Dani Juárez

Pioneros ingleses en Europa

Todos recordamos la mayoría de equipos que están disputando la Champions League actualmente o lo han hecho en tiempos recientes. Pero… ¿quiénes fueron los pioneros ingleses en la máxima competición europea?

 
Fue precisamente un equipo inglés quien provocó indirectamente la génesis de la Copa de Europa. Y no precisamente uno de los grandes clubes de hoy en día. El verano de 1953, el Wolverhampton Wanderers jugó un amistoso contra una selección sudafricana que dio inicio a una serie de amistosos contra equipos extranjeros como el Racing Club de Avellaneda argentino o el Spartak de Moscú de la extinta URSS que se saldaron con victorias. Hasta que se cruzó el Honved húngaro, que incluía a varios miembros de la legendaria seleccion húngara que derrotaría meses más tarde por 3-6 a la selección inglesa en Wembley. Los Wolves ganaron por 3–2 y su técnico Stan Cullis y la prensa británica proclamaron a los cuatro vientos que los Wolves debían ser considerados como el mejor equipo del mundo.
 
Esta afirmación provocó que Gabriel Hanot, editor del rotativo francés L’Equipe, que llevaba tiempo apostando por un torneo europeo, lograra finalmente su propósito. «Antes de afirmar que el Wolverhampton es el mejor, dejemos que viaje a Moscú y Budapest. Y hay otros clubes de prestigio, como AC Milan y Real Madrid, por citar solo dos. Debe lanzarse un campeonato mundial de clubes o al menos uno europeo», afirmó. En marzo de 1955, la UEFA aprobó la creación de la Copa de Europa, que arrancaría la temporada siguiente.
 
A pesar de estos precedentes, no se incluyó a ningún equipo inglés en la primera edición. El Chelsea era el elegido para jugarla tras haber ganado su primer campeonato de liga en la temporada 1954-1955, lo que le daba derecho a disputar la máxima competición europea, pero por objeciones de la Football League y de la FA (los participantes debían contar con el permiso de sus respectivas federaciones), se vio obligado a retirarse del torneo antes de que este diera comienzo.
 
Fue allá por la temporada 1956-1957, en la segunda edición de la competición (por aquel entonces conocida como Copa de Clubes Campeones de Europa), cuando por fin un equipo inglés pudo pasear su juego por el continente. El representante nacional fue el Manchester United de Matt Busby, tras ganar la liga de la temporada 1955-1956, lo que le dio derecho a jugar una ronda preliminar que reduciría a dieciséis los participantes en octavos de final.
 
El primer encuentro en la máxima competición europea de los Busby Babes fue en Bruselas contra el Andelercht y acabó con victoria por 0-2. El partido de vuelta, jugado en Maine Road (el estadio del Manchester City en aquella época) por las obras que se estaban llevando a cabo en Old Trafford, terminó con un apabullante 10-0. Este resultado fue récord durante años (hasta 1973) y sin duda un estreno espectacular de la competición en suelo inglés. Ese día formaron el equipo: Wood; Foulkes, Byrne (capitán); Colman, Jones, Edwards; Berry, Whelan, Taylor, Viollet y Pegg. El protagonista de esta eliminatoria fue Tommy Taylor, que consiguió tres goles en Maine Road y uno en Bruselas.
 
El Borussia Dortmund fue el rival en unos octavos de final decididos por la mínima. El primer partido se disputo en Maine Road y acabó con victoria por 3-2 para el equipo inglés. En Dortmund, los alemanes asediaron a un Manchester United que salió a contener el resultado conseguido en la ida, pero finalmente el resultado fue de 0-0 y los Red Devils lograron la consiguiente clasificación.
 
La siguiente ronda eran los cuartos de final presididos por una preciosa y épica eliminatoria contra el Athletic de Bilbao. El primer partido se disputó en San Mamés bajo una copiosa nieve y dejó un resultado de 3-0 al descanso para los bilbaínos, que dejaban la eliminatoria bastante encaminada. Finalmente, el partido terminó con un resultado de 5-3. El pase del equipo vasco para la siguiente fase parecía encarrilado tras el genial partido que jugó en San Mamés y la vuelta en Maine Road pintaba a partido de trámite. Antes del descanso, anotó Viollet su noveno gol en la competición que suponía el 1-0 y Taylor ponía el 2-0 a veinte minutos para el final, veinte minutos que resultaron eternos para el Atheltic y que acabaron con el gol definitivo de John Berry que dio el pase para la siguiente ronda al conjunto de Manchester.
 
En semifinales, el vigente campeón de la competición aguardaba al Manchester United: nada más y nada menos que el Real Madrid de Di Stéfano, Muñoz, Gento, Kopa… El primer partido se disputó en el Santiago Bernabéu y finalizó con un resultado de 3-1 bastante cómodo para el conjunto blanco. El gol conseguido por Taylor en el Bernabéu y el precedente de la anterior eliminatoria, además de un ambiente ensordecedor en el recientemente remodelado Old Trafford hacía presagiar un gran partido, pero los dos goles del Real Madrid en la primera media hora provocaron un silencio absoluto en “el teatro de los sueños”. Acortarían distancias Taylor y un chaval que empezaba llamado Bobby Charlton para dejar el marcador en 2-2 y la eliminación del conjunto inglés de la competición.
 
Sin duda, un gran estreno el de los “Red Devils” en la competición ya que acabaron eliminados en semifinales por el que después sería campeón de la competición. Tan destacada fue la participación que Dennis Viollet con nueve goles fue el máximo goleador de la competición y Tommy Taylor fue segundo con 8 goles.
 
Aquel era un gran equipo con mucho futuro por la juventud de sus integrantes y que prometía ser uno de los aspirantes para las siguientes ediciones de la Copa de Europa pero todo cambió con aquel maldito avión de la British European Airways que trató de despegar tres veces en el aeródromo Riem de Múnich. Siete de los once jugadores que arrancaron el primer partido de un equipo inglés en suelo propio fallecieron en aquel trágico accidente (Byrne, Colman, Edwards, Jones, Pegg, Taylor y Whelan). Los sueños europeos ingleses se quebraban demasiado temprano. 
 

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Dani Juárez