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1. Jack Wilshere (Arsenal, vs Norwich)
Cuando hablamos de los mejores goles, existe siempre la eterna discusión entre aquellos que se decantan por las acciones técnicas individuales y aquellos que prefieren las acciones colectivas. Independientemente de que pertenezcamos a uno u otro bando, es indiscutible que este gol de Jack Wilshere en el Emirates es el mejor exponente de la segunda clase que hemos visto en la Premier League en el último lustro. El inglés arranca la jugada casi en su propia área, cede para Gibbs, este para Cazorla, que recorta hacia el medio para combinar de nuevo con Wilshere y ahí salta la chispa. Una fulgurante combinación entre el español, el inglés y Giroud acaba en el gol de la temporada.
2. Pajtim Kasami (Fulham, vs Crystal Palace)
La temporada del Fulham ha sido para olvidar… excepto por este gol. El joven suizo de origen albanés ha logrado por fin este curso hacerse un hueco en los Cottagers gracias a acciones como esta. Un inteligente desmarque de ruptura prosigue con un control con el pecho y un disparo cruzado que acaba colándose en la escuadra contraria. Sin dudarlo, el mejor gol individual del año.
3. Wayne Rooney (Manchester United, vs Crystal Palace)
El destino nos depara cosas curiosas de vez en cuando. Wayne Rooney marcó este golazo desde el centro del campo en Upton Park, donde se encontraba un espectador de lujo, David Beckham. Que muchos años atrás había marcado un gol muy similar en Wimbledon, en la otra punta de Londres.
4. Jonjo Shelvey (Swansea, vs Aston Villa)
El caso de Shelvey es digno de estudio. En el partido de la primera vuelta en el Liberty ante el Liverpool, su exequipo, abrió el marcador y a continuación regaló dos goles al rival, antes de asistir a Michu en el del empate a dos. En la segunda vuelta, en Anfield, volvió a marcar a su equipo y optó por no celebrar el gol. En el proceso, también marcó uno de los goles de la temporada.
5. Graham Dorrans (West Bromwich, vs Manchester City)
En una temporada aciaga en la que se ha producido incluso cambio de entrenador, Graham Dorrans demostró en el Etihad que la plantilla del West Bromwich tenía talento de sobras para aspirar a algo más que evitar el descenso por diferencia de goles.
