Se encarama a la quinta posición un West Ham que por fin vence en su feudo. Por su parte, el Newcastle de Steve McClaren, que se enfrentaba a Slaven Bilic por primera vez desde que hace ocho años le dejara sin trabajo como seleccionador inglés, pierde de nuevo y le quita el farolillo rojo a sus rivales del Sunderland.

 

En un inicio de partido con poco ritmo y menos ocasiones, el que golpeó primero fue el West Ham. Y de la mejor manera, ya que tras el robo en la medular de Mark Noble y posterior combinación con Cheikou Kouyate, el capitán hammer encontraba en la frontal a Dimitri Payet que, con un zapatazo espectacular, limpió la escuadra de Tim Krul.

 

El gol activó a los chicos de McClaren, pero pese a que tomaron la posesión las ocasiones no llegaban. Lejos de eso, la ocasión más clara en el ecuador de la primera parte llegó de la mano de Payet, que por poco no aprovechó un barullo en el área de las urracas. Solo dos minutos después ponía la réplica Daryl Janmaat, pero su chut raso lo salvaba Darren Randolph.

 

El peso de los minutos frenó el dominio de la pelota para los del noroeste y el West Ham acabó tomando la iniciativa, con el ánimo de truncar por completo el ritmo del choque. Y lo cierto es que lo consiguieron, ya que hasta el descanso solo hubo una oportunidad reseñable y fue para los locales, que en una gran contra guiada por Payet, Victor Moses no embocaba el servicio del francés. Después de eso, varios infructuosos minutos y el descanso, en que el West Ham rindió homenaje a los «boys of 86», aquel equipo que logró finalizar tercero en la temporada 1985-86.

 

El comienzo de la segunda mitad no pudo ser más funesto para los blanquinegros, ya que tres minutos después de la reanudación una brutal galopada de área a área de Moses acabó con un chut al larguero del cedido por el Chelsea, pero por suerte para los capitalinos el rechazo lo cazó un omnipresente Payet para subir el segundo al luminoso.

 

El doblete del exjugador del Olympique de Marsella enterró a los Magpies y por ende al partido, ya que los de McClaren no podían tumbar la muralla defensiva local y sus intentonas tampoco fueran especialmente punzantes. Los minutos caían y, salvo un remate de Janmaat desde el pico del área y un disparo de Siem de Jong en semifallo, ambas ocasiones salvadas con mérito por Randolph, la velada fue soporífera. Entre medias lo intentó Aaron Cresswell de falta directa, pero sin suerte.

 

Y de ahí al final, menos reseñable si cabe, salvo la vuelta a los terrenos de juego de Andy Carroll, que ingresó al verde de Upton Park después de ocho meses en el dique seco en la recta final del encuentro bajo una ovación cerrada del respetable.