Quizás el Chelsea no ha sido el campeón más entretenido de la historia de la Premier League pero el belga, su mejor jugador esta temporada, ha sido siempre una gozada de ver. Tras un par de años de adaptación al fútbol inglés con ataques de furia contra recogepelotas galeses incluidos, Hazard ha disputado la temporada más consistente desde que aterrizó en Londres (ha sido titular en los 38 partidos de liga). Cesc Fàbregas y Diego Costa fueron la sensación hasta Navidad pero desaparecieron a partir de ahí, cuando Hazard tuvo que cargar sobre sus hombros la mayor parte de la responsabilidad creativa del equipo. Sus 14 goles y 9 asistencias atestiguan que la ha llevado con soltura.
¿Un defensa central de 34 años entre los mejores del año? Por difícil que resulte de creer, sí. Las actuaciones defensivas del capitán del Chelsea han enterrado las dudas sobre su capacidad para mantenerse entre los mejores defensas del mundo. Hace un par de temporadas, Rafa Benítez afirmó que Terry ya no estaba en condiciones de jugar dos partidos por semana. Aunque solo fuera por llevarle la contraria a él y a los que le enseñaron la puerta de salida de la selección inglesa, Terry ha completado una de las mejores temporadas de su carrera. Ha sido el líder de la defensa menos goleada de la liga, en la que ha disputado todos los minutos de todos los partidos. Le dio igual que tuviera a su lado a Gary Cahill o al joven Kurt Zouma. Ha sido una roca inamovible en defensa y ha marcado suficientes goles como para convertirse en el defensa más goleador de la historia de la Premier League. Saquen todas las metáforas sobre gatos con múltiples existencias, viejos diablos, malas hierbas y demás.
Cuando comenzó la temporada, el Tottenham tenía dudas sobre la habilidad de Harry Kane para formar parte de la primera plantilla. Diez meses después, todos tenemos dudas sobre la habilidad del Tottenham para retener a Harry Kane en sus filas. Los 21 goles de Kane en liga le han convertido en el artillero inglés más productivo y han hecho olvidar los dramas familiares de Emmanuel Adebayor y la incapacidad de Roberto Soldado para marcar un gol. La irrupción de Kane en el primer equipo es comparable a la de Gareth Bale hace un par de temporadas cuando acabó convirtiéndose en el jugador más caro de la historia del fútbol mundial. Su partido de Año Nuevo, cuando aterrorizó a los defensas del Chelsea, fue sin duda su momento cumbre de la temporada.
Lo único que De Gea no ha logrado salvar esta temporada ha sido la actuación de su novia en el festival de Eurovisión. Antes de eso, había logrado mantener a flote a su equipo durante meses, salvando de paso el puesto de trabajo de Louis van Gaal y unos 150 millones de inversión. Mientras Ángel Di María y Radamel Falcao sufrían para averiguar dónde estaba la portería rival y Marouane Fellaini y Ashley Young se convertían en fijos en el cambiante esquema del técnico holandés del Manchester United, De Gea se dedicaba a repeler todos los balones que se aproximaban por su zona. Y en un determinado momento de la temporada, esos eran muchos. Si los Red Devils han acabado recuperando su lugar en la Champions League ha sido gracias al portero español, sin lugar a duda, el mejor jugador del equipo esta temporada. ¿Su momento estrella de la temporada? Fácil: le paró un penalti a Leighton Baines.