lo hizo. Pero la cosa no acaba aquí: Clattenburg ha sido acusado de insultar a Juan Mata con algo parecido como «estúpido español» y a Obi Mikel con palabras racistas. Lo curioso es que nadie sabe qué ha dicho Clattenburg ni quién lo oyó, puesto que ni Mikel ni Mata han dicho nada al respecto. 
 
Mi pregunta es clara: ¿qué está pasando con el fútbol? En sus inicios, el fútbol servía de nexo para la gente. La gente se divertía jugando a fútbol, y el fútbol era sólo fútbol. Gente que no tenía nada en común se unía gracias a su pasión por el fútbol. Yo mismo juego en un equipo lleno de extranjeros: italianos, israelís, alemanes, ingleses… No importa la nacionalidad ni el origen ni el color, simplemente nos divertimos jugando a fútbol. 
 
Sin embargo, debido a la poderosa influencia y manipulación de los medios de comunicación, se está consiguiendo que el fútbol ya no sea sólo fútbol. Un deporte que puede ofrecer tantos valores morales positivos está empezando a hacer lo contrario: ¡hay gente que se pelea por el simple hecho de dar apoyo a distintos equipos! ¡Hay aficionados que lanzan objetos a jugadores rivales! ¡Hay árbitros que reciben insultos por equivocarse en decisiones! Como si nadie se equivocara nunca. ¿Qué ocurre, que estamos en la edad de piedra? O sea, ¿que yo puedo ser amigo de un israelí con el que apenas comparto tradiciones culturales, pero dos ingleses (o españoles) por el simple hecho de apoyar a clubes distintos, no pueden tener una conducta educada y cívica el uno con el otro?.
 
Y en todo este juego sólo hay un ganador: las personas que están en la sombra: los dueños de periódicos que alimentan estas polémicas, los dueños de las marcas comerciales que patrocinan a los futbolistas famosos, y todas aquellas personas que se benefician económicamente de estas polémicas sin verse implicados. Ellos ni insultan ni son insultados. No tienen riesgo de nada, y en cambio son los que obtienen mayores beneficios. Simplemente promueven la polémica con el fin de convertir a las personas en ovejas. No quieren que la gente piense por sí misma. Quieren un rebaño de ovejas. Y lo están consiguiendo. Da particular vergüenza que se cree tanta polémica en torno a un árbitro como Clattenburg cuando las críticas se las deberían de estar llevando los políticos y los magnates que han creado la crisis económica mundial que muchos estamos sufriendo. Ellos, y no Clattenburg, deberían de ser el blanco mediático.

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Alvaro Oleart